Informar a golpe de tel¨¦fono m¨®vil para cambiar la forma de contar la realidad en Mauritania
Con equipos m¨¢s accesibles y redes sociales, los periodistas m¨¢s j¨®venes y comprometidos est¨¢n generando una narrativa distinta en un pa¨ªs en el que el espacio medi¨¢tico ha sido siempre deficiente. Aliya Abass es un ejemplo
¡°Cuando eres una periodista independiente y puedes grabar con tu tel¨¦fono, igual que con la c¨¢mara, te das cuenta de que es mucho m¨¢s ligero. La c¨¢mara, a veces, asusta a la gente, pero el m¨®vil no intimida. La gente te ve con ¨¦l y no tiene la sensaci¨®n de que est¨¢s haciendo un reportaje; y el resultado puede ser de muy buena calidad¡±. Estas explicaciones las ofrece Aliya Abass, una periodista de 26 a?os residente en Mauritania y formada entre Nuakchott y Dakar. Equipada con este discreto material, tiene la posibilidad de asomarse a temas poco habituales en los medios nacionales, como la migraci¨®n, el racismo o los derechos de las mujeres. Esta nueva manera de contar, con equipos m¨¢s accesibles y apoyados por las redes sociales, est¨¢ generando una narrativa distinta en un pa¨ªs en el que el espacio medi¨¢tico tradicionalmente ha tenido importantes deficiencias.
Abass recuerda que, sobre todo, los medios audiovisuales ofrecen en Mauritania una visi¨®n muy reducida de la realidad de este pa¨ªs de poco menos de cinco millones de habitantes (y una densidad de cinco por kil¨®metro cuadrado). Por un lado, la televisi¨®n p¨²blica nacional, que se centra en las actividades del Gobierno, a menudo, adem¨¢s, con unos enfoques poco atractivos, ¡°no entra en el origen de los problemas, en las preocupaciones de la poblaci¨®n¡±. Por otro lado, el panorama televisivo se completa con las cadenas privadas, detr¨¢s de las cuales ¡°hay pol¨ªticos o partidos, directamente, partidos, o grupos de hombres de negocios que usan las televisiones para sus intereses particulares¡±, a?ade. ¡°Tenemos cadenas que est¨¢n pensadas para mantener a la poblaci¨®n en la ignorancia¡±, se queja. ¡°La alternativa¡±, defiende la joven, son profesionales equipados con lo m¨ªnimo, con un smartphone. ¡°Todo el mundo tiene uno en el bolsillo, y cuando vas a realizar un reportaje que se va a difundir en las redes sociales, lo ideal es hacerlo con ¨¦l. Si no podemos producir informaci¨®n de calidad y publicar en la televisi¨®n o en las radios, s¨ª que podemos publicarla en las redes¡±.
De esta manera internet y las iniciativas de periodistas comprometidos como ella est¨¢n aireando los espacios de la informaci¨®n que reciben los mauritanos. Estos proyectos ponen el foco en temas que los medios convencionales han dejado caer en el olvido. ¡°Podemos crear una p¨¢gina que trata cuestiones medioambientales o sobre las soluciones de j¨®venes innovadores a los problemas del pa¨ªs. Ese es el mensaje que el periodismo debe hacer pasar¡±, explica Abass, que atribuye esta renovaci¨®n a la posibilidad de usar las nuevas herramientas tecnol¨®gicas y los canales de difusi¨®n digitales. ¡°En todo caso, cada vez hay menos personas que ven la televisi¨®n o hay m¨¢s que consultan a la vez la tele y los contenidos que les llegan a sus tel¨¦fonos¡±, se?ala. Al mismo tiempo, apunta a una cierta decadencia del modelo convencional, sobre todo, aunque no exclusivamente, entre la juventud.
Si no podemos producir informaci¨®n de calidad y difundirla en la televisi¨®n o en las radios, s¨ª podemos publicarla en las redes socialesAliya Abass
En cuatro a?os, entre 2017 y 2021, el n¨²mero de usuarios de internet se ha duplicado en el pa¨ªs hasta llegar a uno de cada tres habitantes; y los presentes en las redes sociales se han multiplicado por dos. En enero de 2021 uno de cada cinco utilizaban los medios sociales. ¡°As¨ª es como la gente va a despertarse, va a reflexionar. Nosotras no estamos en una posici¨®n en la que les decimos ¡®esta es la verdad¡¯. Realizamos un producto informativo, se lo proponemos y ellos deciden si es bueno o no, si lo quieren o no, si es interesante o no¡±, dice la reportera.
Aliya Abass transmite una arrolladora convicci¨®n cuando explica el camino, que ella cree necesario, hacia un cambio de paradigma informativo que genere transformaciones sociales. Sin embargo, ese itinerario est¨¢ lejos de ser un recorrido pl¨¢cido. Seg¨²n el ?ndice de Freedom House, Mauritania acaba de ingresar en los pa¨ªses considerados ¡°parcialmente libres¡± pero con una puntuaci¨®n de 35 sobre 100 se encuentra cerca del l¨ªmite de los pa¨ªses ¡°no libres¡±; mientras que la clasificaci¨®n de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, tambi¨¦n con una cierta mejor¨ªa, lo coloca en el puesto 94 de los 180 auditados en todo el mundo. ¡°Estamos en un pa¨ªs en el que los hombres religiosos tienen mucha influencia sobre la poblaci¨®n, en el que las instituciones y los puestos p¨²blicos est¨¢n muy instrumentalizados. Todo el mundo se conoce, es primo de alguien, todo el mundo trabaja por la intervenci¨®n de otra persona, as¨ª que es muy dif¨ªcil hablar de ciertos temas¡±, contextualiza.
Estamos en un pa¨ªs en el que los hombres religiosos tienen mucha influencia sobre la poblaci¨®n, en el que las instituciones y los puestos p¨²blicos est¨¢n muy instrumentalizadosAliya Abass
¡°Hablamos de todo, pero no de cualquier manera¡±, matiza, ya que para ella la f¨®rmula para esquivar algunos de estos obst¨¢culos y hacer que su profesi¨®n se reconcilie con su funci¨®n social es apostar por lo que llama ¡°el periodismo de soluciones¡±. Este enfoque consiste en identificar un problema y ponerlo de manifiesto, pero, al mismo tiempo, completar la informaci¨®n con alguno de los remedios que se est¨¢n proponiendo. Por ejemplo, ¡°en relaci¨®n con la suciedad en Nuakchott, hago un reportaje sobre una organizaci¨®n que recoge los neum¨¢ticos usados, los recicla y hace con ellos, sillas, mesas o bloques para hacer muros¡±, explica la reportera, que a?ade: ¡°As¨ª, est¨¢s mostrando hasta qu¨¦ punto la ciudad est¨¢ sucia, que hay un problema con los residuos y que hay cosas que revisar, pero tambi¨¦n que hay proyectos para personas que est¨¢n en paro aprovechando esos recursos¡±.
Cada vez hay m¨¢s personas que miran a la vez la tele y los contenidos que les llegan a sus tel¨¦fonosAliya Abass
Aliya Abass lidia, con ese mismo entusiasmo, los prejuicios y las barreras ligadas al g¨¦nero y a la edad que ha tenido que superar siendo, primero, una de las primeras reporteras mauritanas y, despu¨¦s, una de las pioneras de esta nueva forma de contar la realidad. A pesar de los ataques y los menosprecios, se arma de iron¨ªa para defender su trabajo. ¡°La mayor¨ªa de la gente que habla de m¨ª, lo hace a mis espaldas, as¨ª que no s¨¦ muy bien qu¨¦ dice¡±, bromea.
M¨¢s all¨¢ del sarcasmo, reconoce que ha sido cuestionada por razones tan peregrinas como el material que utiliza, por parte de otros profesionales que, con sus cr¨ªticas, demostraban su ignorancia de las innovaciones tecnol¨®gicas. ¡°?ramos pocas mujeres, podr¨ªa mencionar a tres o cuatro, haciendo un trabajo habitualmente hac¨ªan los hombres¡±, opina. ¡°Siempre nos vamos a encontrar con personas que van a decir que no es bueno contar conmigo porque soy una feminista. Siempre habr¨¢ gente que hablar¨¢; si nos preocupamos de lo que la gente dice, no podremos avanzar, ni hacer las cosas que queremos hacer, por eso no me preocupo de lo que la gente habla¡±.
A pesar de esos obst¨¢culos, cree que hay cosas que est¨¢n cambiando en la sociedad de su pa¨ªs ¡°a trav¨¦s de peque?os pasos¡±, como demuestra el hecho de que ¡°cada vez hay m¨¢s j¨®venes influencers¡±. Aunque, asegura, no se pueden perder de vista los nuevos riesgos que se despliegan en el entorno digital: ¡°El acoso en las redes sociales va en aumento; te encuentras con comentarios fuera de lugar que no tienen nada que ver con las publicaciones; y se desvela la vida privada de las usuarias a la vista de todos; grupos en los que las chicas se atacan entre ellas, en los que se habla de la despigmentaci¨®n o de c¨®mo engordar para responder al canon de belleza de la sociedad¡¡±.
A pesar de todo, Abass prefiere fijarse en los indicios de un cambio esperanzador: ¡°El hecho de los mauritanos acepten que una joven sea seguida en redes es una novedad. Antes, eso solo pod¨ªa pasar con algunas cantantes que marcaban el estilo de la melfa (la pieza de ropa tradicional de las mujeres). Ahora, las cosas ya no son as¨ª, las j¨®venes marcan la moda. Ya no se escucha solamente ¡®no es bueno mostrarse as¨ª¡¯ o ¡®esa chica no se casar¨¢¡¯, sino que vemos, por ejemplo, en redes como TikTok a j¨®venes que quieren salir de la sombra¡±.
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