Teresita Antaz¨², la ind¨ªgena desobediente que ha abierto el camino a las m¨¢s j¨®venes

A Teresita Antaz¨² L¨®pez (Pasco, 1960) le quisieron negar muchas cosas desde su infancia. Trepar a los ¨¢rboles, aprender a leer y escribir, sentarse en las reuniones comunales y hasta tener un documento de identidad eran, pr¨¢cticamente, actos de rebeld¨ªa para las mujeres del pueblo yanesha hace m¨¢s de 30 a?os. ¡°Nos dec¨ªan que eran solo cosas de hombres. Algunas hac¨ªan caso, pero otras ¨¦ramos un poco desobedientes¡±, recuerda.

Fue precisamente esta ¡°desobediencia¡± la que la llev¨® a convertirse en la primera en casi todo: la primera mujer cornesha ¡ªla m¨¢xima autoridad de este pueblo¡ª y la primera dirigente en la Asociaci¨®n Inter¨¦tnica de la Selva Peruana, la principal organizaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas de la Amazon¨ªa en Per¨².

Este es el legado de rebeld¨ªa de Antaz¨², que se ha vuelto un s¨ªmbolo de la defensa de los derechos de las mujeres ind¨ªgenas. A lo largo de la historia peruana, estas han sido relegadas al cuidado, siendo responsables de conservar la vida en todas sus formas: desde semillas y plantas hasta r¨ªos, bosques y sus propias comunidades. ¡°En la cultura yanesha siempre han dicho que la mujer es la que cocina, lava, cr¨ªa a los hijos, va a la chacra, mientras que el hombre es el ¨²nico que estudia, sale de la comunidad, hace los tr¨¢mites¡±, precisa Antaz¨². ¡°Somos nosotras las encargadas de transmitir esos conocimientos y saberes ancestrales de generaci¨®n en generaci¨®n¡±. Parad¨®jicamente, ese rol de cuidadoras las dej¨® al margen de casi todo. Seg¨²n el ¨²ltimo censo nacional de 2017, apenas el 4% de comunidades ind¨ªgenas ten¨ªa una jefa mujer, mientras que m¨¢s del 21% de ellas no sab¨ªa leer ni escribir, el doble que en el caso de los hombres ind¨ªgenas en la selva peruana.

En la cultura yanesha siempre han dicho que la mujer es la que cocina, lava, cr¨ªa a los hijos, va a la chacra, mientras que el hombre es el ¨²nico que estudia, sale de la comunidad, hace los tr¨¢mites

Teresita Antaz¨² escap¨® de esa estad¨ªstica. De hecho, su historia de liderazgo empez¨® a sus 18 a?os con una m¨¢quina de escribir que ning¨²n hombre sab¨ªa usar en Laguna Raya, la peque?a comunidad yanesha en la que creci¨® en la regi¨®n de Pasco, en la selva central. ¡°Todos dec¨ªan que era imposible para una mujer, pero aquel d¨ªa escrib¨ª una carta sin parar¡±, asegura Antaz¨², que hab¨ªa aprendido a escribir a m¨¢quina cuando fue empleada del hogar fuera de su comunidad. A partir de ese momento, la convocaron a todas las reuniones comunales. ¡°Y aunque no me dejaban sentarme con ellos, por fin pod¨ªa hacer algo m¨¢s¡±, recuerda. En los a?os siguientes, se fue ganando un lugar en los espacios de decisi¨®n ind¨ªgena. Fue dirigente en la Federaci¨®n de Comunidades Nativas Yanesha y tambi¨¦n en la Uni¨®n de Nacionalidades de Ash¨¢ninkas y Yaneshas y en la Asociaci¨®n Regional de Pueblos Ind¨ªgenas de Selva Central. Desde entonces, no dej¨® de trabajar con las mujeres. Les ense?¨® a escribir, leer y coser. Tambi¨¦n se form¨® y les habl¨® de derechos y hasta, por primera vez, del tema de g¨¦nero.

Esa labor la llev¨® a ser nombrada, en 1999, la primera lideresa mujer en la Asociaci¨®n Inter¨¦tnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la principal organizaci¨®n ind¨ªgena que representa a 109 federaciones y 2439 comunidades en las que viven m¨¢s de 650.000 hombres y mujeres de la Amazon¨ªa peruana. ¡°Quer¨ªan que hubiera al menos una mujer en su Consejo Directivo y que fuera ella quien se haga cargo del ¨¢rea de asuntos femeninos. Nunca me olvidar¨¦ de eso¡±, se?ala entre risas.

Por aquella ¨¦poca, Antaz¨² ya ten¨ªa seis hijos y un esposo que se empecin¨® en que no aceptara ese cargo en Lima, a 400 kil¨®metros de la comunidad en la que viv¨ªan. ¡°Pero eleg¨ª cumplir mi compromiso con la organizaci¨®n¡±, afirma. En los seis a?os que dur¨® en el cargo, se dedic¨® a realizar capacitaciones de liderazgo, derechos de la mujer y temas de g¨¦nero en las comunidades de la Amazon¨ªa peruana. Tambi¨¦n abord¨® la autonom¨ªa econ¨®mica de las mujeres. ¡°En alg¨²n lugar me llegaron a llamar Teresita G¨¦nero¡±, asegura.

De regreso a su comunidad, en 2006, fue elegida cornesha, la m¨¢xima autoridad en la Uni¨®n de Nacionalidades de Ash¨¢ninkas y Yaneshas, federaci¨®n que vela por el bienestar de esos pueblos ind¨ªgenas en las regiones de Pasco y Hu¨¢nuco. ¡°Era algo que nunca cre¨ª posible, ni siquiera existe esa palabra en femenino¡±, comenta. ¡°Llor¨¦ tanto de alegr¨ªa porque al fin podr¨ªa hacer algo m¨¢s por nuestro territorio y, sobre todo, por las mujeres yanesha. Pero entonces pas¨® lo de Bagua¡±. Se refiere al Baguazo, uno de los conflictos socioambientales m¨¢s graves de las ¨²ltimas d¨¦cadas en el pa¨ªs. Al norte de la Amazon¨ªa peruana, el 5 de junio de 2009, cientos de ind¨ªgenas wampis y awaj¨²n se movilizaron en contra de un paquete de decretos legales promulgado sin consulta previa y que, seg¨²n diversos expertos, iba a afectar directamente los derechos y los territorios ind¨ªgenas.

¡°Siempre hemos defendido nuestro territorio y lo seguiremos haciendo¡±, explica Antaz¨² sobre ese cruento conflicto en el murieron al menos 33 personas, entre polic¨ªas y civiles. ¡°No lo hacemos por dinero, sino porque es nuestra forma de vivir bien. Esa es la diferencia con la gente de afuera que solo piensa en madera, oro, petr¨®leo, todo es dinero para ellos¡±, reflexiona.

Tras las protestas, Antaz¨² fue enjuiciada por aparecer en la conferencia de prensa en la que Alberto Pizango, entonces presidente de Aidesep, anunci¨® que los pueblos ind¨ªgenas se levantar¨ªan en insurgencia si no se derogaban dichos decretos. ¡°Lo que sigui¨® fue una pesadilla para m¨ª, pues me bajaban de los buses, me citaron a declarar y hasta me dieron orden de captura¡±, detalla la lideresa que, luego de seis largos a?os de juicio, fue declarada inocente.

Tras aquel episodio, no pensaba volver a Lima. Pero en 2022 la nombraron responsable del Programa Mujer Ind¨ªgena de Aidesep. ¡°Ya les hab¨ªa prometido a mis hijos dejar todo eso, pero ellos mismos me dijeron que haga lo que crea conveniente¡±, comenta. Ese a?o, adem¨¢s, fue reconocida por el Estado peruano con la distinci¨®n de Personalidad Meritoria de la Cultura, debido a su trayectoria como promotora de la participaci¨®n pol¨ªtica de la mujer ind¨ªgena.

De regreso en el cargo, 15 a?os despu¨¦s, Antaz¨² vio un cambio en las mujeres m¨¢s j¨®venes. ¡°Hab¨ªamos dejado el camino abierto para la participaci¨®n femenina, pero no imagin¨¦ ver a tantas jefas en las comunidades y las federaciones y, adem¨¢s, a mujeres estudiando en escuelas y universidades. Sin embargo, hay comunidades donde los hombres quieren seguir siendo ellos nada m¨¢s¡±, lamenta.

Por eso, la lideresa ind¨ªgena sigue trabajando por los derechos de las mujeres amaz¨®nicas. Uno de sus recientes logros ha sido que la participaci¨®n efectiva y paritaria de las mujeres sea uno de los 15 puntos de la Agenda Grande de Aidesep, un listado de prioridades ind¨ªgenas que se suele presentar ante el Gobierno peruano. Adem¨¢s, lider¨® la creaci¨®n de la Agenda de las Mujeres Ind¨ªgenas de la Amazon¨ªa peruana, que busca garantizar su participaci¨®n efectiva en todos los espacios de toma de decisi¨®n. ¡°Se debe permitir que las mujeres participen en las decisiones de su comunidad, no porque sean mujeres, sino porque son parte de la comunidad¡±, asegura quien, adem¨¢s, pide escuchar a las m¨¢s j¨®venes. ¡°Si para lograr eso hay que cambiar los estatutos de todas las comunidades, lo haremos¡±.

Desde hace unos a?os, los estatutos de algunas comunidades abogan por la paridad de hombres y mujeres en sus jefaturas y, de hecho, el nuevo estatuto de Aidesep la exige en su Consejo Directivo, conformado por tres lideresas y tres l¨ªderes ind¨ªgenas. ¡°Pronto esperamos ver a una presidenta a la cabeza de la organizaci¨®n. Ese d¨ªa ser¨¢ hist¨®rico para todos los pueblos de la Amazon¨ªa peruana¡±, concluye.

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