El encuentro entre ?frica y Europa, ?pudo ser de otra forma?
El escritor guineano Tierno Mon¨¦nembo plantea en ¡®El rey de Kahel¡¯ un paralelismo entre los dos continentes y dos sociedades que son polos opuestos, pero ninguna superior a la otra
Aim¨¦ Victor Olivier de Sanderval (1840-1919) tuvo que ser un tipo muy interesante, adem¨¢s de obstinado. Desde muy peque?o quiso ser ¡°rey de los salvajes¡±. Por aquel tiempo, la mayor¨ªa del planeta ya estaba explorado, solo quedaban partes de las selvas africanas. Por eso Sanderval eligi¨® ?frica para hacer realidad su sue?o; por ser un lugar ¡°perfectamente impredecible¡± y porque all¨ª, pensaba ¨¦l, las semillas de la civilizaci¨®n podr¨ªan florecer de nuevo, frente a una Europa ya cansada de s¨ª misma y de sus guerras. Tard¨® 40 a?os en poder cumplir su deseo. Antes puso en pie un pr¨®spero negocio de veloc¨ªpedos en su pa¨ªs natal, Francia.
No se sabe si fue su inocencia, sus habilidades comerciales, su tenacidad o sus dotes de seducci¨®n, pero Sanderval se adentr¨® donde nunca antes un hombre blanco (que se sepa) hab¨ªa llegado: el mismo coraz¨®n del Futa Yal¨®n, en la actual Guinea Conakry. Un macizo monta?oso, lleno de bosques y donde nacen algunos de los r¨ªos m¨¢s importantes de la zona, como el Senegal o la Gambia. All¨ª se asentaba uno de los reinos peuls m¨¢s poderosos de la ¨¦poca, cerrado al contacto con los extranjeros. Una teocracia que hab¨ªa eliminado a todos los que se opusieron a abrazar el islam. Y a pesar de eso, el franc¨¦s consigui¨® llegar hasta Lab¨¦ y la misma capital, Timbo, donde convenci¨® al temido almamy, el rey, de que le concediera grandes extensiones de terreno. Tambi¨¦n plane¨® construir una l¨ªnea ferroviaria para unir la regi¨®n con la costa.
Pero sus sue?os y sus concesiones le fueron arrebatados por sus compatriotas franceses cuando hicieron del Futa Yal¨®n un protectorado, aprovechando las divisiones internas del reino. Sanderval tambi¨¦n perdi¨® sus posesiones a favor de sus paisanos en la actual Conakry, ciudad que ¨¦l fund¨®: su casa fue derribada para construir el palacio del primer gobernador de la nueva colonia de la Guinea francesa, sin ni siquiera pedirle permiso para ello.
Este personaje hist¨®rico aparece en el libro Peuls (Seuil 2004) del guineano Tierno Mon¨¦nembo (Por¨¦daka, Guinea, 75 a?os). Pero la opini¨®n que el escritor tiene de ¨¦l en ese momento es bastante despectiva. Sin embargo, en los a?os siguientes estudia con m¨¢s detalle esa figura y modifica su juicio. As¨ª, en 2008 publica El rey de Kahel (Baile del sol, 2022) basada en la vida del explorador franc¨¦s. Un libro traducido al castellano por Pedro Su¨¢rez Mart¨ªn.
En ¨¦l, se muestra un Sanderval que no coincide con la imagen del colonizador com¨²n y corriente. ?l no busca plantar una bandera. Quiere un pa¨ªs para ¨¦l, no para Francia. Eso s¨ª, adolece de alguno de los prejuicios que ostenta el resto de sus compatriotas: desea civilizar a los lugare?os y mejorar su suerte y guiarlos hasta los ideales europeos de civilizaci¨®n. Frente a estos prop¨®sitos Mon¨¦nembo contrapone la cultura peul con sus complicados c¨®digos y normas morales y sociales (el pulaaku), que sabe c¨®mo tratar a los forasteros y mantenerlos a raya. De esta forma, Mon¨¦nembo establece un paralelismo lleno de sentido entre dos continentes y dos sociedades que son polos opuestos, pero eso no quiere decir que una sea superior a la otra.
Sanderval no solo se topa con un pueblo que desbarata sus planes de ¡®civilizar a los salvajes¡¯, sino que tambi¨¦n choca con los franceses que no ven con buenos ojos que ¨¦l tenga su propio feudo, ni que se pueda ejercer el gobierno de los territorios que le han sido donados a base de bondad y empat¨ªa, donde pensaba que pod¨ªa ser coronado rey si se convert¨ªa en un peul m¨¢s. Si asum¨ªa su forma de vida y sus costumbres y no al rev¨¦s, como pesaba cuando lleg¨® all¨ª por primera vez. Francia ten¨ªa unos planes muy distintos para la regi¨®n y el so?ador no entraba en ellos.
Al presentar a un personaje opuesto al t¨ªpico colonialista, Mon¨¦nembo, intenta meterse en la piel de un europeo distinto e imagina como fue su manera de acercarse a una cultura nueva y totalmente desconocida para ¨¦l. Y c¨®mo se fue transformando y dejando atr¨¢s su sue?o de ¡®civilizar¡¯ a medida que conoc¨ªa a los peuls. De igual forma, a trav¨¦s del humor y los comentarios ir¨®nicos tanto sobre los europeos como sobre los africanos, hace un retrato muy veros¨ªmil del momento en el que los dos continentes se encuentran.
A trav¨¦s del humor y la iron¨ªa, tanto sobre los europeos como sobre los africanos, hace un retrato muy veros¨ªmil del momento en el que ambos continentes se encuentran
Algo similar pretende el escritor marfile?o Gauz en Camarada Pap¨¢ (Libros de las Malas Compa?¨ªas, Colecci¨®n Libros del Baobab, 2021). Pero en su caso, entre los personajes hist¨®ricos introduce uno ficticio, Maxime Dabilly. Ambos autores quieren dar a entender que hubo otros acercamientos al continente africano m¨¢s all¨¢ del de las armas y el mero af¨¢n de comercio. Posiblemente, una imposibilidad, algo no tomado realmente en serio ni por los europeos ni por los africanos. Pero que hubo personas que parece que lo intentaron. Y ahora hay escritores que intentan rescatar esas historias que hubieran conducido a una relaci¨®n muy distinta a la actual, m¨¢s de iguales, entre ?frica y Europa.
En el caso de Mon¨¦nembo, se trata de un escritor que ¡°ha observado durante mucho tiempo la realidad africana desde una distancia no deseada¡±, afirma Su¨¢rez. Tuvo que exiliarse huyendo de la dictadura de Sekou Tour¨¦. Por eso, quiz¨¢s en su caso, se trate de una tentativa sana ¡°de abordar y asumir sus or¨ªgenes y su existencia: desde la cuna en el Futa Yal¨®n hasta la c¨¢tedra de bioqu¨ªmica que ostent¨® en Francia¡±, opina su traductor. Por eso hace un gran esfuerzo en recuperar sus ra¨ªces peul ¡°en un intento de seguir si¨¦ndolo¡±. Mucha de su obra est¨¢ transida de un anhelo de recuperar la memoria, la propia como hace en L¡¯A?n¨¦ des orphelins (Seuil 2005), la de su pueblo en Peuls o la de la colonizaci¨®n y el fin de la independencia del reino de Futa Yal¨®n, en El rey de Kahel. O incluso con sus propios fantasmas como sucede en su ¨²ltima novela Saharienne Indigo (Seuil 2022) en la que intenta ajustar cuentas con Sekou Tour¨¦.
Los amantes de las literaturas africanas est¨¢n de enhorabuena porque de repente, pueden conocer algo m¨¢s de la obra de un escritor tan prol¨ªfico y apasionante como Tierno Mon¨¦nembo. En muy pocos meses, adem¨¢s de El rey de Kahel, se ha publicado tambi¨¦n El terrorista negro (La umbr¨ªa y la solana 2021). En esta ¨²ltima obra, el autor guineano reivindica el papel de los tirailleurs s¨¦n¨¦galais ¨Csoldados de las colonias africanas francesas obligados a luchar en las dos guerras mundiales¨C durante la contienda y en la resistencia contra la ocupaci¨®n alemana de Francia, un intento m¨¢s de recuperar la memoria de su gente y la propia.
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