Paremos la pandemia del lucro
Las tabacaleras y las empresas de bebidas alcoh¨®licas y de alimentos ultraprocesados vienen rest¨¢ndole importancia desde hace mucho tiempo a los efectos de sus productos sobre la salud p¨²blica
Hace menos de dos a?os que expresiones como ¡°aplanar la curva¡±, ¡°seguimiento de contactos¡±, ¡°distanciamiento social¡± y muchas otras relacionadas con la pandemia de la covid-19 pasaron a formar parte de nuestro l¨¦xico y se convirtieron en parte de la comunicaci¨®n cotidiana. La gente por doquier aprendi¨® m¨¢s sobre epidemiolog¨ªa, virolog¨ªa e inmunolog¨ªa de lo que nunca imaginaron. Sin embargo, a pesar de una mayor atenci¨®n hacia la salud p¨²blica, son pocos quienes pueden mencionar la principal causa de muerte en el mundo. Eso no es casualidad.
Las enfermedades no transmisibles (ENT) ¡ªespecialmente las cardiopat¨ªas, los derrames cerebrales, el c¨¢ncer y la diabetes¡ª causan m¨¢s de 40 millones de muertes al a?o, ejercen presi¨®n sobre los sistemas de salud e implican costos sociales y econ¨®micos significativos. Sin embargo, no atraen ni remotamente la misma atenci¨®n que las enfermedades infecciosas, como la covid-19, aun cuando son, en gran medida, evitables.
Sabemos desde hace mucho que el consumo de alcohol, tabaco y dietas elevadas en grasas, sodio y az¨²cares aumentan la incidencia de las ENT. Y a pesar de ciertos avances en los ¨²ltimos a?os (especialmente para reducir el uso del tabaco), estos factores de riesgo no reciben la atenci¨®n que merecen en las discusiones en todo el mundo. Eso se debe en parte a que las empresas que fabrican, publicitan y venden estos productos tienen un impacto muy importante sobre la forma en que el p¨²blico percibe las ENT.
Las enfermedades no transmisibles (ENT) no atraen ni remotamente la misma atenci¨®n que las infecciosas, aun cuando son, en gran medida, evitables
Las tabacaleras, las empresas de bebidas alcoh¨®licas y de alimentos ultraprocesados vienen rest¨¢ndole importancia desde hace mucho tiempo a los efectos de sus productos sobre la salud p¨²blica. Y desde que comenz¨® la pandemia usaron campa?as de marketing relacionadas con la covid-19 e iniciativas de responsabilidad social corporativa para distraer a¨²n m¨¢s la atenci¨®n.
Un estudio realizado en 18 pa¨ªses entre marzo y julio de 2020 compil¨® m¨¢s de 280 ejemplos de las formas en que Coca-Cola, McDonald¡¯s, Nestl¨¦ y PepsiCo aprovecharon la emergencia de salud p¨²blica para promocionar productos poco saludables en poblaciones vulnerables. En Brasil, Nestl¨¦ y Danone donaron alimentos ultraprocesados a un programa gubernamental que ofrece comida a residentes con bajos ingresos. Coca-Cola aport¨® sus bebidas azucaradas en paquetes de comida en Sud¨¢frica. Y el fabricante de alimentos colombiano Alpina promocion¨® un yogur con elevado contenido de az¨²car como algo fundamental para mejorar el sistema inmunol¨®gico.
De manera similar, seg¨²n un informe reciente, las tabacaleras emplearon actividades de responsabilidad social corporativa relacionadas con la pandemia para ampliar su llegada a los funcionarios gubernamentales de alto rango y reparar su imagen p¨²blica. En un audaz ejemplo, Philip Morris International don¨® respiradores a hospitales en Grecia y Ucrania.
La incoherencia de un sistema que trabaja codo a codo con algunos de los mayores causantes de ENT mientras trata de responder a la covid-19 debiera producir indignaci¨®n generalizada, pero esas actividades han pasado en gran medida desapercibidas y no han generado comentarios.
Es cierto que en algunos casos las empresas cumplen un rol al entregar bienes o servicios que los gobiernos no proveen, pero la incapacidad del Estado para cubrir esas falencias no debiera ser una excusa para que las empresas oculten los da?os que causan. Cuando las grandes tabacaleras o productoras de alimentos ultraprocesados influyen sobre los gobiernos con donaciones de alimentos o equipos m¨¦dicos y otras iniciativas sociales, los esfuerzos de salud p¨²blica para combatir las ENT resultan in¨²tiles.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud document¨® recientemente la contribuci¨®n de las corporaciones a los problemas de salud y el aumento de la desigualdad en el mundo. Para abordar la pandemia de ENT hay que regular estrictamente su influencia en la creaci¨®n de pol¨ªticas. Los gobiernos deben cumplir su obligaci¨®n de proteger a los ciudadanos frente a las actividades perjudiciales de terceros (incluidas las tabacaleras y empresas multinacionales productoras de bebidas y alimentos ultraprocesados). No controlar esas actividades corporativas implica violar el fundamental derecho humano a la salud de sus ciudadanos.
Si el tabaco fuera un virus, hace mucho lo hubi¨¦ramos calificado de pandemia y el mundo habr¨ªa destinado todos sus recursos a ponerle frenoTedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS
La experiencia con las grandes tabacaleras ofrece ejemplos de formas en que la comunidad internacional puede lidiar con la interferencia del sector privado en la salud p¨²blica. Despu¨¦s de la adopci¨®n del Convenio Marco para el Control del Tabaco, que entr¨® en vigor en 2005, los gobiernos en todo el mundo reconocieron que el sector privado hab¨ªa realizado actividades concertadas para socavar y debilitar los esfuerzos para controlar el consumo de tabaco. Algunos pa¨ªses adoptaron medidas para ocuparse del problema.
A la luz de las t¨¢cticas que aplicaron las corporaciones durante la pandemia, debemos adoptar medidas legales para evitar la normalizaci¨®n de actividades que, disfrazadas de muestras de responsabilidad social, ofrecen beneficios a corto plazo a las comunidades a expensas de su salud p¨²blica. Los gobiernos no solo deben garantizar que el p¨²blico sea consciente de los da?os que causan el tabaco, el alcohol y los alimentos poco saludables, adem¨¢s deben establecer medidas para limitar las interacciones de los responsables de las pol¨ªticas con esas industrias.
Como dijo recientemente el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus, ¡°si el tabaco fuera un virus, hace mucho lo hubi¨¦ramos calificado de pandemia y el mundo habr¨ªa destinado todos sus recursos a ponerle freno. En lugar de eso, tenemos un negocio de varios miles de millones de d¨®lares que se lucra con la muerte y la enfermedad¡±. Su comentario aplica en igual medida a otros productos que contribuyen a las ENT.
Los gobiernos deben llevar a cabo acciones contundentes para contrarrestar el papel del sector privado en el debilitamiento de la salud p¨²blica. Aun cuando las corporaciones se ofrecen a ayudar a una comunidad, las autoridades deben asegurarse de que esa asistencia no solucione los problemas creando otros nuevos.
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