La emergencia humanitaria en Afganist¨¢n: ¡°Vemos abuelos que nos dicen que no comen para que sus nietos puedan comer¡±
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha tenido que recortar de nuevo su asistencia en el pa¨ªs, donde 15 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para subsistir y el hambre aumentar¨¢ con la llegada inminente del invierno
Elegir entre los hambrientos y los que se est¨¢n muriendo de hambre en Afganist¨¢n. Esta ha sido la dura disyuntiva de los responsables del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, que en septiembre se han visto obligados a reducir de nuevo su asistencia alimentaria en el pa¨ªs. Esta ayuda alimentaria beneficia actualmente a tres millones de personas, frente a los 13 millones atendidos por la organizaci¨®n hace algunos meses. La llegada inminente del invierno hace que el tiempo apremie para lograr la financiaci¨®n necesaria y evitar que los avances de los ¨²ltimos a?os se esfumen, advierten sus responsables.
¡°Pedimos al mundo que nos ayude en este tercer invierno dif¨ªcil, tras el retorno de los talibanes al poder, porque nos arriesgamos a perder todos los avances realizados en los ¨²ltimos 20 a?os. Abandonar a la gente de Afganist¨¢n ahora significar¨ªa perder toda la inversi¨®n que hicimos¡±, explica en una entrevista con este diario Philippe Kropf, del equipo del PMA en Kabul.
Desde el retorno de los talibanes al poder en Kabul, en agosto de 2021, tras la retirada de las tropas internacionales del pa¨ªs, la econom¨ªa retrocedi¨® de manera alarmante y la situaci¨®n humanitaria se deterior¨® muy r¨¢pido. Las decisiones de los fundamentalistas de prohibir estudiar a las ni?as mayores de 12 a?os, cerrarles las puertas del mercado laboral e invisibilizarlas socialmente provoc¨® la repulsa mundial y tambi¨¦n redujo la ayuda externa. A ello se sumaron fuertes sequ¨ªas que han afectado gravemente a las cosechas del pa¨ªs, muy castigado por el cambio clim¨¢tico. El mantenimiento de la ayuda de la ONU, v¨ªa varias de sus agencias, ha evitado que el colapso del pa¨ªs sea total. ¡°Pero es muy doloroso mirar a una afgana a los ojos y decirle que el mundo no est¨¢ dando suficiente dinero para que ella pueda comer¡±, afirma Kropf, explicando que los trabajadores del PMA explican con altavoces en cada distribuci¨®n de v¨ªveres por qu¨¦ no hay comida para todos, y tambi¨¦n acuden a las radios comunitarias a informar de la situaci¨®n que atraviesan.
¡°Hace dos semanas estuve en una distribuci¨®n el distrito Waj¨¢n, en la provincia de Badakhshan, una de las ¨¢reas que se ver¨¢ aislada por el invierno. All¨ª vemos abuelos que nos dicen que no comen para que sus nietos puedan comer. Esto est¨¢ pasando en todo el pa¨ªs¡±, agrega el responsable de esta organizaci¨®n de la ONU en una videollamada desde Kabul.
En marzo, el PMA ya redujo en un 25% el volumen de raciones entregadas a los afganos que se encuentran en situaci¨®n de urgencia humanitaria. Semanas despu¨¦s, dej¨® de prestar ayuda a ocho millones de personas y a principios de este mes, a otros dos millones. ¡°El otro d¨ªa, dos mujeres vinieron a preguntarme por qu¨¦ ya no recib¨ªan ayuda, por qu¨¦ sus familias ya no est¨¢n en la lista. Esos son los momentos m¨¢s duros, las conversaciones m¨¢s dif¨ªciles. Son personas a las que nuestros c¨¢lculos les dan igual y al final les tienes que decir: ¡®Lo siento, pero no est¨¢s lo suficientemente mal como para que te demos comida¡±, detalla el responsable.
La asistencia alimentaria en el pa¨ªs beneficia actualmente a tres millones de personas, frente a los 13 millones atendidos por el PMA hace algunos meses
?C¨®mo se elige a qui¨¦n dejar fuera de las listas de beneficiarios? ¡°Con total imparcialidad¡±, responde, explicando que se analiza minuciosamente cada distrito y su situaci¨®n de inseguridad alimentaria, as¨ª como el estado de las cosechas y las previsiones meteorol¨®gicas. ¡°Nos encontramos situaciones en las que sabemos que la gente est¨¢ pasando hambre, pero menos que en otros lugares, y por eso nos vemos obligados a cortarles la ayuda. Tenemos distritos en los que hay que entregar comida antes de que empiece el invierno porque se van a quedar aislados por la nieve y el hielo y habr¨¢ hambruna y desnutrici¨®n¡±, explica.
El PMA estima que en Afganist¨¢n hay en este momento 15 millones de personas, sobre una poblaci¨®n total de 43 millones, que dependen de la asistencia humanitaria para comer. Por ello, solicita 1.000 millones de d¨®lares (aproximadamente 935 millones de euros) para atender a un total de 21 millones de afganos en los pr¨®ximos seis meses en sus programas de ayuda de emergencia, lucha contra la desnutrici¨®n y campa?as de alimentaci¨®n en las escuelas. Su petici¨®n coincide con la Asamblea General de la ONU que se celebra esta semana en Nueva York y en la que l¨ªderes de todo el mundo debaten sobre los desaf¨ªos m¨¢s urgentes del mundo, entre ellos el hambre.
En el cauto discurso del portavoz del PMA se entrev¨¦ la dificultad de trabajar en Afganist¨¢n en este momento y se adivina que el trabajo de las agencias de la ONU y de ONG es como caminar en la cuerda floja. Para encontrar, por ejemplo, la manera de seguir atendiendo directamente a las mujeres y ni?as o de sortear la prohibici¨®n de que las afganas trabajen, incluyendo en las entidades humanitarias, cuando es sabido que solo ellas pueden llegar a la poblaci¨®n del sexo femenino que necesita ayuda. ¡°Hacemos los repartos de ayuda en filas separadas. Esta ma?ana, por ejemplo, en un reparto, el 70% eran hombres. Las mujeres, la mayor¨ªa viudas, pasan primero¡±, describe Kropf.
La vida de 24 millones de personas, en juego
Los recortes realizados en Afganist¨¢n por el PMA, organizaci¨®n que recibi¨® el Premio Nobel de la paz en 2020, presente en 120 pa¨ªses, implican que tambi¨¦n se ha dejado fuera del circuito de reparto de ayuda a 1,4 millones de embarazadas, madres primerizas y sus hijos, que ya no reciben complementos y alimentos especialmente enfocados en luchar contra la desnutrici¨®n.
Tenemos distritos en los que hay que entregar comida antes de que empiece el invierno porque se van a quedar aislados por la nieve y el hielo y habr¨¢ hambruna y desnutrici¨®nPhilippe Kropf, Philippe Kropf, portavoz del Programa Mundial de Alimentos en Kabul
¡°Las embarazadas y las madres que amamantan y los lactantes tienen necesidades especiales. Una madre desnutrida dar¨¢ a luz a un ni?o que tendr¨¢ debilidades desde el momento en que respire. Por eso intentamos evitarlo con suplementos a familias especialmente en riesgo, pero estos recortes financieros van a tener sin duda un impacto serio en la desnutrici¨®n, que aumentar¨¢ en los pr¨®ximos meses¡±, prev¨¦.
En Afganist¨¢n, el PMA reparte dinero y comida, dependiendo de la zona donde se preste la asistencia. En Kabul, por ejemplo, se da dinero en efectivo para que las familias prioricen por lo que necesitan, ya que hay mercados abiertos. En otros lugares m¨¢s rec¨®nditos se entregan paquetes con varios kilos de harina, aceite y legumbres, suficientes para que una familia de siete personas se mantenga durante dos semanas. ?Y las otras dos semanas? ¡°Nada¡±, responde Kropf. ¡°En una distribuci¨®n de ayuda en Kabul, las familias recib¨ªan dinero para comprar alimentos y hubo mujeres que nos contaron que estaban endeudadas porque estaban pidiendo pr¨¦stamos para comprar comida e iban a usar este dinero para devolverlo. Con suerte les iba a sobrar algo para comprar un poco de harina y aceite. Y estas son las personas afortunadas, las que reciben algo¡±, explica.
Desde agosto de 2021, el PMA ha podido atender a 23 millones de personas, lo que muestra, seg¨²n sus responsables, que el mundo ¡°no ha olvidado a los afganos¡±. La organizaci¨®n de la ONU conf¨ªa en que, una vez que se incrementen los fondos y pase este invierno, puedan afianzarse peque?as se?ales positivas que se vislumbran en Afganist¨¢n, donde la econom¨ªa parece haberse estabilizado y hay previsi¨®n de cosechas mejores. ¡°Pero, aunque globalmente hay indicadores que son ligeramente mejores, cuando se va familia por familia vemos lo mal que lo est¨¢n pasando tras dos inviernos duros: no tienen semillas, han vendido hasta los utensilios agr¨ªcolas y muchas familias han puesto a los hijos a trabajar¡±, enumera el portavoz.
En todo el mundo, y seg¨²n el PMA, hay 345 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda, de las cuales 40 millones se encuentran en niveles de hambre de emergencia, es decir, se ven obligadas a tomar medidas desesperadas para sobrevivir y corren el riesgo de morir por malnutrici¨®n. El PMA se enfrenta a un d¨¦ficit de financiaci¨®n de m¨¢s del 60% este a?o, un nivel nunca visto en sus 60 a?os de historia. Los recortes tambi¨¦n han afectado a otras zonas del mundo como Banglad¨¦s, Hait¨ª, Somalia, Siria o los Territorios Palestinos y la organizaci¨®n calcula que por cada 1% de disminuci¨®n de su asistencia, 400.000 personas pasar¨¢n de la inseguridad alimentaria al hambre de emergencia. Es decir, 24 millones de personas estar¨ªan en riesgo de morir por desnutrici¨®n en los pr¨®ximos 12 meses si nada cambia.
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