La ¡®NBA africana¡¯, la espectacular y pol¨¦mica competici¨®n que quiere potenciar el baloncesto en el continente y retener el talento
La liga BAL, creada por la divisi¨®n internacional de la empresa estadounidense, trata de profesionalizar este deporte. La relaci¨®n con Ruanda, que ha acogido todas las fases finales, provoca acusaciones de lavado de imagen del r¨¦gimen de Kagame
El p¨ªvot angole?o?Yanick Moreira?fue expulsado por acumulaci¨®n de faltas en la final de 2022 de la?Liga ?frica de Baloncesto?(BAL, por sus siglas en ingl¨¦s). Su equipo, el Petro de Luanda (capital de Angola), perdi¨® un encuentro ajustado contra la escuadra tunecina US Monastir. Y Moreira, con amplia experiencia en las principales ligas europeas, se qued¨® con una espinita clavada. La temporada siguiente jug¨® en Grecia, luego fich¨® unos meses por un equipo de Israel y, a finales de 2023, retorn¨® al Petro para ponerse a las ¨®rdenes del entrenador granadino?Sergio Valdeolmillos. En junio, Moreira y su equipo se alzaron con la BAL tras disputar la?final?en Kigali, la capital de Ruanda, contra la formaci¨®n libia Al Ahly Ly. Hab¨ªa terminado la cuarta edici¨®n del campeonato de baloncesto m¨¢s importante en la historia de ?frica.
Moreira y el marfile?o?Solo Diabate?simbolizan uno de los focos estrat¨¦gicos de esta competici¨®n coorganizada por la NBA, que es su propietaria, y por la Federaci¨®n Internacional de Baloncesto (FIBA): atraer a jugadores africanos con carreras exitosas fuera del continente para dar lustre al campeonato y servir de referente a j¨®venes promesas. Entrevistados en un hotel madrile?o ¡ªel Petro viaj¨® a Espa?a en septiembre para disputar un torneo de verano¡ª, sus siluetas dibujan un fuerte contraste. Diabate es una roca de m¨²sculos que apenas supera el 1,80. Moreira mueve con parsimonia su esbelta figura de m¨¢s de 2,10.
Con una s¨®lida trayectoria en Francia y China, Diabate ¡ªque gan¨® la final de 2022 contra su hoy compa?ero¡ª explica su decisi¨®n de implicarse en la BAL. Dice que siente una responsabilidad identitaria. Una llamada a dar ejemplo a las nuevas generaciones. ¡°Hay muchos chicos que me admiran. Como africano, quer¨ªa ayudar a su desarrollo¡±.
Hay muchos chicos que me admiran. Como africano, quer¨ªa ayudar a su desarrolloSolo Diabate, jugador marfile?o del Petro de Luanda
A largo plazo, se trata de crear un producto vistoso que inocule pasi¨®n por el?basket.?Y, simult¨¢neamente, impulsar estructuras que frenen la fuga de talento, tanto reteniendo a jugadores de los 12 equipos que participan en la competici¨®n, como expandiendo su influjo positivo hacia las ligas nacionales. ¡°El objetivo es que el baloncesto crezca en ?frica y que nuestros j¨®venes puedan ser profesionales sin tener que irse al extranjero¡±, explica por videoconferencia el senegal¨¦s?Amadou Gallo, presidente de la BAL, una liga controlada ¡°al 100% por la NBA en t¨¦rminos operativos y promocionales¡±, aunque la FIBA tenga su voz en cuestiones como el reglamento, a?ade.
Ruanda, un socio inc¨®modo
La empresa estadounidense ¡ªdue?a del campeonato hom¨®nimo¡ª ha tirado la casa por la ventana para que la BAL luzca casi tanto como su matriz. ¡°No compartimos datos financieros, pero le aseguro que la inversi¨®n est¨¢ siendo muy fuerte¡±, afirma Gallo. Valdeolmillos relata desplazamientos por todo lo alto, ¡°hoteles de superlujo¡± y estadios perfectamente acondicionados. ¡°He jugado en Euroliga [la m¨¢xima competici¨®n europea] y en mundiales, pero esto es otro nivel¡±, asegura. Los partidos son un carrusel incesante que combina mates y fintas con actuaciones musicales, entretenimientos acrob¨¢ticos y desfiles de moda. Las retransmisiones destilan colorido y producci¨®n milim¨¦trica, sello de la NBA televisada. El logo remite inconfundiblemente al icono global que identifica a la competici¨®n norteamericana. Se han dise?ado equipaciones ad hoc,?distintas a las que los equipos visten en sus respectivas ligas. Todo en la BAL est¨¢ imbuido por esa vocaci¨®n de?espect¨¢culo total?que vende la mejor liga del mundo.
Pero la pol¨¦mica no ha escapado a este fest¨ªn visual. Una sombra de duda se cierne sobre el fuerte protagonismo de Ruanda en la competici¨®n. Sin mucha tradici¨®n baloncest¨ªstica, el peque?o pa¨ªs cuenta con una plaza asegurada en la BAL. Varios de los patrocinadores son ruandeses. Todos los equipos lucen en sus camisetas el lema ¡°Visit Rwanda¡±. Y Kigali ha alojado los cuatro playoffs disputados hasta el momento. Ello ha alimentado sospechas sobre tratos de favor y una connivencia de la NBA con el r¨¦gimen autoritario de Paul Kagame, presidente de Ruanda desde el a?o 2000. Un reciente documental de la cadena norteamericana ESPN desliz¨® que Kagame est¨¢ utilizando la BAL como parte de una estrategia de sportwashing: lavar la imagen de instituciones o empresas a trav¨¦s de la hipn¨®tica alegr¨ªa del deporte. El caso gener¨® el inter¨¦s de dos senadores estadounidenses, que enviaron una carta pidiendo explicaciones a la NBA. Esta se defendi¨® con una declaraci¨®n de buenas intenciones en la que, por lo dem¨¢s, remit¨ªa a las directrices oficiales de EE UU sobre negocios con otros pa¨ªses, que no contemplan restricciones en el caso de Ruanda.
Quiz¨¢ el campeonato se antoje una burbuja de ostentaci¨®n en un continente donde el baloncesto cuenta, por norma, con medios escu¨¢lidos. Su despegue se hace esperar, constre?ido por econom¨ªas de ingresos medios y bajos, esquinado por el cuasimonopolio futbolero. El contraste entre la BAL y las ligas nacionales resulta brutal. Tan grande que invita a pensar en la met¨¢fora de la casa por el tejado. Sin embargo, su creaci¨®n en 2021 fue un paso m¨¢s en la carrera de fondo que la NBA emprendi¨® en 2010, cuando decidi¨® apostar de lleno por ?frica. Desde entonces, la actividad ha sido fren¨¦tica, un suma y sigue de mucho trabajo sobre el terreno y algunos hitos para ganarse al gran p¨²blico. ¡°Hemos organizado multitud de torneos juveniles, dado formaci¨®n a entrenadores locales y colaborado con muchos gobiernos¡±, desglosa Gallo.
Tambi¨¦n se han disputado partidos de exhibici¨®n ¡ªlos NBA Africa Games¡ª a los que acudieron astros estadounidenses como Chris Paul, africanos como el camerun¨¦s Pascal Siakam y jugadores top con ra¨ªces en el continente y pasaporte europeo, a destacar la superestrella griega (de padres nigerianos) Giannis Antetokounmpo. En 2015 y 2016, los hermanos Pau y Marc Gasol participaron en sendos amistosos, activando as¨ª una curiosa conexi¨®n espa?ola con el baloncesto africano de alto nivel. De las cuatro ediciones de la BAL, tres han sido ganadas por entrenadores espa?oles. La ¨²ltima, por Valdeolmillos y su Petro. Las de 2021 y 2023, por equipos norteafricanos comandados por el barcelon¨¦s Agust¨ª Julbe.
Equipos menores en Europa
A pesar de contar con el amparo de la NBA, la BAL se enfrenta, en su af¨¢n de evitar que los baloncestistas del continente emigren a las primeras de cambio, con un enemigo persistente. Se trata de esa mentalidad ¡ªtan incrustada en la juventud africana¡ª seg¨²n la cual el tren pasa una sola vez en la vida.
Moreira y Gallo conocen decenas de casos de chavales que han optado por la inc¨®gnita de firmar, al m¨ªnimo despunte en sus carreras, por un equipo muy menor en Europa. ¡°Piensan que es mejor jugar en la tercera divisi¨®n portuguesa que en la primera divisi¨®n angole?a. Intento hablar con ellos, decirles que tengan paciencia, pero no escuchan¡±, lamenta Moreira. Incluso cuando el joven ha destacado en la BAL, los cantos de sirena desde el otro lado del Mediterr¨¢neo suenan a veces demasiado tentadores. Gallo menciona a un jugador senegal¨¦s, apenas adolescente, que, tras rendir bien en la ¨²ltima BAL, decidi¨® marcharse a la cuarta divisi¨®n francesa. ¡°Me da mucha pena¡±, admite antes de recuperar su optimismo: ¡°Vamos a llegar a un punto en que estos chicos decidan quedarse en casa y en que la BAL compita con las mejores ligas del mundo¡±.
Muchos chavales piensan que es mejor jugar en la tercera divisi¨®n portuguesa que en la primera divisi¨®n angole?a. Intento hablar con ellos, decirles que tengan paciencia, pero no escuchanYanick Moreira, p¨ªvot angole?o del Petro de Luanda
Para que esto cristalice, opina Valdeolmillos, la competici¨®n tendr¨ªa que dilatarse en el tiempo y acoger m¨¢s equipos. ¡°Un poco como la Euroliga, que se prolonga durante toda la temporada, en lugar de los dos per¨ªodos de 15 d¨ªas que dura la BAL¡±, sostiene. En el primero, que se celebra en marzo, los 12 clubs se dividen en tres conferencias (Nilo, Sahara y Kalajari) de cuatro formaciones que se enfrentan entre ellos dos veces. Ocho equipos avanzan a los?playoffs,?que tienen lugar a finales de primavera y siguen un formato cl¨¢sico a partido ¨²nico: cuartos, semifinales y final.
Seg¨²n el formato actual, de los 12 equipos participantes, seis acceden directamente como campeones de la liga nacional en sendos pa¨ªses elegidos por la NBA a partir de criterios deportivos (importancia hist¨®rica del baloncesto) y comerciales (tama?o y potencial de mercado). Los otros seis salen de fases clasificatorias abiertas a todos los Estados africanos. Cinco pa¨ªses han tenido plaza fija en las cuatro ediciones celebradas hasta ahora: Angola, Egipto, T¨²nez, Nigeria y Senegal. El sexto lugar predeterminado correspondi¨® a Marruecos en 2021 y a Ruanda desde entonces.
La expansi¨®n de la BAL supondr¨ªa un reto organizativo. Y m¨¢s dinero. ¡°No hay l¨ªmites, somos muy ambiciosos, pero el crecimiento llegar¨¢ a su debido tiempo¡±, declara Gallo. Por el momento, estima Diabate, su impacto ya se hace notar en las canchas del continente: ¡°Los clubs quieren invertir y estructurarse para poder participar. El nivel aumenta cada a?o¡±.
A diferencia de otros deportes masivos, el baloncesto cuenta en la regi¨®n con un poderoso aliado inmaterial: el claro acento afro que, al menos desde los a?os setenta, impera en la ¨¦lite de la canasta. La mayor¨ªa de las leyendas globales presentes y pasadas tienen ra¨ªces ¡ªsi bien lejanas¡ª en el continente. Nadie duda de que los afroamericanos se erigen, en conjunto, como reyes indiscutibles de la NBA. El componente racial en las m¨¢s altas esferas del?basket?es motivo de orgullo y celebraci¨®n. Gallo asegura que la BAL ¡°est¨¢ generando un gran inter¨¦s entre la di¨¢spora africana, con muchos telespectadores en lugares como Brasil o el Caribe¡±. Y Valdeolmillos expresa una evidencia: ¡°El potencial f¨ªsico de los jugadores de aqu¨ª no lo ves en Europa, Asia o Latinoam¨¦rica¡±.
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