Las escuelas privadas tambi¨¦n tienen la responsabilidad de asegurar la equidad en la educaci¨®n
Muchos centros educativos privados est¨¢n ah¨ª por necesidad: en situaciones de conflicto, tras fen¨®menos naturales y en muchos pa¨ªses donde el sistema p¨²blico simplemente no est¨¢ a la altura o no tiene capacidad. Pero tampoco podemos negar que gran parte funcionan porque es un negocio
Pocas veces un tema sobre educaci¨®n suscita un debate tan apasionado como el de las escuelas privadas y estatales. Tanto quienes defienden la privatizaci¨®n como quienes se oponen a ella, basan sus argumentos en la capacidad y legitimidad que tienen los actores privados y p¨²blicos para promover la eficiencia, la equidad y la inclusi¨®n, as¨ª como la innovaci¨®n. Estas cuestiones se abordan desde un doble interrogante: ?es la educaci¨®n es un bien o un servicio que deba ser obtenido a trav¨¦s del mercado? ?Deber¨ªan los individuos poder elegir la educaci¨®n?
El Informe de Seguimiento de la Educaci¨®n en el Mundo 2021/2 de la UNESCO (GEM, por sus siglas en ingl¨¦s) publicado a mediados de diciembre, aborda la cuesti¨®n crucial de la participaci¨®n no estatal en este ¨¢mbito. Propone ir m¨¢s all¨¢ de la dicotom¨ªa entre la p¨²blica y la privada, y reconocer la gran diversidad de actores que participan, motivados por la caridad, las creencias y las ideas, o por el ¨¢nimo de lucro.
Las escuelas privadas educan a 350 millones de estudiantes en el mundo, y van desde instituciones religiosas hasta colegios dirigidos por organizaciones no gubernamentales con fines de lucro. Hoy en d¨ªa, una cuarta parte de las ni?as y los ni?os m¨¢s peque?os asisten a preescolares privados en Am¨¦rica Latina y el Caribe, y m¨¢s de la mitad de los j¨®venes acude a universidades privadas. Adem¨¢s de abrir las puertas de las escuelas, los actores no estatales tambi¨¦n gestionan los autobuses escolares, suministran uniformes, producen libros de texto y gestionan los comedores. Tambi¨¦n proveen formaci¨®n docente en 17 pa¨ªses de la regi¨®n, as¨ª como acceso a ordenadores, programas y dispositivos para garantizar la continuidad formativa durante la pandemia.
Si los pa¨ªses se han comprometido a lograr la inclusi¨®n y la equidad en la educaci¨®n, los actores no estatales no han hecho lo mismo. Y, adem¨¢s, no se les pide que rindan cuentas de la misma manera. El Informe de Seguimiento de la Educaci¨®n en el Mundo 2021/2 de la Unesco es el estudio m¨¢s completo que se ha realizado hasta la fecha para analizar el papel y el impacto de la educaci¨®n privada en todo el mundo. Titulado Actores no estatales en la educaci¨®n: ?Qui¨¦n elige? ?Qui¨¦n pierde?, se plantea una cuesti¨®n central: si son compatibles las decisiones de los padres de familia de pagar por unos estudios que consideran de mejor calidad para sus hijos con el derecho que tiene la ni?ez a 12 a?os de educaci¨®n gratuita, plasmado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible n¨²mero 4 de las Naciones Unidas.
Nuestro informe reconoce que muchos sistemas educativos p¨²blicos en Am¨¦rica Latina y alrededor del mundo no han conseguido evitar la estratificaci¨®n y la segregaci¨®n. La educaci¨®n p¨²blica y la privada no siempre son inclusivas, por lo que el documento sugiere trabajar con todos los actores con el fin de garantizar la equidad y la inclusi¨®n mediante la financiaci¨®n, la calidad, la gobernanza, la innovaci¨®n y la formulaci¨®n de pol¨ªticas. Recomienda que todas las instituciones, docentes y estudiantes sean considerados como parte de un mismo sistema.
No podemos negar que muchos actores privados est¨¢n ah¨ª por necesidad o inter¨¦s. En situaciones de conflicto, tras fen¨®menos naturales y en pa¨ªses donde el sistema educativo p¨²blico simplemente no est¨¢ a la altura o no tiene capacidad. En Hait¨ª, por ejemplo, tras el terremoto de 2010, el Gobierno solo recibi¨® el 1% de la ayuda humanitaria; en su lugar, muchas ONG y contratistas privados prestaron servicios educativos la ni?ez en situaci¨®n de vulnerabilidad. Pero tampoco podemos negar que gran parte de las escuelas privadas se encuentran donde hay un mercado. Y, con m¨¢s de mil millones de ni?os, ni?as y j¨®venes en el mundo que asisten al colegio a diario, la educaci¨®n es sin duda uno muy atractivo.
El reto consiste en asegurarse de que las inversiones no vayan en detrimento de las personas m¨¢s pobres. El 41% de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe proh¨ªbe la oferta de ense?anza primaria y secundaria con fines de lucro. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones de las regulaciones, puede ser dif¨ªcil garantizar que las escuelas privadas se unan a las agendas de los gobiernos y apoyen a la poblaci¨®n vulnerable.
El informe de la UNESCO recoge los resultados de un estudio realizado en 13 pa¨ªses de Am¨¦rica que muestra que los hogares m¨¢s ricos tienen muchas m¨¢s probabilidades que los m¨¢s pobres de asistir a la educaci¨®n terciaria privada. En Uruguay, por ejemplo, cerca del 75% de los j¨®venes de familias m¨¢s pudientes asisten a universidades privadas, mientras que alrededor del 35% asiste a instituciones p¨²blicas. El 54% de los estudiantes en Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¢ matriculado en centros privados.
El 41% de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe proh¨ªben la oferta de ense?anza primaria y secundaria con fines de lucro
Citamos muchas historias de ¨¦xito y ejemplos de colaboraciones fruct¨ªferas entre actores p¨²blicos y privados al dise?ar, por ejemplo, sistemas de competencias s¨®lidos que respondan a las necesidades del mercado laboral. Pero tambi¨¦n hay ocasiones en las que la gobernanza y la supervisi¨®n de la multitud de actores educativos han salido de control y han dejado a su paso sistemas fragmentados. En algunos pa¨ªses de ingresos bajos y medianos, los complejos, costosos o largos procedimientos de registro disuaden a los proveedores de obtener el reconocimiento oficial, con lo cual muchas escuelas operan sin el aval de los gobiernos y no cumplen con criterios m¨ªnimos de saneamiento, infraestructura, seguridad y calidad.
La llegada de la covid-19 demostr¨® la vulnerabilidad de estos sistemas, ya que muchas escuelas privadas luchan por mantenerse a flote, especialmente aquellas que dependen del pago de matr¨ªculas y mensualidades. En Panam¨¢, entre el 35% y el 45% de padres y madres no pudo pagar las cuotas mensuales; en Ecuador, varios alumnos y alumnas que asist¨ªan a escuelas privadas debieron cambiarse a otras p¨²blicas, lo que llev¨® a un incremento del 6,5% en la matriculaci¨®n de colegios estatales en 2020. Esto puso una gran presi¨®n en el sistema educativo p¨²blico, que se vio obligado a acomodar a miles de estudiantes de la noche a la ma?ana.
Garantizar la educaci¨®n para todos es algo que a todos nos preocupa y sobre lo que muchos actores pueden decidir actuar. Nuestro informe, simplemente, pide a los gobiernos que se aseguren de que, sea quien sea el que participe y haga lo que haga, respete y cumpla los valores de la equidad y se asegure de que todos los ni?os, ni?as y j¨®venes puedan desarrollar su potencial.
En la actualidad, los hogares de la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe cubren m¨¢s de un tercio del coste de la educaci¨®n, llegando a m¨¢s del 40% en El Salvador, Nicaragua, Honduras y la Rep¨²blica Dominicana, y, en su extremo, al 81% en Hait¨ª. Las cifras tambi¨¦n muestran que los m¨¢s ricos est¨¢n gastando mucho m¨¢s, probablemente ampliando sus oportunidades, mientras que las familias m¨¢s pobres, simplemente, no pueden seguir el ritmo. Mientras que en Argentina y Costa Rica el 20% de los hogares m¨¢s pobres pr¨¢cticamente no gast¨® nada en educaci¨®n, el 20% m¨¢s pr¨®spero invirti¨® entre el 0,5% y el 1,7% del PIB. A pesar de este riesgo para la igualdad, en el momento de la publicaci¨®n de este informe, alrededor de dos tercios de los pa¨ªses de la regi¨®n no impon¨ªan ning¨²n tope a los costes de las guarder¨ªas ni regulaban las tasas en la ense?anza primaria y secundaria.
La primera soluci¨®n es obvia: invertir en una educaci¨®n estatal, gratuita y de calidad. Asegurarse de que las familias m¨¢s pobres, puedan acceder una educaci¨®n buena all¨ª donde est¨¦n sin la necesidad de incurrir en gastos adicionales.
Las escuelas privadas financiadas por los gobiernos no deber¨ªan cobrar mensualidades
La segunda soluci¨®n es que los gobiernos se aseguren de que las leyes que regulan a las escuelas estatales y no estatales sean equitativas y se apliquen. El Informe GEM recopil¨® y evalu¨® los marcos legales de 211 sistemas educativos. Descubri¨® que, aunque existen una serie de normas sobre el papel, no se aplican adecuadamente. Son poco frecuentes las regulaciones que realmente promueven la educaci¨®n equitativa. Existen algunos ejemplos brillantes, como en Per¨², donde las escuelas privadas deben conceder becas a los alumnos que pierdan a sus padres o tutores y demuestren que no pueden pagar las tasas escolares. Pero estos ejemplos son demasiado escasos.
Las escuelas privadas financiadas por los gobiernos no deber¨ªan cobrar mensualidades. Como una medida intermedia, los gobiernos deber¨ªan colocar topes a las tasas escolares y prohibir las adicionales. Las pol¨ªticas de admisi¨®n selectiva tambi¨¦n son err¨®neas, ya que favorecen a las personas m¨¢s ricas y a los que obtienen mejores resultados. Sin embargo, solo un poco m¨¢s de la mitad de los pa¨ªses tienen normas sobre los procedimientos de admisi¨®n en las escuelas privadas.
Por ¨²ltimo, la educaci¨®n con fines de lucro no deber¨ªa tener cabida en la ense?anza obligatoria. Simplemente, va en contra de los principios del derecho a la educaci¨®n. Cualquier super¨¢vit no debe servir para llenar los bolsillos de los accionistas, sino que debe reinvertirse en las escuelas.
Nuestro informe advierte que muchos sistemas educativos no protegen los intereses de las personas m¨¢s desfavorecidas. Es hora de que los gobiernos revisen seriamente sus normativas y se aseguren de que funcionan para todos y para todas, no exclusivamente para aquellos que pueden permit¨ªrselo. Es hora de #RedefinirlasReglas.
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