Los ¡®tirailleurs s¨¦n¨¦galais¡¯, africanos que murieron en una guerra que no era suya
Un libro rescata la historia de los soldados africanos que lucharon en Europa hace un siglo
Desarraigados de sus familias, desplazados, obligados a participar en una guerra que no era la suya. Puestos en primera l¨ªnea de fuego, aldeanos sin formaci¨®n trasladados desde sus territorios africanos des¨¦rticos o selv¨¢ticos hasta la Europa m¨¢s fr¨ªa y b¨¦lica. O llevados hacia las colonias germanas para luchar entre mosquitos, alima?as, calor, infecciones, m¨¢s calor, hambre, sed, falta de medicamentos y orugas y hormigas para comer cuando escaseaban los alimentos. 140.000 hombres del ?frica Subsahariana fueron reclutados por las fuerzas francesas para luchar en la I Guerra Mundial.
¡°Eran los llamados tirailleurs s¨¦n¨¦galais (tiradores senegaleses). J¨®venes del ?frica Occidental Francesa forzados a dejar sus tierras y caminar miles de kil¨®metros desde sus poblados hasta el puerto de Dakar para embarcar hasta el sur de Francia, o llegar hasta los frentes coloniales¡±, resume el historiador ?lvaro Barril, coautor del libro ?frica en la I Guerra Mundial, publicado la editorial Bellaterra. ¡°A estos 140.000 obligados se les suman otros 60.000 que se alistaron de forma voluntaria persuadidos por el Estado franc¨¦s¡±, a?ade Barril, quien detalla que de estos 200.000 subsaharianos llegaron a Europa cerca de 130.000 y el resto luch¨® en territorio africano en un episodio que redimensiona el car¨¢cter mundial de la devastadora contienda de la que este a?o se cumple el centenario de su final.
Al destierro de estos civiles convertidos en soldados inexpertos se a?adi¨® la violencia y miles de armas se exportaron desde Europa y otros reclutamientos de las fuerzas aliadas y germanas para luchar en territorio africano. El libro recoge c¨®mo fue clave la implicaci¨®n de m¨¢s de dos millones de subsaharianos, hombres y mujeres, captados por los alemanes, franceses, brit¨¢nicos, belgas y portugueses para servir de porteadores en las batallas de las colonias de Alemania, ahora Camer¨²n, Togo, Namibia y Tanzania. ¡°Adem¨¢s de obligarlos a enfrentarse entre ellos, por cada soldado en territorio africano se necesitaban unos 10 porteadores que iban cargando campo a trav¨¦s el agua, la tierra para las fortificaciones, la munici¨®n, la le?a, a los enfermos... cazaban, borraban pistas, recolectaban frutos, serv¨ªan de esp¨ªas¡±, asegura Jordi Tom¨¤s, doctor en Antropolog¨ªa y tambi¨¦n coautor.
El impacto en las africanas
¡°Este libro est¨¢ dedicado a las mujeres africanas, que vieron sacrificar a sus hijos en una guerra est¨¦ril para ?frica¡±. Es lo que se lee en la primera p¨¢gina de la publicaci¨®n, que detalla el rol de las mujeres en la contienda como activas, reivindicativas, obligadas a cargar con el peso de las tareas dom¨¦sticas y laborales como consecuencia del traslado al frente de los hombres, o utilizadas como esp¨ªas, francotiradoras, como recompensa, o para satisfacer las necesidades sexuales de los soldados. ¡°Es importante recordar que antes de la Gran Guerra, en general, la administraci¨®n colonial margin¨® a las mujeres africanas y menospreci¨® su rol pol¨ªtico tradicional. Aplic¨® la visi¨®n patriarcal europea, los administradores coloniales no valoraron la existencia del poder femenino en ?frica¡±, se lee en el libro.
¡°Esta guerra significa la culminaci¨®n del imperialismo europeo en ?frica. Se aprovechan de su ganado y esquilman sus recursos, destruyen poblaciones enteras que se opusieron a participar, hubo revueltas armadas contra ellos, se desestabiliz¨® la econom¨ªa, la sociedad, la demograf¨ªa, la pol¨ªtica...¡±, resume Tom¨¤s, quien detalla el abandono de cosechas, la alteraci¨®n de l¨ªneas comerciales, el cierre de manufactureras o la ruptura de las comunidades como consecuencias directas. ¡°All¨ª no hubo ni vencedores ni vencidos, solo perjudicados. No se sac¨® ning¨²n beneficio¡±, asegura el economista Antonio Santamar¨ªa, que ha desarrollado los cap¨ªtulos vinculados a ?frica del sur y del este.
En esas zonas se generaron tres din¨¢micas econ¨®micas: ¡°Los colonos blancos se enriquecieron al vender sus productos a las tropas, recibieron subvenciones y consolidaron su representaci¨®n en los consejos de colonias; en cambio, las granjas de los negros se destruyeron y los excedentes que ten¨ªan previstos para las ¨¦pocas de sequ¨ªa se esquilmaron. El resto de africanos ve simplemente c¨®mo desaparece su fuerza de trabajo¡±, ejemplifica Santamar¨ªa. Los recursos naturales del continente sufrieron una merma. ¡°Esa pobreza individual acumulada produce un subdesarrollo profundo en toda la zona. Pierden sus activos¡±, se?ala.
El libro revela diferencias en la gesti¨®n colonial de los efectivos para la contienda, tanto de soldados como de porteadores, entre el principio y el final de la guerra. En la primera ¨¦poca intentaban convencerlos con sueldos, derechos para sus comunidades o mejoras materiales, por lo que incluso algunos africanos apoyaron la participaci¨®n en la guerra, ¡°pero finalmente el reclutamiento se ejecuta con procesos similares a los de los cinco siglos de trata de esclavos en ?frica¡±, apunta Barril. ¡°Los afectados pronto se dieron cuenta de que apenas cumpl¨ªan las promesas, de hecho, dispersaron a los soldados negros que reclamaban compensaciones para impedirles que se asociaran¡±, matiza Santamar¨ªa.
El trabajo explica c¨®mo en una primera fase, soldados blancos de las colonias y europeos se alistaron para luchar en ?frica. ¡°Lo consideraron una aventura ¨¦pica, de historias heroicas que recordaban a los primeros exploradores. Pero pronto pasaron de h¨¦roes a pacientes, las enfermedades fueron criminales¡±, resume Santamar¨ªa. Mientras dur¨® la guerra, negros y blancos juntaron sus fuerzas. ¡°No obstante, tras estar codo con codo, despu¨¦s se instaur¨® un racismo feroz. Incluso cuando al final casi lucharon solo negros contra negros¡±.
Babelia
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