C¨®mo evitar la trata de mujeres y ni?os africanos

A su llegada a Espa?a, las mujeres que migran desde ?frica tienen prisa por irse de los centros de acogida humanitaria, con la esperanza de continuar el viaje hacia su destino final, que suele estar en otros pa¨ªses de Europa. Sin embargo, llegan sin documentaci¨®n que acredite su identidad y la de los ni?os que las acompa?an, as¨ª como el v¨ªnculo entre ellos. En ?DOS realizan una parada de unos dos meses de media, durante los cuales se desarrolla una intervenci¨®n de protecci¨®n de la infancia en movimiento. Este programa, impulsado por entidades de diversos ¨¢mbitos con presencia en Espa?a, Marruecos y Francia, est¨¢ pensado para ayudar a aquellas que llegan irregularmente a nuestras costas con menores de corta edad. Se trata de un fen¨®meno creciente en los ¨²ltimos a?os, pero muy invisible.

El primer paso en frontera es garantizar el registro documental e identificaci¨®n de los menores de edad y conocer si la adulta que acompa?a al ni?o es su madre biol¨®gica. La Polic¨ªa Nacional es quien procede al registro y toma de una muestra de ADN a la llegada. Si el resultado es negativo o la mujer manifiesta directamente no ser la progenitora, existe el riesgo de que los peque?os puedan ser v¨ªctimas de trata o explotaci¨®n infantil. Sin embargo, nuestra experiencia de estos a?os muestra que las mujeres que acompa?an a los menores, cuando no son sus madres, suelen ser miembros de la familia y que el proyecto migratorio es, con frecuencia, la reagrupaci¨®n familiar con sus progenitores en Europa.

Los ni?os y las ni?as migrantes tienen derecho a la reunificaci¨®n familiar conforme al derecho de cada menor a vivir con sus padres, recogido en el art¨ªculo 22 de la Convenci¨®n de Naciones Unidas sobre Derechos del Ni?o (CDN). Para ello, es necesario una actitud proactiva que indague las circunstancias del menor en origen y en destino, busque a sus progenitores y les contacte, facilit¨¢ndoles la informaci¨®n y documentaci¨®n necesaria para proceder a la reunificaci¨®n familiar.

Muchas mujeres que se desplazan irregularmente con sus hijos o con otros menores abandonan voluntariamente los centros de acogida sin comunicarlo

La colaboraci¨®n de la adulta que acompa?a al menor, la escucha al menor y su participaci¨®n son elementos fundamentales para hacer frente a este proceso de manera exitosa. En paralelo, hay que observar el v¨ªnculo y apego entre ambos y descartar o detectar, en su caso, situaciones de riesgo de trata o necesidades de protecci¨®n internacional.

La infancia en movilidad es un fen¨®meno complejo, sobre todo en el contexto de las llegadas irregulares en frontera. Los sistemas de protecci¨®n de menores necesitan conocer estas nuevas realidades y adaptar sus intervenciones para dar respuesta a las necesidades de estos ni?os y ni?as. Hablar de protecci¨®n en el contexto de las llegadas irregulares es sin¨®nimo de detecci¨®n, identificaci¨®n, no separaci¨®n cautelar entre adulta y menor y reunificaci¨®n familiar cuando proceda. Requiere de un trabajo especializado transnacional y de la cooperaci¨®n y coordinaci¨®n entre autoridades p¨²blicas y la sociedad civil.

La experiencia nos muestra que muchas mujeres que se desplazan irregularmente con sus hijos o con otros menores abandonan voluntariamente los centros de acogida sin comunicarlo ni al centro ni a las autoridades y sin que se sepa, por tanto, el destino de los ni?os. Los peque?os se trasladan as¨ª a otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y se pierde su rastro. En nuestra opini¨®n, esta din¨¢mica cuestiona la pol¨ªtica de acogida humanitaria actual y es una llamada a incorporar un enfoque m¨¢s adecuado de infancia y de g¨¦nero.