Emergencia clim¨¢tica, ego¨ªsmo vacunal y ceguera fiscal: la lucha contra la desigualdad es la ¨²nica salida
Hacer que las multinacionales paguen su parte justa de impuestos, luchar contra el cambio clim¨¢tico, la covid-19 y las futuras pandemias: en realidad, todo est¨¢ relacionado
El 2021 ser¨¢ quiz¨¢s recordado como el a?o en que las grandes potencias demostraron su incapacidad para asumir sus responsabilidades y evitar que el mundo se hunda en el abismo. Estoy pensando, por supuesto, en la 26? Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP26) en Glasgow. Tras utilizar el espacio atmosf¨¦rico disponible para su desarrollo, los pa¨ªses industrializados reafirmaron su negativa a cumplir con esta deuda clim¨¢tica, a pesar de que el calentamiento global se ha convertido en una cuesti¨®n existencial.
Esto no es todo. Tambi¨¦n me refiero a la desastrosa gesti¨®n de la pandemia de covid-19. Los pa¨ªses ricos monopolizaron y acapararon las vacunas, y luego se enzarzaron en debates surrealistas sobre las terceras dosis o los m¨¦ritos comparativos de tal o cual laboratorio. Esta estrategia siembra la muerte y obstaculiza la recuperaci¨®n econ¨®mica de los pa¨ªses desprovistos de vacunas, al tiempo que los convierte en fabulosos terrenos de juego para la proliferaci¨®n de variantes m¨¢s contagiosas, m¨¢s mort¨ªferas y m¨¢s resistentes, a las que no les importan las fronteras.
Por ¨²ltimo, quiero hablar tambi¨¦n de otro acuerdo promovido por las capitales del Norte, aparentemente m¨¢s t¨¦cnico, pero que simboliza igualmente su ego¨ªsmo y su ceguera: el acuerdo sobre el impuesto m¨ªnimo global a las multinacionales. Concluida en octubre, es una iniciativa gigantesca, ya que es la primera reforma del sistema fiscal internacional nacido en los a?os 20 y totalmente obsoleto, en el marco de una econom¨ªa globalizada.
Gracias a sus vac¨ªos legales, las multinacionales hacen perder a los gobiernos unos 312.000 millones de d¨®lares (277.000 millones de euros) en ingresos fiscales cada a?o, seg¨²n el documento Estado de la Justicia Fiscal en 2021 que acaban de publicar la Red de Justicia Fiscal, la Alianza Global para la Justicia Fiscal y la Internacional de Servicios P¨²blicos.
Si a?adimos la evasi¨®n fiscal de los ultrarricos en los para¨ªsos fiscales, llegamos a una p¨¦rdida total de 483.000 millones de d¨®lares. Esta cifra, seg¨²n el informe, triplica el coste de un programa completo de vacunaci¨®n de covid-19 para toda la poblaci¨®n mundial. En t¨¦rminos absolutos, los pa¨ªses ricos son los que m¨¢s ingresos fiscales pierden. Pero esta p¨¦rdida pesa m¨¢s en las cuentas de los menos pudientes: representa el 10% del presupuesto sanitario anual en los pa¨ªses industrializados, frente al 48% en los pa¨ªses en desarrollo. Y no se equivoquen, los responsables de este expolio no son las islas tropicales bordeadas de palmeras. La mayor¨ªa est¨¢n en Europa, y principalmente en el Reino Unido, que, con su red de territorios de ultramar y ¡°dependencias de la Corona¡±, es responsable del 39% de las p¨¦rdidas mundiales.
En este contexto, el acuerdo firmado en octubre es una oportunidad perdida. Los pa¨ªses ricos, convencidos de que cumplir con las exigencias de sus multinacionales era la mejor manera de servir al inter¨¦s nacional, est¨¢n detr¨¢s de la adopci¨®n de un impuesto m¨ªnimo global de sociedades de solo el 15%. El objetivo, en teor¨ªa, es acabar con la devastadora competencia fiscal entre Estados. Las multinacionales ya no tendr¨ªan inter¨¦s en declarar sus beneficios en los para¨ªsos fiscales, ya que deber¨ªan pagar la diferencia con el impuesto m¨ªnimo global.
De hecho, el 15% es una cifra tan baja que una reforma que pretend¨ªa obligar a las multinacionales a pagar su parte justa de impuestos corre el riesgo de tener el efecto contrario, al obligar a los pa¨ªses en desarrollo, donde los niveles impositivos son m¨¢s elevados, a bajarlos para equipararse al resto del mundo, provocando una mayor ca¨ªda de sus ingresos. No es casualidad que Irlanda, el para¨ªso fiscal europeo por excelencia, haya cumplido amablemente con esta nueva normativa.
Los impuestos son la expresi¨®n misma de la solidaridad. En este caso, la ausencia de solidaridad. Un impuesto global del 15% sobre los beneficios de las multinacionales solo generar¨¢ 133.000 millones de euros que, seg¨²n los criterios de distribuci¨®n adoptados, ir¨¢n a parar principalmente a los pa¨ªses ricos. Si hubiera prevalecido la ambici¨®n, con un gravamen del 21% por ejemplo, los ingresos fiscales habr¨ªan aumentado a 222.000 millones de d¨®lares. Con una al¨ªcuota del 25%, habr¨ªan aumentado hasta los 444.000 millones de d¨®lares, tal y como recomend¨® la ICRICT, la Comisi¨®n Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, de la que soy miembro, junto con economistas como Joseph Stiglitz, Thomas Piketty, Gabriel Zucman, Jayati Ghosh y Jos¨¦ Antonio Ocampo.
Si estamos incumpliendo nuestros compromisos, es por culpa de un pu?ado de los m¨¢s ricos, los mismos que no pagan sus impuestos
Hacer que las multinacionales paguen su parte justa de impuestos, luchar contra el cambio clim¨¢tico, la covid-19 y las futuras pandemias: en realidad, todo est¨¢ relacionado. A medida que el virus aumenta de nuevo con la llegada del invierno en el hemisferio norte, el efecto boomerang del ego¨ªsmo de las vacunas es evidente. En cuanto a la cuesti¨®n del clima, sabemos, gracias a un reciente estudio del Laboratorio de Desigualdad Global, que el mapa de la contaminaci¨®n por carbono coincide perfectamente con el de las disparidades econ¨®micas. El 10% m¨¢s rico de la poblaci¨®n mundial emite casi el 48% de las emisiones globales: ?el 1% m¨¢s rico produce el 17% del total! Mientras que la mitad m¨¢s pobre de la poblaci¨®n mundial es responsable de solo el 12%.
Esta diferencia es evidente entre los pa¨ªses, pero tambi¨¦n dentro de ellos. En Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Francia, los niveles de emisiones de la mitad m¨¢s pobre de la poblaci¨®n ya se acercan a los objetivos per c¨¢pita de 2030.
Si estamos incumpliendo nuestros compromisos, es por culpa de un pu?ado de los m¨¢s ricos, los mismos que no pagan sus impuestos. Es hora de que nuestras ¨¦lites se den cuenta de que la lucha contra la desigualdad en todos los frentes ¡ªsanitario, clim¨¢tico y fiscal¡ª es nuestra ¨²nica salida. Es la ¨²nica manera de salvar a la humanidad y ya no es una hip¨¦rbole.
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