C¨®mo los ogiek conservamos la sabidur¨ªa acerca de las plantas medicinales para las generaciones futuras

Mi pueblo, los ogiek, ha considerado el bosque de Mau, en el suroeste de Kenia, su hogar desde tiempos inmemoriales. Estamos profundamente vinculados a esta tierra, donde en el pasado depend¨ªamos de la caza como principal fuente de alimentaci¨®n. Hoy, tras la prohibici¨®n de la caza en Kenia [debido a la creaci¨®n de pol¨¦micas ¨¢reas de conservaci¨®n], nos hemos adaptado a nuevas formas de vida: la agricultura, la ganader¨ªa y el cultivo de verduras aut¨®ctonas. Sin embargo, hay una tradici¨®n que sigue siendo fundamental para nuestra identidad: la apicultura y la herbolog¨ªa.

Para los ogiek, la miel no es solo un alimento; simboliza muchos aspectos de la vida y desempe?a un importante papel en nuestras ceremonias, desde las bodas tradicionales hasta los eventos comunitarios. La miel se utiliza para elaborar nuestro licor tradicional, pero tambi¨¦n la ofrecemos como un obsequio especial que representa la curaci¨®n y la fortaleza. Adem¨¢s de sus usos ceremoniales, la miel se mezcla con plantas como la resina de chelumbut para tratar problemas respiratorios, y se utiliza para curar heridas recientes o se mezcla con hierbas amargas para suavizar su sabor.

Los conocimientos tradicionales de los ogiek sobre hierbas medicinales son vastos, y est¨¢n custodiados por especialistas como las parteras o comadronas tradicionales, los ensalmadores [curanderos que usan ensalmos], las personas encargadas de los cuidados infantiles y aquellas que se ocupan de otros problemas de salud, como la epilepsia.

Estos conocimientos enfrentan m¨²ltiples amenazas. Uno de los retos m¨¢s importantes es la situaci¨®n de los derechos territoriales de la comunidad ogiek en el bosque de Mau. A pesar de haber obtenido en 2022, tras ocho a?os de lucha, una victoria legal significativa que confirma nuestros derechos sobre el bosque, las continuas dificultades relacionadas con el acceso al mismo siguen siendo motivo de preocupaci¨®n. Asegurar el acceso a estas ¨¢reas es esencial, ya que la mayor parte de nuestros conocimientos tradicionales tiene sus ra¨ªces en ellas.

Cada vez hay menos j¨®venes que permanecen en la comunidad, y con los ancianos m¨¢s reacios a compartir conocimientos por temor a que puedan ser explotados, corremos el riesgo de perder esta valios¨ªsima sabidur¨ªa

Los cambios en las pol¨ªticas nacionales sobre medio ambiente y clima han afectado de manera considerable a nuestras pr¨¢cticas tradicionales y a nuestra interacci¨®n con la naturaleza. Estos retos suponen un riesgo para nuestra comunidad por los desalojos que la est¨¢n desconectando de la naturaleza. Asimismo, las generaciones m¨¢s j¨®venes se trasladan cada vez con mayor frecuencia a las ciudades, alej¨¢ndose del bosque y de las v¨ªas para aprender de los bot¨¢nicos. En el pasado, estos conocimientos se transmit¨ªan de forma oral a trav¨¦s de canciones, cuentos populares e historias. Ahora, debido al hecho de que cada vez hay menos j¨®venes que permanecen en la comunidad y que los ancianos son m¨¢s reacios a compartir sus conocimientos por temor a que puedan ser explotados, corremos el riesgo de perder esta valios¨ªsima sabidur¨ªa.

A trav¨¦s de mi organizaci¨®n, el Programa de Desarrollo de los Pueblos Ogiek (OPDP, por sus siglas en ingl¨¦s), defendemos los derechos territoriales de los ogiek y promovemos la restauraci¨®n del bosque de Mau, garantizando que nuestra conexi¨®n con esta tierra se mantenga fuerte para las generaciones futuras. Adem¨¢s, trabajamos para preservar y revitalizar nuestros conocimientos tradicionales, especialmente en torno a las plantas medicinales, mediante nuestro jard¨ªn de plantas herb¨¢ceas del centro cultural. Una de nuestras iniciativas con mayor impacto consiste en formar a los miembros de la comunidad para la identificaci¨®n y el uso de plantas medicinales. Como supervisor de estas formaciones, puedo observar de primera mano lo crucial que es esta labor para preservar nuestro conocimiento ind¨ªgena para las generaciones futuras.

Durante las sesiones pr¨¢cticas de formaci¨®n, los participantes aprenden a identificar, preparar y utilizar las plantas medicinales. Toman notas, fotograf¨ªan las plantas y registran informaci¨®n importante, como la cantidad de planta que debe utilizarse, c¨®mo se prepara (?se puede hervir, comer o cultivar?) y si se puede convertir en comprimidos. Las sesiones pr¨¢cticas tambi¨¦n incluyen rituales relacionados con las t¨¦cnicas de recolecci¨®n de hierbas medicinales para garantizar una regeneraci¨®n continua.

Las plantas medicinales deben seguir siendo accesibles y asequibles, especialmente para los miembros con menos recursos de la comunidad

El enfoque ¨¦tico es una parte fundamental de la formaci¨®n. Enfatizamos que las plantas medicinales deben seguir siendo accesibles y asequibles, especialmente para los miembros con menos recursos de la comunidad. Este protocolo de cultivo ayuda a garantizar que la gente no venda los derechos de propiedad intelectual de nuestras plantas medicinales y que los conocimientos permanezcan en nuestra comunidad. La formaci¨®n es voluntaria, pero solemos ver que las mujeres de mediana edad son las que m¨¢s ganas tienen de participar, sobre todo porque quieren adquirir m¨¢s conocimientos sobre el tratamiento de las dolencias infantiles. Aunque los j¨®venes suelen mostrar menos inter¨¦s, intento animarlos a participar, ya que es fundamental garantizar que los conocimientos sigan transmiti¨¦ndose de generaci¨®n en generaci¨®n.

En nuestra sesi¨®n m¨¢s reciente, seis alumnos crearon herbarios, colecciones de plantas conservadas que sirven de registro de nuestros conocimientos tradicionales. Una hierba com¨²n que utilizamos es una ra¨ªz achaparrada, de una tuberosa llamada sumeto, que crece en el bosque. La ra¨ªz se hierve en agua y se bebe por su valor medicinal. Se utiliza para curar dolencias abdominales por medio de la inducci¨®n al v¨®mito.

Recientemente, mi comunidad y yo hemos puesto en marcha una nueva iniciativa: un centro de aprendizaje donde podamos centrarnos en cultivar estas habilidades en un solo lugar, en lugar de desplazarnos constantemente entre distintas zonas del bosque. Este centro cultural sirve como espacio de aprendizaje e intercambio, y garantiza que la pr¨®xima generaci¨®n tenga un lugar donde conectar con su patrimonio y aprender sobre nuestras costumbres tradicionales.

Nuestra labor dio un importante paso adelante con la puesta en marcha del Centro Cultural Ogiek en marzo de 2024. El centro incluye un museo y un jard¨ªn bot¨¢nico que exhiben nuestro patrimonio cultural y medicinal, con el apoyo de la Fundaci¨®n Ind¨ªgena FSC, un socio clave en la promoci¨®n de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas y el fomento de la autonom¨ªa socioecon¨®mica dentro de nuestra comunidad.

El camino que tenemos por delante es dif¨ªcil, pero mantengo la esperanza. Gracias a un esfuerzo continuado, podremos preservar el modo de vida de los ogiek, proteger nuestra tierra y garantizar la supervivencia de nuestros conocimientos sobre plantas medicinales. La conexi¨®n de los ogiek con el bosque no es solo una cuesti¨®n de supervivencia; se trata de mantener nuestra identidad y conservar viva la sabidur¨ªa de nuestros antepasados para las generaciones futuras.