El mar Rojo: un polvor¨ªn que todas las potencias militares aspiran a controlar
La oleada de ataques hut¨ªes incendia una regi¨®n plagada de bases militares extranjeras, asolada por las guerras civiles y de importancia estrat¨¦gica para la UE
Los rebeldes hut¨ªes de Yemen mantienen en jaque al comercio mundial. Sus incesantes ataques a embarcaciones en el mar Rojo han multiplicado la tensi¨®n en una de las regiones m¨¢s inestables y militarizadas del planeta, y han reducido dr¨¢sticamente el tr¨¢fico por una v¨ªa mar¨ªtima primordial para el transporte global de mercanc¨ªas e hidrocarburos. La volatilidad e importancia geoestrat¨¦gica de la zona se reflejan en la presencia permanente de tropas de casi todas las potencias militares; y en las ansias del Kremlin por establecer una base en el mar Rojo tras varios intentos fallidos. Las guerras civiles que asolan sus costas, el resurgir de la pirater¨ªa y la fijaci¨®n de Etiop¨ªa con obtener una salida al mar, elevan a¨²n m¨¢s la temperatura de unas aguas ya de por s¨ª calientes.
Las perturbaciones del tr¨¢fico mar¨ªtimo en el mar Rojo, considerado seguro durante d¨¦cadas, comenzaron a principios de siglo con la irrupci¨®n de la pirater¨ªa somal¨ª. A partir de 2015, la guerra en Yemen transform¨® el sur del mar en una zona de conflicto armado, y la oleada de ataques de la milicia hut¨ª, en represalia por la invasi¨®n israel¨ª de la franja de Gaza, amenaza con convertirlo en intransitable. El punto cr¨ªtico es el estrecho de Bab el Mandeb (Puerta de las L¨¢grimas ¡ªo de las Lamentaciones¡ª en ¨¢rabe), que conecta el mar Rojo y el oc¨¦ano ?ndico y por el que, hasta hace unas semanas, pasaba en torno al 30% del transporte mar¨ªtimo de contenedores y el 12% del comercio mundial de petr¨®leo.
Los hut¨ªes, que controlan el noroeste de Yemen, han resistido durante a?os los ataques de la coalici¨®n militar que saud¨ªes y emirat¨ªes pusieron en marcha poco despu¨¦s de que los rebeldes tomaran el control de San¨¢, la capital. Menos alineados ideol¨®gicamente con Teher¨¢n que otras milicias proiran¨ªes como la libanesa Hezbol¨¢ o las que operan en Siria e Irak, la estrecha relaci¨®n entre ambos, cimentada en su animadversi¨®n a Riad, ha potenciado las capacidades militares de los milicianos yemen¨ªes y ha permitido a la Rep¨²blica Isl¨¢mica operar indirectamente en el mar Rojo. Eleonora Ardemagni, investigadora del Instituto de Estudios de Pol¨ªtica Internacional (ISPI) de Mil¨¢n, considera que Ir¨¢n es el principal beneficiado de la crisis. ¡°Mantiene el foco alejado de su territorio, eleva la sensaci¨®n de cerco sobre Israel y erosiona el poder disuasorio de Estados Unidos en la regi¨®n¡±, sostiene la experta en el mar Rojo.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, los hut¨ªes han lanzado incontables drones y misiles contra embarcaciones; han secuestrado el Galaxy Leader, un buque vinculado a un empresario israel¨ª que permanece amarrado en el puerto de Hodeida; y han exhibido la capacidad de alcanzar Eilat, a unos 1.500 kil¨®metros de distancia, el ¨²nico puerto de Israel en el mar Rojo, al que no ha llegado ni un solo barco desde noviembre.
Estados Unidos lidera desde finales de diciembre Guardi¨¢n de la Prosperidad: una operaci¨®n naval multinacional a la que, seg¨²n Washington, se han sumado m¨¢s de una veintena de pa¨ªses, aunque solo 12 lo han reconocido (Alemania, Australia, Bar¨¦in, Canad¨¢, Dinamarca, Grecia, Pa¨ªses Bajos, Reino Unido, Noruega, Nueva Zelanda, Seychelles, Singapur y Sri Lanka). Desde la llegada a la zona conflictiva del portaviones USS Dwight Eisenhower y tres destructores estadounidenses, la mayor¨ªa de los artefactos lanzados desde la costa yemen¨ª han sido interceptados, pero a un coste elevad¨ªsimo: m¨¢s de dos millones de euros por cada misil empleado en destruir un dron hut¨ª, valorado en menos de 2.000 euros, seg¨²n el Pent¨¢gono.
Los ej¨¦rcitos estadounidense y brit¨¢nico han lanzado m¨¢s de 150 misiles de crucero Tomahawk y bombas guiadas contra radares, defensas antia¨¦reas y dep¨®sitos de armas de la milicia proiran¨ª. Luca Nevola, investigador especializado en Yemen del centro de an¨¢lisis Armed Conflict Location and Event Data Project (Acled), considera ¡°sumamente improbable¡± que Washington y Londres puedan poner fin con sus ataques a la capacidad de los hut¨ªes de condicionar la navegaci¨®n.
En el mar, se han producido enfrentamientos directos. El 31 de diciembre, la Armada estadounidense impidi¨® que la milicia chi¨ª secuestrase un buque, al hundir tres de sus lanchas r¨¢pidas; un incidente en el que murieron una decena de hut¨ªes. A principios de enero, dos marines estadounidenses fallecieron tras caer al agua durante un abordaje en una operaci¨®n nocturna en la que se incaut¨® armamento de Ir¨¢n destinado a la milicia que apadrina en Yemen.
Misi¨®n naval de la UE
Mientras Estados Unidos ejerce de gendarme del mar Rojo, la Uni¨®n Europea prev¨¦ aprobar en febrero una operaci¨®n naval comunitaria a la que Espa?a no se opone, pero descarta participar. Camille Lons, del centro de an¨¢lisis Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), subraya que Bruselas ultima una misi¨®n alternativa a la liderada por Washington, que sea ¡°m¨¢s defensiva, menos agresiva con Ir¨¢n y menos colaborativa con la invasi¨®n de Gaza¡±. La investigadora agrega que, hasta ahora, los bombardeos estadounidenses y brit¨¢nicos no han frenado los ataques en el mar Rojo y han provocado que la milicia yemen¨ª ¡°sea m¨¢s popular que nunca, en casa y en la regi¨®n¡±.
Los hut¨ªes, envalentonados, han movilizado a m¨¢s de 20.000 nuevos reclutas en las ¨²ltimas semanas. ¡°Una gran parte de la poblaci¨®n que los criticaba por la corrupci¨®n, la violencia, la represi¨®n y el desastre econ¨®mico, acude ahora enfervorecida a las manifestaciones masivas que ellos organizan¡±, sostiene Abdulghani al Iryani, analista del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos de San¨¢. ¡°Lo hacen con el convencimiento de que est¨¢n situados en el lado correcto de la historia; es incre¨ªble hasta qu¨¦ punto est¨¢n dispuestos los yemen¨ªes a sacrificarse por la causa palestina¡±, prosigue Al Iryani desde su exilio en El Cairo.
Las constantes provocaciones de la milicia hut¨ª, su reciente designaci¨®n en Washington como organizaci¨®n terrorista y la respuesta militar estadounidense, han descarrilado las negociaciones bilaterales de paz que manten¨ªan los rebeldes yemen¨ªes y Riad, de las que en todo momento se ha distanciado Abu Dabi. ¡°Los saud¨ªes llevan al menos desde 2019 tratando de salir de la pesadilla en la que se ha convertido su intervenci¨®n en Yemen¡±, resume Nevola. El analista de Acled subraya el inter¨¦s de Riad por una desescalada en la actual crisis del mar Rojo. ¡°El proceso de paz es prioritario para Arabia Saud¨ª, que, adem¨¢s, teme que los hut¨ªes, como represalia [por los bombardeos de EE UU], reinicien sus ataques contra sus instalaciones petrol¨ªferas¡±. En septiembre de 2019, drones lanzados desde Yemen provocaron unos gigantescos incendios en las refiner¨ªas de Abqaiq y Khurais, que derivaron en una ca¨ªda del 5% de la producci¨®n mundial de petr¨®leo.
Lucha de poder en la ribera africana
Al otro lado de Bab el Mandeb, en Yibuti, el pa¨ªs m¨¢s peque?o y el ¨²nico estable en la regi¨®n, se concentran bases militares extranjeras como en ning¨²n otro lugar del planeta. Las instalaciones de Italia, Jap¨®n, Francia ¡ªen la que tambi¨¦n hay un destacamento espa?ol desde 2008¡ª y la que est¨¢ construyendo Arabia Saud¨ª, se encuentran a pocos kil¨®metros de la ¨²nica base militar permanente de China en el extranjero y de Camp Lemonnier, la ¨²nica estadounidense en ?frica.
La seguridad y la tranquilidad de Yibuti contrastan con la violencia, el caos o la represi¨®n que imperan en los pa¨ªses vecinos, en los que Mosc¨², Ankara, Riad o Abu Dabi tratan de aumentar su influencia.
En Somalia, pa¨ªs en estado perenne de guerra, Turqu¨ªa inaugur¨® en 2017 su mayor base en el extranjero, cerca de Mogadiscio, la capital. En Somalilandia, regi¨®n somal¨ª independizada de facto desde los a?os noventa, Emiratos ?rabes Unidos (EAU) dispone de unas instalaciones militares. Y en el sur del pa¨ªs, Al Shabab, filial de Al Qaeda en el Cuerno de ?frica, controla gran parte de la costa.
Rusia lleva lustros negociando un acceso al mar Rojo con distintos l¨ªderes africanos. Tras fracasar en Yibuti, Mosc¨² sedujo en abril de 2019 al sudan¨¦s Omar al Bashir, solo unas semanas antes de que este fuera derrocado. El pasado febrero, el Kremlin logr¨® cerrar un nuevo pacto con los sucesores del dictador para establecer una base naval en Puerto Sud¨¢n, pero la guerra civil que estall¨® dos meses despu¨¦s convirti¨® el acuerdo en papel mojado.
El Kremlin centra ahora sus esfuerzos en Eritrea, el pa¨ªs m¨¢s herm¨¦tico del continente. A pesar del secretismo, la sinton¨ªa entre el r¨¦gimen ruso y el eritreo resulta evidente. El pa¨ªs africano fue uno de los cinco miembros de la ONU que, en marzo de 2022, vot¨® en contra de la resoluci¨®n de condena de la invasi¨®n de Ucrania, junto a Rusia, Bielorrusia, Siria y Corea del Norte. Y el dictador eritreo, Isa¨ªas Afwerki, viaj¨® dos veces a Mosc¨² el a?o pasado, las ¨²nicas en sus m¨¢s de tres d¨¦cadas en el poder.
El estrechamiento de v¨ªnculos entre Rusia y Eritrea coincide con el enfriamiento de las relaciones de la brutal dictadura de Afwerki con Israel, que cerr¨® su embajada en Asmara, y con EAU, que desmantel¨® la base que ten¨ªa muy cerca de Yibuti, en Asab, utilizada durante a?os para las ofensivas a¨¦reas contra los hut¨ªes .
EAU se ha transformado en uno de los actores con m¨¢s peso en toda la regi¨®n, a pesar de que el mar Rojo no ba?a sus costas. El ej¨¦rcito emirat¨ª mantiene instalaciones militares ¡ªno reconocidas¡ªen dos islas yemen¨ªes: la diminuta Perim, que divide en dos Bab el Mandeb, y la estrat¨¦gica Socotra, en el golfo de Ad¨¦n. Adem¨¢s, Abu Dabi ha desarrollado una red de infraestructuras portuarias en la ribera africana del mar Rojo, desde Somalia hasta Egipto, que fortalece sus capacidades militares.
El Gobierno emirat¨ª marca su propia agenda regional, cada vez m¨¢s distanciada de la del saud¨ª. A diferencia de las cr¨ªticas de Riad a los ataques de Washington contra los hut¨ªes, Abu Dabi mantiene silencio, mientras observa si la escalada puede suponer un punto de inflexi¨®n para la consecuci¨®n de sus objetivos en Yemen. La guerra civil en Sud¨¢n, donde sus intereses son divergentes, ha evidenciado a¨²n m¨¢s las fricciones entre las dos principales monarqu¨ªas del Golfo.
La obesi¨®n et¨ªope con la salida al mar
En el Cuerno de ?frica, la tensi¨®n se dispar¨® a¨²n m¨¢s cuando Etiop¨ªa ¡ªel pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo sin salida al mar¡ª anunci¨® un acuerdo con Somalilandia para establecer un puerto comercial y una base naval, a cambio del reconocimiento como pa¨ªs independiente y de un n¨²mero indeterminado de acciones de Ethiopian Airlines, la principal aerol¨ªnea de ?frica. La obsesi¨®n del Gobierno et¨ªope con recuperar la salida al mar que perdi¨® tras la independencia de Eritrea en 1993, ha resucitado los fantasmas de guerra con su antigua provincia, y ha enfurecido al Gobierno somal¨ª, que ha vetado su espacio a¨¦reo a los aviones de su vecino expansionista. El grupo terrorista Al Shabab, por su parte, insta a sus fieles a sumarse a la ¡°yihad [guerra santa] contra el invasor et¨ªope¡±.
Desde algunas de las playas somal¨ªes controladas por los yihadistas han zarpado los piratas que en las ¨²ltimas semanas han abordado varios buques, en los primeros actos de este tipo desde 2019. Algunos analistas no descartan que estas acciones est¨¦n coordinadas con los hut¨ªes, pero la mayor¨ªa opina que Al Shabab ¨²nicamente trata de sacar r¨¦dito del caos generado por los rebeldes yemen¨ªes. El MV Ruen, un mercante b¨²lgaro con pabell¨®n malt¨¦s, permanece secuestrado en la costa somal¨ª. Otros intentos de abordaje han sido frustrados por la intervenci¨®n de buques militares de Estados Unidos o de la India, que ha enviado tres destructores a las proximidades del golfo de Ad¨¦n.
Camille Lons recalca que la reaparici¨®n de la pirater¨ªa convierte en ¡°a¨²n m¨¢s urgente¡± la misi¨®n naval de la UE. La analista del EFCR incide en que el perjuicio para Europa que supone esta crisis es mayor que para Estados Unidos u otras potencias. El tr¨¢fico en el canal de Suez, que conecta el mar Rojo con el Mediterr¨¢neo, se ha desplomado casi un 50% en los ¨²ltimos dos meses, una ca¨ªda que supone un terremoto para la econom¨ªa egipcia. Mientras m¨¢s de una decena de navieras desv¨ªan sus cargueros por el cabo de Buena Esperanza, el coste de fletar un contenedor de un puerto chino a uno europeo se ha triplicado. ¡°Los ataques de los hut¨ªes obligan a la UE a poner el foco en el mar Rojo, una zona cr¨ªtica para sus intereses y envuelta en la inestabilidad, pero que casi siempre ha estado fuera de su radar¡±, sentencia Lons.
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