Mi decisi¨®n es firme: me quedo en Afganist¨¢n
Un miembro del personal de la ONG World Vision en el pa¨ªs asi¨¢tico explica los motivos por los que no se marcha de su pa¨ªs, pese a estar ahora gobernado por talibanes. Su nombre se oculta por seguridad
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Cuando comenz¨® el conflicto en Afganist¨¢n yo ten¨ªa ocho a?os. Todav¨ªa recuerdo aquellos d¨ªas de 2001 en los que ten¨ªa que llevar un turbante como parte de mi uniforme escolar. No consegu¨ªa que me quedara bien. Se me ca¨ªa de la cabeza y ten¨ªa que ajustarlo constantemente. Por aquel entonces, en la escuela nos centr¨¢bamos sobre todo en los estudios religiosos. Por la noche, mientras hac¨ªa los deberes, los cohetes y las bombas que ca¨ªan en nuestro barrio interrump¨ªan mi tarea. Mis padres y yo nos api?¨¢bamos en el pasillo de nuestra casa mientras las paredes temblaban. Imag¨ªnense a un ni?o de ocho a?os en el suelo, rezando para que la guerra no llegara a su casa. Era aterrador.
Desde entonces, millones de afganos se han visto desplazados. Sobrevivimos a esas noches, pero la vida segu¨ªa siendo extremadamente dura. Mi padre era un hombre culto, pero perdi¨® su trabajo, as¨ª que recurri¨® a la venta de patatas en el mercado para que pudi¨¦ramos sobrevivir. Recuerdo que una vez mi amigo y yo nos sentamos en un parque cercano a nuestra casa, hablando de nuestros sue?os sobre un futuro mejor mientras los combates se suced¨ªan en todo el pa¨ªs.
Ahora, 20 a?os despu¨¦s, la gente sigue huyendo... Pero por razones diferentes. Cuesta asimilar las horribles escenas de miles de personas agolpadas a las puertas del aeropuerto de Kabul; madres desesperadas pasando a sus beb¨¦s por encima de las alambradas a desconocidos; personas que corr¨ªan junto a los aviones en la pista de aterrizaje mientras suplicaban que no los dejaran atr¨¢s y despu¨¦s, la explosi¨®n que caus¨® centenares de muertos. Es para romper el coraz¨®n de cualquiera. Todos los ni?os y ni?as merecen paz y seguridad.
Ahora, rara vez veo mujeres en la calle. Cuando lo hago, no est¨¢n solas ni llevan vaqueros como antes, al menos as¨ª es en Kabul. Viajar por la ciudad de noche da miedo, porque con la oscuridad y desde la distancia no se puede distinguir si los hombres armados que paran los veh¨ªculos est¨¢n haciendo controles o si son atracadores que se hacen pasar por polic¨ªas.
Muchas personas ya han huido del pa¨ªs. Otras est¨¢n solicitando desesperadamente visados para salir. Los padres se enfrentan ahora a la incertidumbre de qu¨¦ pasar¨¢ con sus hijos, especialmente con sus hijas. Algunos han decidido ya no llevarlas a la escuela.
En internet, la mayor¨ªa de los profesionales est¨¢n eliminando u ocultando sus cuentas en las redes sociales, junto con la informaci¨®n sobre su trabajo y su vida personal. Cuando alguien borra todo rastro de los logros de los que est¨¢ orgulloso y por los que ha trabajado tan duro, es casi como si su ¨¦xito nunca hubiera ocurrido.
Quiero vivir una vida plena. Tambi¨¦n quiero vivir en paz, sin miedo. Como cualquier joven, quiero perseguir todos mis sue?os
?Qu¨¦ nos depara el futuro? ?Estar¨¢n seguros nuestros hijos? Lamentablemente no tenemos respuesta a estas preguntas.
Salir de Afganist¨¢n es ahora extremadamente dif¨ªcil ¨Dprobablemente imposible para la mayor¨ªa¨D pero quedarse tampoco es f¨¢cil. Quiero vivir una vida plena. Tambi¨¦n quiero vivir en paz, sin miedo. Como cualquier joven, quiero perseguir todos mis sue?os. He empezado a hacerlo. Sigo queriendo inspirar a los ni?os y j¨®venes de mi entorno para que hagan lo mismo, estoy comprometido con mi trabajo humanitario y con la gente de Afganist¨¢n. As¨ª que he decidido quedarme.
Tuve la oportunidad de recibir asilo en Europa hace cuatro a?os. Sin embargo, decid¨ª no aceptarlo, volver y continuar con mi trabajo en Afganist¨¢n, porque amo a mi pa¨ªs y a mi gente. Aqu¨ª es donde siento que tengo que estar. Muchos afganos lo tienen m¨¢s dif¨ªcil que yo y quiero ayudarles en todo lo que pueda aunque acarree hacer importantes sacrificios personales.
A mi alrededor veo que las necesidades humanitarias aumentan. Muchos afganos han perdido sus ingresos y sus puestos de trabajo desde que comenz¨® la pandemia. En las ¨²ltimas semanas la situaci¨®n no ha hecho m¨¢s que empeorar. La gente no puede acceder a su dinero y los precios de los alimentos han subido de forma desorbitada.
Afganist¨¢n puede ser uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos del mundo para ser una ni?a y un ni?o. Millones no conocen nada m¨¢s all¨¢ del conflicto, la inestabilidad, el desplazamiento y la pobreza. Los j¨®venes siguen so?ando y esperando un futuro mejor, como lo hice yo hace 20 a?os y lo sigo haciendo ahora. La esperanza nunca se pierde.
Millones de familias est¨¢n en una situaci¨®n de urgente necesidad. S¨¦ que el pueblo de Afganist¨¢n es resistente y tambi¨¦n s¨¦ que continuar¨¦, continuaremos, a su lado.
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