Un esfuerzo en Am¨¦rica Latina y el Caribe para poner fin a la violencia en el trabajo

Uno de los primeros impactos de la pandemia fue la p¨¦rdida de empleo de las mujeres, y aquellas que mantuvieron sus puestos, con frecuencia quedaron expuestas a violencias laborales que suelen ser invisibilizadas. Por ejemplo, en ocupaciones como el trabajo dom¨¦stico o en las labores de cuidado y atenci¨®n sanitaria.

Las agresiones y el acoso son inaceptables en cualquier sitio y en cualquier momento, pero ahora debemos estar m¨¢s alerta que nunca, pues el riesgo es mayor en tiempos de crisis: la pandemia ha sido un triste recordatorio de esta realidad. La frustraci¨®n, la presi¨®n econ¨®mica y el estr¨¦s pueden ser detonadores, con m¨¢s riesgos para las mujeres trabajadoras.

Por eso, nos hemos propuesto llevar adelante una gran campa?a regional en Am¨¦rica Latina con el fin de que el mayor n¨²mero posible de naciones de la regi¨®n se adhieran al Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso laboral y lo hagan cumplir en todos los lugares de trabajo. El Convenio 190 es la ¨²nica norma internacional que promueve espacios seguros, al tiempo que reconoce la forma en que la violencia afecta la participaci¨®n econ¨®mica de las mujeres, su productividad, su acceso al empleo y su salud.

El Convenio 190 deber¨ªa ser un compromiso para que los pa¨ªses coloquen a las mujeres en el centro de sus medidas de recuperaci¨®n postcovid

Am¨¦rica Latina y el Caribe es la regi¨®n del mundo con m¨¢s ratificaciones del Convenio 190, adoptado en 2019. Pero aun as¨ª, son apenas tres pa¨ªses: Uruguay, Argentina y Ecuador, y es necesario que otros tambi¨¦n se sumen a este esfuerzo.

En nuestra visi¨®n de ¡°reconstruir mejor¡±, contar con la aportaci¨®n de las mujeres es fundamental: la definici¨®n amplia y abarcadora de este Convenio deber¨ªa ser un compromiso para que los pa¨ªses se aboquen a resolver esta injusticia y ellas sean colocadas en el centro de sus medidas de recuperaci¨®n poscovid.

Am¨¦rica Latina y el Caribe es la regi¨®n del mundo con m¨¢s ratificaciones del Convenio 190. Pero aun as¨ª, son apenas tres pa¨ªses: Uruguay, Argentina y Ecuador

El Convenio 190 introduce una serie de importantes innovaciones. Por primera vez se aclara lo que debe entenderse por violencia y acoso en el mundo laboral, incluyendo diversas maneras que causan un da?o f¨ªsico, psicol¨®gico, sexual o econ¨®mico; y se precisan las medidas que deben tomarse para prevenirlas y abordarlas, y qui¨¦n debe hacerlo.

Su alcance es amplio: incumbe a trabajadores y trabajadoras, independientemente de su situaci¨®n contractual, as¨ª como a aprendices, a quienes hacen tareas voluntarias y a quienes buscan un empleo, entre otros. Tambi¨¦n las personas que ejercen la autoridad, las funciones y las responsabilidades de quien contrata caen bajo la tutela del Convenio.

Asimismo, el Convenio es aplicable a todos los sectores de la econom¨ªa, incluyendo el p¨²blico, el privado y el informal, tanto en el ¨¢mbito urbano como en el rural. Los pa¨ªses que lo han ratificado se comprometen a establecer mecanismos de prevenci¨®n y protecci¨®n, control de su aplicaci¨®n, v¨ªas de recurso y reparaci¨®n, as¨ª como orientaci¨®n y difusi¨®n.

El Convenio afirma que la violencia y el acoso ¡°pueden constituir una violaci¨®n o un abuso de los derechos humanos¡­ una amenaza para la igualdad de oportunidades, y que son inaceptables e incompatibles con el empleo decente¡±, reconociendo que la violencia por raz¨®n de g¨¦nero afecta de manera desproporcionada a las mujeres y a las ni?as.

Las mujeres trabajadoras latinoamericanas lideran el movimiento para la ratificaci¨®n en sus pa¨ªses, reconociendo la importancia de generar entornos seguros y libres de violencia de g¨¦nero para lograr la equidad.

Los Estados cuentan con un a?o despu¨¦s de la ratificaci¨®n para la entrada en vigor del Convenio. Esto les permite abrir un di¨¢logo tripartito donde el Gobierno, los empresarios y los trabajadores puedan examinar la legislaci¨®n y la pr¨¢ctica nacional.

A partir de este di¨¢logo se podr¨¢ trazar una hoja de ruta para llevar a cabo los cambios normativos, identificar los retos de aplicaci¨®n y, sobre todo, fomentar los cambios culturales para un entorno de ¡°tolerancia cero¡± a la violencia y el acoso en el lugar de trabajo.

En Argentina, por ejemplo, el Gobierno lanz¨® una Mesa interministerial, y ha desarrollado un Plan de Acci¨®n para la aplicaci¨®n del Convenio que incluye consultas tripartitas, un anteproyecto para la aplicaci¨®n de la norma, formaci¨®n, sensibilizaci¨®n y generaci¨®n de herramientas.

Adem¨¢s de la posici¨®n destacada en el caso del C190, la regi¨®n tambi¨¦n ha demostrado su compromiso con el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores dom¨¦sticos, 2011 (n¨²m. 189), ya que ha realizado 17 de las 32 ratificaciones contabilizadas hasta el momento.

Exhortamos a los gobiernos a que se aboquen a la ratificaci¨®n del Convenio 190. De esta forma, estaremos ayudando a superar injusticias que hemos venido arrastrando durante demasiado tiempo

Los Convenios son parte esencial de las normas internacionales del trabajo, instrumentos jur¨ªdicos elaborados por los mandantes de la OIT (gobiernos, empleadores y asalariados), con objeto de enunciar los principios y derechos fundamentales y de reglamentar otros ¨¢mbitos del mundo laboral.

Por eso, invitamos a organizaciones femeninas, gremios empresariales y sindicatos de toda Am¨¦rica Latina y el Caribe a conocer y promover el Convenio 190. Y exhortamos a los gobiernos a que se aboquen a su ratificaci¨®n. De esta forma, estaremos ayudando a superar injusticias que hemos venido arrastrando durante demasiado tiempo.

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