Colegios de bajo coste para los ni?os del barrio keniano de Mathare
Estas escuelas privadas atienden a familias en las zonas m¨¢s pobres de la capital del pa¨ªs africano, donde no hay suficientes centros de ense?anza para poblaciones muy j¨®venes
Steve tiene seis a?os y vive en el slum (asentamiento informal) de Mathare, el segundo m¨¢s grande de Nairobi. Como todos los ni?os kenianos de seis a?os, est¨¢ en la edad de empezar su etapa escolar obligatoria. Su familia, poco antes de comenzar el curso, se acerc¨® al colegio p¨²blico m¨¢s cercano para matricularle, pero all¨ª les comunicaron que ya no hab¨ªa plazas disponibles. ?Qu¨¦ pod¨ªa hacer la familia de Steve, sin dinero suficiente para pagar una matr¨ªcula privada?
Seg¨²n los ¨²ltimos datos publicados por el Gobierno, en 2020, Kenia contaba con 23.368 colegios p¨²blicos y 8.096 colegios privados ¡ªde los 55 millones de habitantes del pa¨ªs, el 37% tiene menos de 14 a?os, seg¨²n el Fondo de Poblaci¨®n de la ONU¡ª. Estos dos tipos de centros conviven con un tercero, el de los privados low cost (de bajo coste), que atiende a familias de bajos ingresos de las zonas m¨¢s pobres de grandes ciudades, los asentamientos informales o slums. Estas escuelas, a menudo un proyecto de familias residentes en estos barrios, no est¨¢n registradas ni controladas por el Gobierno y han suscitado las cr¨ªticas de organismos gubernamentales por la baja calidad tanto del profesorado como de los materiales e instalaciones de la escuela, al mismo tiempo que atienden a ni?os que de otra manera quedar¨ªan excluidos del circuito escolar.
La pol¨¦mica m¨¢s sonada estall¨® en 2018 entre las Bridge International Academies, un grupo de escuelas de bajo coste que contaba con cientos de centros en ?frica, y la Uni¨®n Nacional de Profesores de Kenia. El secretario general de esta ¨²ltima en aquella ¨¦poca, Wilson Sossion, afirm¨® p¨²blicamente que las escuelas low cost eran ilegales y que deb¨ªan ser clausuradas inmediatamente. Finalmente, tras la presi¨®n ejercida por parte del Gobierno, terminaron cerrando m¨¢s de la mitad de estos centros.
En el slum de Mathare viven aproximadamente 500.000 personas, aunque no hay datos muy exactos. Pero Mathare cuenta tan solo con cuatro colegios p¨²blicos. ¡°Actualmente, un 60% de los ni?os aqu¨ª van a estas escuelas low-cost¡±, afirma Alice Wanjiru, empleada de la ONG Educafrica, que colabora con varias escuelas del barrio en la formaci¨®n del profesorado.
Un gran gasto en educaci¨®n
En el ¨²ltimo informe Kenya economic update, el Banco Mundial resalta la elevada cantidad de dinero que los hogares destinan a educaci¨®n en Kenia: un 33% del gasto total en educaci¨®n del pa¨ªs viene de las familias, donde la ense?anza primaria (de los seis a los 14 a?os), te¨®ricamente gratuita, suma una serie de gastos ocultos, como libros y uniformes. Un ejemplo lo pone Benjamin Aminga, director de la escuela de bajo coste Golden Bells Education Center, que imparte clases a 180 alumnos: ¡°Algunos ni?os no tienen suficiente dinero para pagar la comida, as¨ª que de vez en cuando pongo algo de mi propio bolsillo para que puedan llegar a final de mes¡±.
El salario m¨ªnimo en Kenia es de unos 181.400 chelines al a?o (unos 1.020 euros), un nivel que muchas familias de barrios como Mathare no alcanzan. Los costes anuales de colegios como con los que colabora Educafrica rondan los 7.500 chelines al a?o (unos 42 euros) para educaci¨®n primaria, el doble para secundaria.
¡°Kenia ha hecho esfuerzos impresionantes, aumentando el gasto en educaci¨®n, incrementando la matriculaci¨®n en todos los niveles y mejorando sus resultados antes de la pandemia, convirti¨¦ndose en uno de los pa¨ªses de mejores resultados de la regi¨®n¡±, se?al¨® el Banco Mundial en su informe de junio de 2022. El Gobierno invierte en el sector educativo un 4,1% de su PIB, por encima de otros pa¨ªses de la zona, como Uganda (2,6%), Tanzania (3,2%) o Etiop¨ªa (3,7%). Organismos como Unicef, por su parte, subrayan que la escolarizaci¨®n en ense?anza primaria en Kenia roza el 93%, pero cae hasta el 53% en secundaria. Adem¨¢s, algunas zonas del pa¨ªs llegan a tener un ratio de 77 alumnos por profesor.
Los colegios de bajo coste no reciben ayuda gubernamental, explica Andrew Omamo, director y fundador de la escuela Red Hill Education Center, con m¨¢s de 350 estudiantes: ¡°Toda la financiaci¨®n que tenemos es la tasa que pagan los alumnos¡±. Judy Odero, fundadora y directora de Destiny Junior Education Center, otra de las escuelas low cost de la zona, (365 estudiantes) lo corrobora. ¡°Fomentamos que los profesores hagan ver a los padres y alumnos la importancia de la educaci¨®n¡±, subraya.
En cuanto a sus resultados, alumnos de ambas instituciones se presentaron al ¨²ltimo examen nacional de educaci¨®n primera, una prueba que realizan los estudiantes tras completar octavo y que est¨¢ supervisada por el Consejo Nacional de Ex¨¢menes de Kenia, un organismo examinador dependiente del Ministerio de Educaci¨®n. En Red Hill, la nota m¨¢s alta fue de 327 puntos (de un m¨¢ximo de 500) y 12 de los 27 alumnos que se presentaron obtuvieron al menos 250 puntos. En Golden, la mayor nota fue de 336, y la mitad de los alumnos (cuatro de ocho ni?os) aprobaron.
Steve tiene ahora 12 a?os, y gracias a la ampliaci¨®n que Judy Odero ha realizado en la escuela Destiny, puede continuar sus estudios de secundaria. Cuando le preguntan qu¨¦ quiere ser de mayor, responde sin dudar: ¡°Quiero ser ingeniero, para devolverle a mi comunidad todo lo que me ha dado¡±.
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