La fiesta bereber abre la temporada alta de festivales en Marruecos
Agadir y toda la regi¨®n del Souss celebran el regreso a escena de la m¨²sica amazigh en el marco del Festival Timitar, con una edici¨®n casi enteramente local
¡°Imazighem, imazighem¡±, tal el grito de la multitud, el que se repite cada verano al un¨ªsono en la c¨¦ntrica plaza de Al Amal, en Agadir (a unos 500 kil¨®metros de Rabat). Se trata del mismo c¨¢ntico con el que animan cada pausa de afinaci¨®n los artistas desde el escenario del Festival Timitar. Esta cita de los pueblos conocidos como bereberes del sur de Marruecos acaba de celebrar su 17? edici¨®n tras un par¨®n de dos a?os, cuando apenas empiezan a esfumarse las incertidumbres de las fronteras. Es territorio amazigh (bereber, t¨¦rmino que ellos consideran peyorativo), en la regi¨®n del Souss marroqu¨ª, donde imazighem podr¨ªa traducirse como ¡°hombres libres¡±, en lengua tachehilt y orgulloso plural.
En esta regi¨®n, delimitada al este por la cordillera del Atlas y el paisaje ¨¢rido de grandes arbustos espinosos y cabras, la brisa del Atl¨¢ntico hace respirar al S¨¢hara y acompa?a las tardes y las noches frescas del popular Timitar (que en lengua amazigh significa ¡°signos¡±). Este a?o, el festival pudo retomar su camino en versi¨®n compacta, acotado a dos d¨ªas, y con m¨²sicos mayoritariamente locales.
¡°Nuestra intenci¨®n siempre ha sido la de contar con un tercio de m¨²sicos de la regi¨®n del Souss y otro tercio de invitados extranjeros; el resto lo constituyen formaciones llegadas de las diferentes regiones de Marruecos, y as¨ª seguir¨¢, en el futuro, porque Timitar volver¨¢ a ser internacional¡±, adelanta Brahim El Mazned, director art¨ªstico del festival que se inici¨® en 2004. A prop¨®sito, este incansable divulgador del folclore de su regi¨®n natal aprovech¨® la pausa pand¨¦mica para continuar sus exploraciones y poder dar a conocer ¨Cen paralelo a esta ¨²ltima edici¨®n del festival¨C el libro L¡¯Art des Rrways (El arte de los ruais, como se denominan los trovadores amazighs). Se trata de una ampliaci¨®n de Ruais. Un viaje al universo de los poetas cantantes itinerantes amazighs, un cofre de diez ced¨¦s con un cuadernillo did¨¢ctico (en franc¨¦s, ingl¨¦s y ¨¢rabe), publicado en 2020. Ambas publicaciones apuestan por la difusi¨®n y la preservaci¨®n del legado de estas m¨²sicas de escalas pentat¨®nicas procedentes del Alto Atlas occidental, el Anti Atlas y la regi¨®n del Souss, sobre el Atl¨¢ntico, de las que hay registros centenarios, valiosos pero escasos, y que contin¨²an tan vivas en la gente del lugar.
En efecto, los pobladores de la regi¨®n se sienten tan ligados a su folclore como al festival, algo que qued¨® patente, los d¨ªas 15 y el 16 de julio pasados, en el atasco total de la ciudad de Agadir, fruto de la cantidad de p¨²blico en movimiento en torno a las plazas de Al Amal y Alwahda. All¨ª se situaron los dos escenarios que acogieron 18 conciertos. Seg¨²n la organizaci¨®n, esta vez hubo unos 380.000 asistentes (100.000 la primera noche y 280.000 la segunda), frente al cerca de medio mill¨®n que sol¨ªa congregarse en las ediciones anteriores, las normales, de cuatro d¨ªas y cuando los m¨²sicos amazigh reciben a otras m¨²sicas del mundo
Hubo unos 380.000 asistentes, seg¨²n la organizaci¨®n, frente al cerca de medio mill¨®n que sol¨ªa congregarse en las ediciones anteriores
En la plaza, al atardecer, familias enteras plantan sus tumbonas sobre el c¨¦sped de los laterales para pasar varias horas escuchando m¨²sica en vivo, mientras miles de chicas y chicos se re¨²nen a bailar en las primeras filas, sobre el cemento y pegados al escenario. A la escena, con un despliegue visual imponente, suben desde m¨²sicos tradicionales (Ra?ssa Fatima Tabaamrant, Ahwach Afoos Ghofos ¨C Ait Baamran) hasta ¨ªdolos del ambiente dance, como DJ Suraj, VJ Kalamour, VJ Atmost y la magn¨ªfica DJ Kawtar Sadik, nacida en Agadir y que triunfa en las discotecas de Casablanca. Tambi¨¦n pasando por ¨ªdolos pop que llegan de las grandes ciudades del centro, como la diva Zina Daoudia, Hatim Ammor o los incombustibles rockeros Hoba Hoba Spirit, que ya han cumplido 20 a?os como formaci¨®n.
Entre los primeros, los tradicionales, est¨¢n los llamados rai y raissa (l¨ªder masculino y femenina de una formaci¨®n de m¨²sica amazigh), acompa?ados por orquestas en las que los instrumentos infaltables son el la¨²d, la percusi¨®n y el rihab (de la familia del viol¨ªn, con una cuerda frotada con arco). Tras los maestros de estas formaciones de ruais se encuentran los coros y cuerpos de danza de las cofrad¨ªas, en sus reconocibles trajes llenos de abalorios y fundas de pu?ales en metales nobles. Los integrantes ¨Cincluso los que no son tan j¨®venes¨C bailan con una agilidad asombrosa, levantando los hombros r¨ªtmica y velozmente.
La reivindicaci¨®n femenina del sur
Ra?ssa F¨¢tima Tabaamrant es una de las consagradas de la m¨²sica amazigh que este a?o volvi¨® a subir a escena para alegr¨ªa de los fans. Ella naci¨® en la comuna rural de Ifrane Atlas Saghir (provincia de Guelmim), una zona de poblaciones de oasis en los que la voz de las mujeres se hace sentir. Seg¨²n ella misma comenta, en este territorio en el que incluso hubo reinas amazigh, la mujer es un pilar. ¡°Desempe?a un papel central en la educaci¨®n de los hijos y en todas las decisiones del hogar; tambi¨¦n es una figura central en la m¨²sica que surge de esta cultura¡±, afirma la artista.
En este territorio en el que incluso hubo reinas amazigh, la mujer es un pilar, ya que juega un rol central en la educaci¨®n de los hijos y en todas las decisiones del hogar; tambi¨¦n es una figura central en la m¨²sica que surge de esta culturaFatima Tabaamrant, cantante amazigh
F¨¢tima Tabaamrant admite que, ¡°desafortunadamente, en las regiones del sur, las mujeres no tienen la misma posibilidad de acceso a la educaci¨®n que los hombres, que son justamente los que pueden obstaculizar el desarrollo de sus hijas, esposas o hermanas¡±. Ellos suelen llegar a impedirles que salgan a vivir su vida y, por eso, la cantante insiste en la importancia de la educaci¨®n para la emancipaci¨®n, e incluso para que las j¨®venes no tengan miedo a plantar cara a ¡°esas corrientes actuales que las degradan¡±. Tabaamrant alude a costumbres que llegan de lugares lejanos de Oriente, como la de cubrirse la cabeza con velos ajustados, en lugar de las telas ligeras que suelen usar las mujeres de las culturas del desierto del S¨¢hara, como adorno: ¡°Aqu¨ª ten¨ªamos unos atuendos tradicionales que se usan tambi¨¦n en N¨ªger, Sud¨¢n y Libia. Lo del niqab es algo nuevo¡±.
Sonriente, con unos grandes pendientes en forma de la letra que simboliza el alfabeto amazigh, y con sabidur¨ªa reposada, Tabaamrant sostiene que, a pesar de todos los estigmas con que su pueblo alguna vez carg¨® en su propio pa¨ªs, y, aunque hay puntos en los que la cultura aut¨®ctona sufre, no siente que en el presente haya discriminaci¨®n. ¡°Somos la poblaci¨®n original del norte de ?frica, donde ha habido movimiento de muchos pueblos, incluida la colonizaci¨®n, y, en algunas ocasiones, no se tuvo en cuenta a las culturas preexistentes, pero no lo definir¨ªa como discriminaci¨®n¡±, aclara. En esta evoluci¨®n positiva, la artista cita como hitos importantes la creaci¨®n del Real Instituto de Cultura Amazigh (IRCAM), gracias a un real decreto de 2001, y el reconocimiento de la lengua tamazight como lengua cooficial marroqu¨ª, seg¨²n la Constituci¨®n de 2011.
Rock y ska ¡®made in¡¯ Casablanca
Desde Casablanca, con el humor mordaz del ska y la fusi¨®n funk-cha?bi, llegaron los integrantes de Hoba Hoba Spirit para animar el escenario con aires urbanos y cosmopolitas, junto a las inmensas playas que dejan las mareas bajas en Agadir. As¨ª, en la poblada rueda de prensa previa, R¨¦da Allali comentaba que era ¡°un orgullo haber podido inscribir nuestras cosas en el tiempo, a lo largo de dos d¨¦cadas¡± y el hecho de que ellos, al menos ¡°el dream team¡±, se hayan mantenido unidos. El l¨ªder de la formaci¨®n alud¨ªa a las tres generaciones de marroqu¨ªes a las que han acompa?ado para hablar y protestar por los asuntos que siguen vigentes en su sociedad. Oubizz, por su parte, dijo sentirse gratificado por haber podido vivir el mismo proceso junto a su p¨²blico: ¡°Nosotros tambi¨¦n hemos tenido hijos¡±. Mientras, Adil Hanine, el bater¨ªa, bromeaba con que, a pesar de los muchos cambios en la vida contempor¨¢nea (las pantallas sustituyendo a los conciertos en vivo y la mayor desconexi¨®n entre m¨²sicos que conllevan los soportes digitales), cuando va en moto por las calles de Casablanca, ¨¦l se encuentra con los mismos huecos que hace 20 a?os: ¡°Hay barrios en los que celebramos los aniversarios de los pozos en el pavimento¡±.
En fin, la metr¨®polis portuaria sigue creciendo, con los agujeros de cemento de toda gran ciudad norteafricana, mientras ciudades perif¨¦ricas como Agadir se ven cada d¨ªa m¨¢s pintadas, limpias y ajardinadas. No es solo arena, mar y turismo: tambi¨¦n hay buena m¨²sica.
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