El¨ªas Jengo, educador y pintor tanzano: ¡°Las ra¨ªces del arte son africanas¡±
Tras una vida dedicada a fomentar el talento de los creadores en su pa¨ªs, este octogenario multifac¨¦tico reflexiona sobre el papel del colonialismo en la cultura del continente
Elias Eliezar Jengo (Tanga, 1936) ha dedicado al arte toda la vida. Por eso, no resulta extra?o que en las paredes de su estudio a las afueras de Dar es Salam, en la costa de Tanzania, descansen sus m¨²ltiples reconocimientos internacionales, y sobre los anaqueles se conserven sin rastro de polvo los cientos de libros que todav¨ªa hoy sigue consultando. Varios escritorios, caballetes y lienzos, pinceles y colores, fotograf¨ªas en sepia y algunas de sus obras terminan de componer el universo que este escritor, pintor, historiador del arte africano, educador y profesor universitario ha ido construyendo a lo largo de su vida. A sus 88 a?os, Jengo explica que ha empezado a fallarle el coraz¨®n, pero que su memoria permanece intacta: ¡°Por eso escribo¡±, asegura.
Reconocido como una eminencia educativa y como una de las figuras que m¨¢s ha contribuido a definir la escena art¨ªstica contempor¨¢nea de Tanzania, Jengo abre las puertas de su casa para rememorar los pasos de toda una trayectoria. Mira a un punto infinito en su estudio, y con voz quebrada y tono sosegado, recuerda aquellos primeros contactos con el arte: ¡°En la guarder¨ªa sol¨ªa dibujar en la arena y ve¨ªa que a mis amigos les gustaba, siempre me ped¨ªan que les dibujara. Ese fue el germen¡±, explica. Proveniente de una familia acomodada y el ¨²ltimo de ocho hermanos, se?ala que fue durante la ense?anza secundaria cuando realmente empez¨® a tomarse muy en serio su carrera art¨ªstica. Su talento hizo posible que la Administraci¨®n brit¨¢nica (Tanzania fue colonia desde 1919 hasta 1961) le ofreciera una beca de cuatro a?os, y as¨ª, en 1959, se traslad¨® a Kampala, capital de Uganda, donde estudi¨® Artes y Educaci¨®n en la Universidad de Makerere, la ¨²nica que hab¨ªa en ?frica Oriental en aquella ¨¦poca.
Los brit¨¢nicos son excelentes a la hora de dividir a la gente
Los a?os siguientes estuvieron marcados por los procesos de independencia en ?frica. La de Tanganica (nombre que recib¨ªa Tanzania antes de unirse con Zanzibar) lleg¨® en 1961, cuando Jengo segu¨ªa form¨¢ndose en el pa¨ªs vecino. Al terminar sus estudios, en 1963, se inici¨® como profesor en el Instituto Tabora de Dar es Salam, un centro que el profesor utiliza como el ejemplo perfecto para describir aquella etapa de descolonizaci¨®n cultural: ¡°Los brit¨¢nicos son excelentes a la hora de dividir a la gente. La escuela secundaria gubernamental para ni?os de Tabora fue construida por ellos, y solo pod¨ªan acceder los hijos de los jefes (chiefs). Tras la independencia se convirti¨® en una escuela p¨²blica. Fue all¨ª donde el primer presidente de la Rep¨²blica de Tanzania, Julius Nyerere, estudi¨® y posteriormente ejerci¨® como profesor de Biolog¨ªa e Ingl¨¦s¡±, detalla.
La carrera del profesor Jengo despegaba en aquellos a?os: despu¨¦s de completar sus estudios en la Universidad de Kent, Ohio, y su posgrado en el campo de Tecnolog¨ªa Educativa en la Universidad Sir George Williams de Montreal (Canad¨¢), volvi¨® a su tierra, donde se volc¨® durante m¨¢s de tres d¨¦cadas en la tarea educativa que ha marcado toda su vida: ¡°Ense?¨¦ dibujo, pintura, Historia contempor¨¢nea del arte africano e Historia mundial del arte. Estoy particularmente orgulloso de haber fundado, junto a mi compa?ero Sam Ntiro, el Departamento de Bellas Artes y Artes Esc¨¦nicas de la Universidad de Dar es Salam en 1975, que actualmente acoge a m¨¢s de 300 alumnos¡±, cuenta. Desde entonces, Jengo ha seguido creando obras que ¨¦l define como modernistas y semiabstractas, aunque reconoce que es imposible encasillarlas. Sus pinturas tratan tem¨¢ticas como la liberaci¨®n de la mujer, la contaminaci¨®n del entorno, las enfermedades, la mitolog¨ªa o el tribalismo: ¡°Represento problemas globales, pero no abandono mis ra¨ªces¡±, remarca.
En EE UU me di cuenta de que los estudiantes preguntaban, inquir¨ªan y retaban constantemente. Aqu¨ª no pasa esto porque en nuestra cultura no se permite cuestionar a una persona mayor
Si se tuviera que destacar uno de los tantos aspectos del legado de Elias Jengo, sin duda ser¨ªa su contribuci¨®n en el ¨¢mbito educativo: ¡°En este pa¨ªs las mujeres y los ni?os son tratados como inferiores, algo que proviene de una tradici¨®n muy obsoleta. A los ni?os no se les da libertad para expresarse y salen muy t¨ªmidos, muy callados. Crecen as¨ª y llegan a la universidad as¨ª. Cuando ense?aba en Estados Unidos me di cuenta de que los estudiantes representaban un desaf¨ªo: no era solo hablar, sino que preguntaban, inquir¨ªan y retaban constantemente. Aqu¨ª no pasa esto porque en nuestra cultura no se permite cuestionar a una persona mayor. Por eso me centr¨¦ en los ni?os, para hablar con ellos, escucharles¡ Esta metodolog¨ªa me hizo muy popular entre los padres¡±.
Jengo recuerda tambi¨¦n c¨®mo el arte y la cultura pasaron por ¨¦pocas oscuras durante la administraci¨®n brit¨¢nica. Cuatro periodos hist¨®ricos, seg¨²n ¨¦l, minaron la creatividad africana durante la ¨¦poca colonial y precolonial: el tr¨¢fico de esclavos, el colonialismo, el cristianismo y el islam. ¡°Fueron periodos muy confusos para la gente, donde la paz se turb¨®, y sin paz el arte no puede crecer¡±. Destaca sobre todo la responsabilidad de un hombre: Frederick Lugard, el ide¨®logo del ¡®gobierno indirecto¡¯ (indirect rule, en ingl¨¦s), la forma con la que la administraci¨®n brit¨¢nica segreg¨® a las comunidades locales, priv¨¢ndolas de sus derechos. ¡°Durante el colonialismo, la educaci¨®n art¨ªstica para los africanos se limit¨®. No se ense?aba arte en las escuelas tanzanas, solo en las europeas y asi¨¢ticas¡±, lamenta
A?os m¨¢s tarde, en plena ¨¦poca poscolonial, organizaciones como la Allian?e Fran?aise, el Instituto Goethe o el Centro Dan¨¦s para la Cultura y el Desarrollo, entre otras, entraron en juego. ¡°Tanzania firm¨® acuerdos culturales con Alemania, Francia, Reino Unido, Suiza o Estados Unidos, pero la modernizaci¨®n del arte tanzano no proviene de esas organizaciones, sino que bebe de otras fuentes como la globalizaci¨®n, los medios de comunicaci¨®n de masas, los libros, las publicaciones especializadas, las redes sociales... Lo que s¨ª hicieron fue dar espacios para visibilizar nuestro trabajo¡±, expone Jengo.
Primer presidente del Consejo Nacional de las Artes en 1971, miembro fundador del centro art¨ªstico Nafasi y director de la Asociaci¨®n de la Bienal del Este de ?frica desde 2003, entre otros t¨ªtulos, Jengo ha sido testigo directo de la evoluci¨®n del arte contempor¨¢neo de su pa¨ªs. Es por eso que no duda en afirmar que la ¨¦poca dorada del panorama art¨ªstico tanzano es hoy: ¡°Los a?os noventa y 2000 fueron un periodo de reconocimiento para los artistas locales, pero ahora ese reconocimiento se ha materializado y estamos presentes en diferentes partes del mundo¡±. Y a?ade: ¡°Los artistas africanos estamos muy conectados con la identidad porque as¨ª es como nos diferenciamos del resto. La generaci¨®n actual ya no solo utiliza el arte para representar problemas o progresos en el continente, sino tambi¨¦n como forma de autoexploraci¨®n¡±.
Sentado en el estudio que su hijo le construy¨® hace apenas siete meses como santuario para su retiro, el profesor Jengo pasa sus d¨ªas en compa?¨ªa de su familia. All¨ª, rodeado de sus hijos, sobrinos y tataranietos, pinta, lee y escribe su libro: ¡°Trata sobre el arte contempor¨¢neo africano y sus ra¨ªces. Es lo que he intentado ense?ara mis alumnos durante toda mi vida: que la narrativa de que Europa es el epicentro del arte todav¨ªa persiste, pero no es as¨ª. Las ra¨ªces del arte son africanas¡±.
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