Las consecuencias de ser una defensora ¡®etiqueta roja¡¯ en la Filipinas de Duterte
Czarina Musni es la primera activista del pa¨ªs asi¨¢tico acogida por un programa de protecci¨®n internacional en Espa?a, tras las amenazas recibidas por su defensa de las comunidades ind¨ªgenas en la isla de Mindanao. Y por ser abogada. Un total de 57 de sus colegas han sido asesinados durante el mandato de Duterte desde 2016
La abogada filipina Czarina Musni recibi¨® la noticia en Barcelona. El pasado 15 de septiembre en Mindanao, la segunda isla m¨¢s grande de Filipinas, era asesinado Juan Macababbad, un compa?ero defensor de los derechos humanos de su organizaci¨®n National Union of People¡¯s Lawyers (NUPL) ¨CUni¨®n Nacional de Abogados del Pueblo¨C. Engrosa as¨ª la cifra de 57 asesinatos de profesionales de la abogac¨ªa durante el mandato del presidente Rodrigo Duterte desde junio de 2016 registrados por la NUPL, donde Macababbad representaba a los pueblos ind¨ªgenas y peque?os agricultores en su defensa por la tierra y el territorio.
Ese mismo d¨ªa, todav¨ªa afligida por el dolor, Musni recibi¨® tambi¨¦n una muy buena noticia: la Corte Penal Internacional autorizaba iniciar una investigaci¨®n sobre la situaci¨®n de Filipinas en materia de derechos humanos, con relaci¨®n a los cr¨ªmenes cometidos en el contexto de la campa?a denominada ¡°guerra contra las drogas¡±.
Macababbad ten¨ªa en com¨²n con el resto de las personas asesinadas y con la propia Musni ser un red-tagging o etiquetado rojo, un fen¨®meno que criminaliza, estigmatiza y amenaza a cualquier persona que defiende los derechos humanos o cr¨ªtica a la actual administraci¨®n del Gobierno de Duterte. Autom¨¢ticamente, quien tiene esta etiqueta es vinculado al Partido Comunista y su brazo armado, el Nuevo Ej¨¦rcito del Pueblo, insurgencia designada como organizaci¨®n terrorista. ¡°El etiquetado rojo sienta las bases de nuevos ataques contra la seguridad, la libertad y la vida de la persona. Nos hacen montajes judiciales con cargos inventados. Y no son delitos menores. Se nos acusa de robos, secuestros ilegales, posesi¨®n de armas de fuego y explosivos. Todos delitos no sujetos a fianza¡±, afirma Musni. La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha documentado al menos 248 casos de defensores de derechos humanos, juristas, periodistas y sindicalistas asesinados en relaci¨®n con su trabajo entre 2015 y 2019.
El 22 de febrero de 2019, d¨ªa de su cumplea?os, Musni supo en propia piel lo que era ser etiqueta roja. Recibi¨® un panfleto con su fotograf¨ªa y sus datos, donde se la acusaba de pertenecer al Partido Comunista. M¨¢s tarde lleg¨® el escarnio en redes sociales y el acoso judicial. Musni se vio obligada a abandonar el pa¨ªs gracias a la oportunidad de la protecci¨®n internacional. No solo por su labor en NUPL, sino tambi¨¦n por ser parte de Karapatan, una alianza nacional que trabaja para la promoci¨®n de los derechos de los sectores marginados y oprimidos. De septiembre a diciembre de 2020, la abogada estuvo en los Pa¨ªses Bajos con la organizaci¨®n Justice and Peace.
Durante su estancia en Holanda, un nuevo conjunto de etiquetas mencion¨® su presencia en Europa se?al¨¢ndola como participante en un programa de la red internacional de comunistas. ¡°Unas difamaciones sin fundamento y falsas que, adem¨¢s, atentan contra la organizaci¨®n que me acogi¨® all¨ª¡±, destaca la abogada. Hoy se encuentra en Catalu?a bajo el Programa Catal¨¢n de Protecci¨®n de Defensores y defensoras Derechos Humanos y acogida por la Asociaci¨®n Catalana por la Paz.
La ¡°guerra contra las drogas¡±
El etiquetado rojo aument¨® en el contexto de la ¡°guerra contra las drogas¡± de Duterte y su controvertida ley antiterrorista, aprobada en julio de 2020 y mediante la cual se puede catalogar de terrorista cualquier protesta contra el Gobierno y llevar a cabo detenciones sin orden judicial. ¡°La definici¨®n del crimen de terrorismo es muy amplia y vaga, trascendiendo el ejercicio de las libertades fundamentales y los derechos b¨¢sicos. Hay 37 peticiones cuestionando la validez de esta ley. Muchos defensores y defensoras est¨¢n siendo acusadas de un delito de terrorismo y esto est¨¢ sucediendo ahora mismo en Filipinas¡±, dice la abogada. Esta criminalizaci¨®n y los casos de ejecuciones extrajudiciales y violaciones de derechos humanos, llevadas a cabo por el Gobierno, tambi¨¦n se destacan en el informe de Amnist¨ªa Internacional 2020 sobre Filipinas.
Una ¡°guerra contra las drogas¡±, cuenta la abogada, donde se habla de 6.000 asesinatos en el curso de las operaciones oficiales de la polic¨ªa, a pesar de que las organizaciones de derechos humanos documentaron, al menos, 30.000. ¡°Asesinatos de personas comunes y corrientes que venden paquetes de shab¨² o metanfetamina. Pero ?d¨®nde est¨¢n los capos de la droga? Solo las personas de clase baja y los pobres son asesinados. No es una guerra contra las drogas, sino una guerra contra el control de las drogas. Hay pruebas que vinculan la importaci¨®n de metanfetamina de China con el nombre de Paulo Duterte, hijo del presidente¡±, afirma Musni.
Seg¨²n la constituci¨®n filipina, no puede haber reelecci¨®n presidencial, pero Duterte est¨¢ preparando el camino para ser el presidente en la sombra
Un presidente a quien en su d¨ªa se le vio como el salvador en un pa¨ªs cansado de la guerra. ¡°A Duterte se le ve¨ªa como un ancestro, como alguien que pod¨ªa resolver los problemas en el pa¨ªs. Lleg¨® al poder cuando los filipinos quer¨ªan un cambio¡±. Musni lo define en aquella ¨¦poca como un chico local, un hombre de masas que fue el ¨²nico que estuvo dispuesto a reabrir las conversaciones de paz, a apoyar a los pueblos ind¨ªgenas y a poner fin al conflicto. ¡°Duterte viene de Mindanao, de mi regi¨®n, y en sus a?os de alcalde en la capital, Davao, expres¨® que apoyar¨ªa las conversaciones de paz entre el Partido Comunista de Filipinas y el Gobierno y eso resolver¨ªa muchos problemas. Hablaba de paz, as¨ª que votamos por ¨¦l. Nada se ha cumplido¡±.
Las pr¨®ximas elecciones presidenciales en el pa¨ªs ser¨¢n en mayo de 2022. Seg¨²n la constituci¨®n filipina, no puede haber reelecci¨®n presidencial, pero Duterte est¨¢ preparando el camino para ser el presidente en la sombra, postul¨¢ndose como vicepresidente de la candidata Sara Duterte, su hija. ¡°Necesitamos toda la ayuda internacional que podamos porque ese es el Estado al que nos enfrentamos¡±. Con todo, la defensora conf¨ªa que Duterte acabar¨¢ siendo juzgado por la Corte Penal Internacional por cr¨ªmenes de lesa humanidad. ¡°Tenemos la esperanza que todos los que cometieron violaciones a los derechos humanos rindan cuentas¡±.
Y es que los a?os de mandato del presidente Duterte han estado marcados por un dr¨¢stico aumento de la violencia contra las personas defensoras. Seg¨²n Global Witness, desde su elecci¨®n en 2016 hasta finales de 2020, 166 personas defensoras de la tierra y del medio ambiente han sido asesinadas. En su reciente informe de 2020, m¨¢s de la mitad de las 227 muertes registradas ese a?o dice que se concentraron en Colombia, M¨¦xico y Filipinas.
Mindanao, la isla rebelde
Musni lleva a?os alzando su voz para denunciar la vulneraci¨®n de derechos que sufren las comunidades ind¨ªgenas en Mindanao, de donde es originaria. En esta isla del sur de Filipinas, rica en recursos naturales, hay 18 etnias diferentes que conjuntamente se les conoce como lumad y que unidas resisten frente a latifundistas e industrias mineras que quieren despojarlos de sus territorios ancestrales. ¡°La lucha de los pueblos ind¨ªgenas est¨¢ en mi coraz¨®n. Puede que no tengan los t¨ªtulos universitarios que tenemos nosotros, pero su sabidur¨ªa es impresionante. La monta?a y el bosque son para ellos sus hospitales, su farmacia, su iglesia, su hogar¡±.
Con Duterte la situaci¨®n para los Lumad empeor¨®. Les coloc¨® tambi¨¦n la etiqueta roja y militariz¨® completamente sus tierras. ¡°No hay colegios porque los militares dicen que son campos de entrenamiento para los comunistas, que ya hay suficientes escuelas en el pa¨ªs¡±, lamenta. La defensora acusa al Ej¨¦rcito de estar en connivencia con las corporaciones multinacionales que pretenden el oro, el cobre y el n¨ªquel de la zona sin el consentimiento previo y libre de los ind¨ªgenas. ¡°Los militares cumplen este prop¨®sito de facilitar la entrada de estos intereses corporativos que, adem¨¢s, utilizan paramilitares como ej¨¦rcitos privados¡±.
La isla de Mindanao sigue siendo todav¨ªa un territorio convulso con presencia hist¨®rica de grupos guerrilleros y donde la paz nunca termina de llegar
La isla de Mindanao sigue siendo todav¨ªa un territorio convulso con presencia hist¨®rica de grupos guerrilleros y donde la paz nunca termina de llegar. Uno es el Nuevo Ej¨¦rcito del Pueblo, considerado el ala armada del Partido Comunista de Filipinas. ¡°El Gobierno est¨¢ empe?ado en aplastar a la insurgencia comunista. Y por supuesto, es bueno acabar con la insurgencia, pero los medios no justifican el fin y tampoco se aborda la ra¨ªz de las causas por las que surgi¨® en un inicio. Adem¨¢s, se desdibuja la l¨ªnea divisoria que separa a los y las defensoras de derechos humanos y la poblaci¨®n civil, de los combatientes armados¡±, explica.
A la defensora le est¨¢ siendo dif¨ªcil estar lejos de la familia y de las comunidades que defiende. Sin embargo, asegura, no piensa en la distancia ni en el tiempo que estar¨¢ fuera, sino en la oportunidad de poder hacer lo que pueda por su causa en la arena internacional, haciendo lobby en Bruselas y en Espa?a, pa¨ªs del que, por otro lado, lamenta que no escuche m¨¢s a Filipinas pese a los lazos hist¨®ricos que les unen como ex colonia.
Y sobre la nueva Premio Nobel de la Paz, su compatriota Maria Ressa, comenta: ¡°Que haya sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresi¨®n en un momento de gran represi¨®n pol¨ªtica de los medios de comunicaci¨®n en Filipinas no deja de ser un motivo de alegr¨ªa. M¨¢s que celebrar que sea la primera filipina a la que se le concede este premio, el hecho de que haya sido galardonada en pleno auge de las noticias falsas y la desinformaci¨®n en Filipinas, y ante las numerosas acusaciones falsas que se han lanzado contra ella, es a¨²n m¨¢s inspirador. No importaban las amenazas, ni lo dif¨ªcil que fuera la batalla, Maria Ressa se mantuvo inquebrantable y aguant¨® el tir¨®n. No se contuvo y sigui¨® presionando para que los filipinos, y el resto del mundo, conocieran la situaci¨®n real sobre el terreno sin filtros, y con la que pudi¨¦ramos tomar el curso de acci¨®n correcto. Para m¨ª, ¨¦ste es el ep¨ªtome de un defensor de los derechos humanos¡±.
Y, aunque lo define como idealista, su sue?o es la paz mundial. Una paz para Filipinas y para todas las comunidades del mundo. Pero tambi¨¦n sue?a con poder regresar alg¨²n d¨ªa a su pa¨ªs con la seguridad de que su trabajo no le costar¨¢ la vida.
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