Invertir en un sistema de cuidados beneficia a toda la sociedad
Velar por quienes hacen m¨¢s f¨¢cil nuestra vida diaria implica mejoras en las condiciones sociales y econ¨®micas de mujeres, menores de edad y personas en situaci¨®n de dependencia, adem¨¢s tiene efectos positivos en el PIB, el empleo y los ingresos fiscales
En noviembre de este a?o, desde ONU Mujeres celebramos, en coordinaci¨®n y en el marco de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL), la XV Conferencia Regional sobre la Mujer, un mecanismo ¨²nico en el mundo que, desde hace casi medio siglo, supervisa los avances en materia de g¨¦nero en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
En esta ocasi¨®n, los esfuerzos de este foro intergubernamental en Buenos Aires estar¨¢n centrados en la promoci¨®n y adopci¨®n de sistemas integrales de cuidados.
Ante esta aspiraci¨®n, la respuesta de representantes de los gobiernos latinoamericanos y del Caribe suele ser que est¨¢n de acuerdo, pero que les preocupan los costes que puede tener el desarrollo de un sistema de esas dimensiones y complejidad.
Es una preocupaci¨®n leg¨ªtima, aunque la verdad es que, si se implementa bien, una buena red de cuidados no solo garantiza la recuperaci¨®n de la inversi¨®n, sino que adem¨¢s dejar¨¢ grandes dividendos a la sociedad.
En cuanto a la financiaci¨®n, est¨¢ claro que, al menos en una fase inicial, se requerir¨ªa una importante inversi¨®n p¨²blica, lo que no deja de ser un desaf¨ªo. Pero, si existe la voluntad pol¨ªtica, esto podr¨ªa resolverse con ingenier¨ªa fiscal mediante impuestos asociados a cuidados, contribuciones que vengan de c¨¢nones o royalties a actividades espec¨ªficas. Y, l¨®gicamente, tambi¨¦n el apoyo de organismos multilaterales.
Para el financiamiento a largo plazo, existen varias opciones que se pueden agrupar en estas tres o dise?ar una combinaci¨®n de ellas:
- A trav¨¦s del aporte del presupuesto, por medio de impuestos generales recaudados por el Estado en rentas generales.
- Seguros individuales contra el riesgo de ¡°estar en situaci¨®n de dependencia¡±. Pueden ser seguros p¨²blicos de aporte obligatorio o seguros privados.
- Fondos de cuidados que podr¨ªan constituir una alternativa solidaria de financiaci¨®n bas¨¢ndose en contribuciones a la seguridad social o de impuestos directamente asociados a este fondo. Una posibilidad es establecer aportes (desde un enfoque progresivo) de lo trabajadores que contribuyen a la seguridad social o crear un impuesto que tenga como destino este fondo. Contar con un fondo puede evitar problemas posteriores de desmantelamiento de la pol¨ªtica ante un cambio de gobierno, pero pone sobre la mesa las dificultades que tienen los pa¨ªses con altas tasas de informalidad, especialmente de mujeres, en el caso que el aporte venga exclusivamente de la seguridad social.
?Qu¨¦ ganan las sociedades con hacer esta inversi¨®n?
El aporte econ¨®mico del trabajo no remunerado en Am¨¦rica Latina equivale de media a un 20% del producto interior bruto (PIB) y las mujeres hacen un 70% de este aporte, seg¨²n un estudio de la CEPAL. Si este trabajo se remunera y se reconoce, estar¨ªamos liberando un enorme potencial econ¨®mico que puede sacar de la pobreza a millones de personas.
La educaci¨®n preescolar y el cuidado infantil mejoran el desarrollo f¨ªsico, especialmente en entornos muy pobres. Los efectos perduran hasta la edad adulta, e inciden positivamente en las perspectivas de ingresos y empleo.
Varios estudios recientes indican que invertir en infraestructura y servicios de cuidados infantil podr¨ªa genera hasta tres veces m¨¢s puestos de trabajo que el sector de la construcci¨®n.
El tiempo dedicado al trabajo dom¨¦stico y de cuidados no remunerado es el principal obst¨¢culo para que las mujeres participen de manera plena en el mercado laboral. Una buena inversi¨®n en sistemas de cuidados facilitar¨ªa su incorporaci¨®n a la fuerza de trabajo.
La asistencia a personas mayores, con discapacidad, o en situaci¨®n de dependencia, reduce las hospitalizaciones, evita la sobrecarga de los sistemas de salud y permite hacer inversiones m¨¢s eficientes, algo particularmente relevante en el contexto de envejecimiento poblacional.
La inversi¨®n en pol¨ªticas de cuidado genera una econom¨ªa de servicios que produce retornos a la sociedad, dinamizando las econom¨ªas locales a partir de la mejora de ingresos de los hogares. Tras los impactos financieros de la pandemia en Latinoam¨¦rica, esto puede ser un motor de la recuperaci¨®n.
Estos argumentos constituyen, en mi opini¨®n, evidencia suficiente para dejar de lado aquellas perspectivas unilaterales que solo identifican los costes de una pol¨ªtica y no eval¨²an los beneficios sociales y econ¨®micos que se desprenden de los sistemas de cuidados.
Por eso, cuando hablamos de sistemas de cuidados nos gusta decir que generan un triple dividendo:
- Mejoran las condiciones sociales y econ¨®micas de ni?as, ni?os y personas en situaci¨®n de dependencia,
- Reducen las brechas de g¨¦nero en materia salariales y de participaci¨®n de las mujeres en el mercado laboral, formalizando buena parte del trabajo informal de cuidados y
- Tiene efectos positivos en el PIB, el empleo y los ingresos fiscales.
Dicho de otro modo: invertir en cuidados beneficia a toda la sociedad.
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