Las senegalesas socializan sus ahorros para sortear la crisis con un fondo com¨²n centenario
Ante las dificultades para acceder a los servicios de banca tradicional, las mujeres crean grupos para gestionar conjuntamente parte de sus ingresos. Eso les permite obtener peque?os pr¨¦stamos a un inter¨¦s razonable con los que emprender negocios o hacer frente a gastos como las tasas escolares de los ni?os
¡°Vivir en Dakar es muy caro¡±, explica Marieme, una limpiadora treinta?era de la capital senegalesa. ¡°Las personas con bajos ingresos como yo no pueden cubrir todos los gastos por s¨ª solas. Tengo que compartir el alquiler con mis compa?eras. Somos seis en una sola habitaci¨®n. Y ahorrar a trav¨¦s de la tontina me ayuda a pagar los gastos de viaje para volver a mi pueblo¡±.
La tontina es un plan de ahorro muy com¨²n entre las mujeres y se ha convertido en una pr¨¢ctica habitual en Senegal. El proceso es sencillo. Seg¨²n las reglas establecidas por cada grupo, las mujeres determinan una cantidad de dinero que invierten cada mes, semana o d¨ªa. En una fecha decidida de antemano, se designa a una ganadora de parte de lo recaudado por sorteo. Adem¨¢s de la finalidad econ¨®mica, la tontina tambi¨¦n tiene por objetivo reunir a los miembros de la comunidad, socializar, aprender a trav¨¦s de diversos programas de formaci¨®n y reforzar la capacidad de resistir en un contexto de crisis.
Los archivos de la Agencia Nacional de Estad¨ªstica y Demograf¨ªa de Senegal (ANSD, por sus siglas en franc¨¦s) indican que m¨¢s de la mitad de los empleos en este pa¨ªs africano son precarios. Marieme gana menos de 80 euros al mes y debe administrar sus ingresos: ¡°Env¨ªo 23 euros a mi madre, que est¨¢ en el pueblo y aporto 15 para la casa. Invierto 1,50 cada martes en la tontina de mi grupo. El resto me pertenece, para mis asuntos personales (risas). Es esencial¡±.
Pape Amadou Ndiaye, fundador de uno de estos grupos de ahorro, es un ginec¨®logo con d¨¦cadas de experiencia con comunidades de bajos ingresos: ¡°Es un plan de ahorro eficaz que une a las mujeres y genera un fuerte impacto econ¨®mico en sus comunidades. Solo necesitan formaci¨®n sobre inversi¨®n y ahorro. Trabajan duro en diversas ¨¢reas del sector informal, pero es un sector que plantea muchas dificultades a la hora de abrir una cuenta de ahorro normal o acceder a cualquier entidad de cr¨¦dito, que a menudo ofrece tipos de inter¨¦s elevados. Cualquier banco exige entre 23 y 38 euros no reembolsables, adem¨¢s de intereses que oscilan entre el 10% y el 20%¡±.
En Kaolack, a 216 kil¨®metros de Dakar, se celebra una tontina diferente. Fue iniciada por tres mujeres durante la pandemia de covid en 2020. ¡°Para ayudarnos mutuamente, empezamos a poner en la caja 1,50 euros cada mi¨¦rcoles e impusimos una penalizaci¨®n de 0,30 euros por retraso y de 0,75 si la socia ya ha cobrado su dinero y no hace su aportaci¨®n a tiempo¡±, explica Maimouna, de 39 a?os, una de las 75 socias actuales. En tres a?os, el dinero por penalizaciones permiti¨® al grupo desarrollar un negocio de jabones, obtener beneficios e incluso otorgar peque?os pr¨¦stamos para emprendimientos. ¡°El pr¨¦stamo es reembolsable cada 15 d¨ªas con un inter¨¦s del 10% cuando la suma es de 230 euros¡±.
Touba tiene el r¨¦cord de grupos de ahorro en Senegal, con 500, lo que significa un total de entre 12.500 y 35.000 mujeres inscritas
En Thi¨¨s, a 70 kil¨®metros al este de la capital, se inici¨® otro plan de ahorro en 2016 que funciona de manera diferente. Nieti Caabi (¡°tres llaves¡±) es un sistema que consiste en una caja registradora con tres candados. Cada una de las tres llaves es responsabilidad de una participante del grupo. Los miembros disponen de un cuaderno, una almohadilla de tinta y un tamp¨®n para anotar las entradas y salidas. La caja, con una suma de 9.000 euros como m¨ªnimo, se entrega a una tesorera que est¨¢ en un barrio donde se guarda una de las tres llaves para abrir la caja. La oficina est¨¢ compuesta por una presidenta, una secretaria, una tesorera, una correctora, una recaudadora, otra recaudadora para fines solidarios, una auditora y tres responsables de las llaves. La caja solo se abre un d¨ªa fijo de la semana establecido en una asamblea general y en presencia de todos los miembros.
El valor invertido tambi¨¦n se decide por consenso, y oscila entre 1,50 y 3 euros cada semana. En las zonas rurales, se establece una cantidad adicional de 0,15 euros para fines solidarios destinada a las necesidades de la comunidad, como funerales o bautizos. Los intereses se fijan en 0,40 euros por cada 7,65. Al cabo de un a?o, el capital y los intereses se devuelven a los miembros en funci¨®n de la cantidad invertida por cada uno. Cada grupo se compone de 25 a 70 integrantes, que es el m¨¢ximo.
Cada vez son m¨¢s las ciudades del pa¨ªs que utilizan este plan de ahorro. Touba, una ciudad de 800.000 de habitantes en el centro del pa¨ªs, tiene el r¨¦cord, con 500 grupos, lo que significa un total de entre 12.500 y 35.000 mujeres inscritas.
Al margen de c¨®mo se adapten a las distintas zonas del pa¨ªs, estos planes de inversi¨®n, ahorro y solidaridad son estrategias ganadoras para que las mujeres mejoren sus condiciones de vida y salgan de la pobreza. El soci¨®logo Abdou Khadre Sanoko afirma: ¡°Estas mujeres pertenecen por lo general a grupos desfavorecidos, pero cada vez m¨¢s mujeres de clase media se interesan por ¨¦l gracias a sus convincentes resultados. El sistema permite financiar actividades que generan ingresos y puede ayudarles a alcanzar el ¨¦xito¡±.
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