Donde la comunidad internacional no llega: las iniciativas peque?as tienen la llave para acabar con el VIH, pero no los fondos
La ONU alerta de que las organizaciones lideradas por grupos de afectados, especialmente efectivas en la lucha contra el sida, reciben menos apoyo que hace una d¨¦cada, Las muertes relacionadas con la enfermedad han disminuido casi un 70% desde su m¨¢ximo en 2004, pero aumentan los nuevos contagios en Am¨¦rica Latina y Europa del Este
¡°Di positivo en 1985, apenas unas semanas despu¨¦s de que el Gobierno de Estados Unidos autorizase la primera prueba del VIH. Los m¨¦dicos me dieron seis meses de vida. Cuando le confes¨¦ a mi padre mi orientaci¨®n sexual, me dijo: ¡®Ya que has decidido cavar tu propia tumba, ap¨¢?atelas t¨² solo hasta que llegue el momento de usarla¡±. Y eso hizo, se las arregl¨®, pero ni solo ni muerto.
En 1988, Phill Wilson decidi¨® fundar con otros en su misma situaci¨®n el Grupo Operativo Nacional para la Prevenci¨®n del SIDA (NTFAP). ¡°Para educar a los hombres homosexuales negros sobre el VIH¡±, y que no creyesen, como ¨¦l, que el sida era ¡°una enfermedad de gais blancos¡±. Una d¨¦cada despu¨¦s constituy¨® el Black Aids Institute, cuyo eslogan es ¡°Nuestra gente, nuestro problema, nuestra soluci¨®n¡±. Organizaciones como estas, peque?as pero eficientes, lideradas por los propios afectados o colectivos en riesgo, son indispensables para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud p¨²blica en 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, seg¨²n el informe Que lideren las comunidades, publicado este martes por la Agencia de las Naciones Unidas para la lucha contra el VIH, Onusida, que recoge el testimonio de Wilson.
En 2022 hubo 1,3 millones de nuevas infecciones, 9,2 millones de los 39 millones que viv¨ªan con el VIH (el 23,6%) no acced¨ªan a antirretrovirales y 630.000 personas fallecieron por enfermedades relacionadas con el sida, m¨¢s de una cada minuto. Son mejores cifras que las de a?os precedentes, celebra Benedict Phillips, autor del informe, pero ¡°los avances no son suficientemente r¨¢pidos, la ampliaci¨®n del tratamiento se est¨¢ desacelerando y actualmente el mundo no est¨¢ en camino de cumplir los objetivos de 2025 y 2030¡å. Es decir, que el 95% de la poblaci¨®n con VIH conozca su condici¨®n, que el 95% de ellas reciba terapia y el 95% presente niveles indetectables del virus y, por tanto, intransmisibles.
Los fondos canalizados a trav¨¦s de organizaciones de personas seropositivas o en riesgo han ca¨ªdo de un 31% del total en 2012 a un 20% en 2021, seg¨²n la ONU
¡°Las muertes relacionadas con el sida han disminuido casi un 70% desde su punto m¨¢ximo en 2004, y las nuevas infecciones por VIH se encuentran en el punto m¨¢s bajo desde los ochenta¡±, subraya Ant¨®nio Guterres, secretario general de la ONU, en una declaraci¨®n con motivo de la celebraci¨®n del D¨ªa Mundial del Sida el 1 de diciembre.
La carrera contra la epidemia del sida entra en su ¨²ltima milla, pero dar por sentado el progreso ha provocado ¡°una bajada del VIH en la lista de prioridades de los donantes¡±, apunta Luisa Cabal, directora de Onusida para Am¨¦rica Latina y el Caribe. ¡°Nos hemos vuelto complacientes. A diferencia de ?frica subsahariana, donde ha habido una gran inversi¨®n y se han reducido los contagios, en Am¨¦rica Latina hay una crisis de prevenci¨®n y se ha producido un ascenso del 8% de nuevos casos desde 2010¡±, detalla. ¡°Esto pasa cuando se retira la respuesta de un pa¨ªs, incluido el apoyo a las comunidades¡±.
Los aumentos m¨¢s pronunciados de nuevos casos los han experimentado Europa del Este y Asia Central (un crecimiento del 49%) y Oriente Pr¨®ximo y Norte de ?frica (61%). ?frica subsahariana, que concentra la mayor carga de la enfermedad, es la regi¨®n que logra mayores avances, con un 57% menos de infecciones en el Este y Sur del continente, y un descenso del 49% en el centro y oeste. De hecho, cinco pa¨ªses africanos (Botswana, Eswatini, Ruanda, Tanzania y Zimbabue) alcanzaron los objetivos 95-95-95 en 2022.
La ralentizaci¨®n global de los progresos se debe, seg¨²n el an¨¢lisis de Phillips, a que las iniciativas lideradas por las comunidades de personas que viven con el VIH o est¨¢n m¨¢s expuestas al contagio ¨Dgrupos de mujeres, j¨®venes, personas LGTBI, prostitutas y usuarios de drogas¨D reciben cada vez menos apoyo financiero para defender sus derechos y sostener sus actividades de prevenci¨®n, testeo y prestaci¨®n de servicios. A escala mundial, los fondos canalizados a trav¨¦s de ellas han ca¨ªdo de un 31% del total en 2012 a un 20% en 2021.
La explicaci¨®n que ofrece Phillips es que los gobiernos y los grandes donantes reconocen el valor de estas peque?as iniciativas, ¡°pero quieren informes de muchas p¨¢ginas sobre el impacto de sus inversiones¡±. Por lo que a la hora de otorgar una importante suma de fondos, optan por organizaciones grandes, profesionalizadas y con programas de gran escala, capaces de gestionar abultadas cifras de dinero y redactarles sus preciados estudios. Hacen eso en vez de trocear el pastel en peque?as porciones para repartirlas entre multitud de comunidades y activistas de la sociedad civil. Sin apoyo, estas dependen desproporcionada e insosteniblemente del trabajo no remunerado de sus miembros, ahonda el informe.
¡°Los programas a la antigua usanza no llegan a todos los que los necesitan¡±, explica Phillips a este medio. S¨ª lo consiguen las iniciativas comunitarias. ¡°Los colectivos marginados y estigmatizados son conscientes de sus propias necesidades y de las barreras a las que deben enfrentarse, y est¨¢n m¨¢s capacitados para identificar las estrategias para llegar a los m¨¢s necesitados¡±. El experto de Onusida cita un estudio del Banco Mundial que demostr¨® que los programas llevados a cabo por este tipo de organizaciones est¨¢n asociados a un aumento del 64% en el acceso al tratamiento del VIH en zonas rurales de Nigeria y a una duplicaci¨®n de la probabilidad de uso de los servicios de prevenci¨®n. ¡°En Kenia, las comunidades con una alta participaci¨®n de organizaciones comunitarias han cuadriplicado el uso sistem¨¢tico del preservativo con todas las parejas en los 12 meses anteriores¡± a la investigaci¨®n, escribe el autor.
Los programas a la antigua usanza no llegan a todos los que los necesitanBenedict Philips, ONUSIDA
La financiaci¨®n global destinada a abordar esta epidemia tambi¨¦n disminuy¨® en 2022, advierte la ONU y volvi¨® al mismo nivel que en 2013. Estados Unidos y el Fondo Mundial para la Malaria, la Tuberculosis y el VIH fueron los mayores donantes, con el 58 y el 29% del total, que el a?o pasado ascendi¨® a 20.800 millones de d¨®lares (19.000 millones de euros). Es un 2,6% menos que en 2021 y est¨¢ por debajo de los 29.300 millones de d¨®lares (26.800 millones de euros) necesarios para 2025. ¡°La respuesta al sida en pa¨ªses de ingresos bajos y medianos necesita m¨¢s de 8.000 millones de d¨®lares adicionales (7.300 millones de euros) por a?o para estar totalmente financiada¡±, recalca el secretario general de la ONU.
¡°Penalizar mata¡±
La comunidad internacional se marc¨® como objetivo que las organizaciones lideradas por la comunidad proporcionen el 30% de los servicios de pruebas y tratamiento, el 80% de los servicios de prevenci¨®n y el 60 % de los programas de apoyo a los facilitadores sociales para 2025. Pero los testimonios de activistas que recoge el estudio de Onusida describen dificultades presupuestarias y de otra ¨ªndole, como la discriminaci¨®n, persecuci¨®n y penalizaci¨®n.
El potencial de las comunidades no solo est¨¢ ahogado por la falta de recursos, apunta el informe, sino tambi¨¦n por leyes represivas que dificultan su actividad e incluso persiguen a sus miembros. ¡°Sabemos que la oposici¨®n a los derechos de las personas m¨¢s vulnerables afecta a la lucha contra el VIH. Penalizar mata¡±, asegura rotunda Cabal.
Entre los 54 pa¨ªses con estudios recientes, una media del 59 % de los encuestados present¨® actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH
Un ejemplo es Uganda, que el pasado mayo aprob¨® una de las leyes m¨¢s duras contra la homosexualidad. La nueva norma no solo mantiene la cadena perpetua para los actos sexuales entre personas del mismo sexo, sino que condena ¡°la promoci¨®n de la homosexualidad¡± con hasta 20 a?os de c¨¢rcel y la ¡°homosexualidad agravada¡± con la pena de muerte. Activistas, seropositivos y personas de riesgo del pa¨ªs han denunciado los efectos negativos de esta pol¨¦mica norma en la lucha contra el VIH.
¡°La represi¨®n contra la sociedad civil y los derechos humanos de las comunidades marginadas afecta a los servicios de prevenci¨®n y tratamiento del VIH, que hace peligrar la lucha contra la epidemia de sida. Las leyes y las pol¨ªticas perjudiciales dirigidas a poblaciones en riesgo de infecci¨®n por el VIH amenazan la vida de activistas comunitarios, que intentan hacerles llegar servicios¡±, recoge Winnie Byanyima, directora de Onusida, en el pr¨®logo del texto presentado este martes.
¡°Se acord¨® eliminar leyes punitivas contra el colectivo LGTBIQ+, personas que consumen drogas, trabajadores sexuales y personas de otras poblaciones normalmente criminalizadas¡±, recuerda el informe. Pero ¡°entre los 54 pa¨ªses con estudios recientes, una media del 59 % de los encuestados present¨® actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH, una cantidad seis veces mayor que la meta del 10% para 2025¡å, denuncia.
Sin embargo, el fracaso ¡°no es inevitable¡±, finaliza Phillips. Un empuj¨®n a las comunidades puede acelerar la lucha y concluir en ¨¦xito la estrategia 95-95-95. ¡°Est¨¢n haciendo un servicio al mundo¡±.
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