La solidaridad es seguridad sanitaria
La cooperaci¨®n mundial para erradicar enfermedades como la poliomielitis, el sarampi¨®n o la viruela del mono, a¨²n persistentes en pa¨ªses de ?frica, es fundamental para contener nuevos brotes y erradicar la inequidad en el derecho a la salud
El mes pasado, al inaugurar el segundo Momento Anual de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la Embajadora de Buena Voluntad de Unicef, Priyanka Chopra Jonas, enfatiz¨® el papel de la solidaridad como motor del cambio. ¡°La solidaridad mundial es m¨¢s importante que nunca. Juntos, tenemos una oportunidad extraordinaria para cambiar el mundo en el que vivimos¡±, dijo la tambi¨¦n actriz y cantante india.
Si bien Chopra Jonas se refer¨ªa a la lucha contra el cambio clim¨¢tico, esa apreciaci¨®n podr¨ªa aplicarse a muchos otros problemas mundiales. La solidaridad es esencial para resolver muchos de los desaf¨ªos m¨¢s apremiantes de la humanidad. Pero es de crucial importancia cuando se trata de lograr seguridad sanitaria.
Tras dos a?os y medio de la covid-19, los sistemas de salud del mundo se est¨¢n desmoronando. Si bien el final de la pandemia puede estar a la vista, el virus todav¨ªa sigue haciendo estragos. Adem¨¢s, la viruela del mono ha sido declarada oficialmente como una Emergencia de Salud P¨²blica de Importancia Internacional. Adicionalmente, se han documentado casos de poliovirus derivados de la vacuna en m¨¢s de 30 pa¨ªses, entre ellos Estados Unidos y el Reino Unido. En un momento en que las enfermedades infecciosas pueden propagarse por todo el mundo en cuesti¨®n de horas, la solidaridad mundial es m¨¢s importante que nunca.
Lo que esto significa es sencillo. Las personas que viven a lo largo de la trayectoria de un incendio forestal que se aproxima deben trabajar en conjunto para extinguirlo. Lo mismo ocurre con la seguridad sanitaria mundial. En el a?o 1966, en plena Guerra Fr¨ªa, Estados Unidos (EE UU) trabaj¨® en equipo con la Uni¨®n Sovi¨¦tica (URSS) para poner fin a la viruela y el sarampi¨®n. Esta colaboraci¨®n, a su vez, alent¨® a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) a liderar el programa de erradicaci¨®n.
El nacionalismo de las vacunas ha matado a personas vulnerables
Hay lecciones cruciales que aprender de esta historia. Para empezar, la solidaridad sanitaria mundial puede dar lugar a alianzas inesperadas. EE UU y la URSS eran superpotencias rivales; sin embargo, pusieron al margen la Guerra Fr¨ªa con el prop¨®sito de erradicar una enfermedad que hab¨ªa afectado a la humanidad durante m¨¢s de 3.000 a?os.
El hecho de poner a cargo a la OMS, garantiz¨® que la vacuna contra la viruela estuviera disponible de manera gratuita para todos los pa¨ªses, sin que los pa¨ªses m¨¢s ricos acapararan dosis. El ¨²ltimo caso de viruela se identific¨® en Somalia en el a?o 1977, diez a?os despu¨¦s del inicio del programa, y la organizaci¨®n declar¨® la erradicaci¨®n de la enfermedad tres a?os despu¨¦s. Todo el esfuerzo cost¨® 300 millones de d¨®lares, pero se estima que ha ahorrado m¨¢s de mil millones de d¨®lares por a?o.
La poliomielitis es otra enfermedad que est¨¢ cerca de ser erradicada gracias a un esfuerzo mundial coordinado. Rotary International, que cuenta con 1,4 millones de miembros en todo el mundo, lanz¨® en el a?o 1985 una campa?a para inmunizar contra la polio a los ni?os de todo el mundo. Tres a?os m¨¢s tarde, en la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS se estableci¨® la Iniciativa Mundial para la Erradicaci¨®n de la Poliomielitis (GPEI). Muchos pa¨ªses se sumaron, aportaron fondos y movilizaron a organismos y comunidades. En los 34 a?os transcurridos desde su fundaci¨®n, se ha reducido la incidencia mundial de esta enfermedad en m¨¢s del 99%, ha evitado la par¨¢lisis de m¨¢s de diez millones de personas y ha inmunizado a 2.5 mil millones de ni?os.
Los pa¨ªses africanos llevan d¨¦cadas luchando contra la viruela del mono, pero la enfermedad no atrajo la atenci¨®n internacional hasta que empezaron a aparecer casos en Occidente
Parece que hemos olvidado estas lecciones. A diferencia con el impulso mundial concertado para poner fin a la viruela y a la poliomielitis, la respuesta a la covid-19 se ha caracterizado por el provincianismo nacionalista. La pandemia es una calamidad mundial que ha matado a m¨¢s de seis millones de personas, adem¨¢s de aquejar a al menos 100 millones con el llamado covid largo. Pero, en esta ocasi¨®n, en lugar de coordinar sus respuestas, los pa¨ªses desarrollados se centraron en mitigar su impacto dentro de sus fronteras. La mentalidad que los pa¨ªses occidentales ricos adoptaron fue una de respuesta ante una situaci¨®n de asedio, por lo que acapararon equipos de protecci¨®n personal, vacunas y medicamentos, dejando al margen a los pa¨ªses m¨¢s pobres, raz¨®n por la cual dichos pa¨ªses tuvieron que conformarse con migajas.
?frica, en cambio, puso en marcha la respuesta a la covid-19 mejor coordinada del mundo, al aunar recursos de instituciones regionales, como por ejemplo de la Uni¨®n Africana; y al fomentar alianzas locales. El abordaje de una pandemia como la de la covid-19 requiere este nivel de cooperaci¨®n a escala mundial.
Los pa¨ªses con mayores ingresos deben tomar la iniciativa con respecto al desarrollo de mecanismos de detecci¨®n y respuesta
El Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra el Coronavirus (COVAX) deb¨ªa realizarse de manera coordinada para ayudar a impulsar el esfuerzo mundial de vacunaci¨®n y garantizar que los pa¨ªses de bajos ingresos pudieran acceder a ellas. Pero se ha enfrentado a constantes brechas de financiamiento y ha tenido dificultades para adquirir dosis. En una entrevista reciente, Harris Gleckman, ex Jefe de la Oficina de Nueva York de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, sostuvo que este instrumento permit¨ªa que los intereses corporativos utilizaran los procesos de las Naciones Unidas para salvaguardar sus ganancias, prestando muy poca o ninguna atenci¨®n a los costos sociales.
En pocas palabras, el nacionalismo de las vacunas mat¨® a personas vulnerables. Mike Whelan de la Coalici¨®n para Innovaciones en Preparaci¨®n para Epidemias, una fundaci¨®n que ayud¨® a lanzar COVAX, reconoci¨® esto en una reciente mesa redonda de debate.
La respuesta a la viruela del mono es otro ejemplo de c¨®mo el nacionalismo de las vacunas perjudica a la seguridad sanitaria mundial. Los pa¨ªses africanos llevan d¨¦cadas luchando contra la viruela del mono, pero la enfermedad no atrajo la atenci¨®n internacional hasta que empezaron a aparecer casos en Occidente. El primer caso de Nigeria se registr¨® en 1972, y se han detectado varios cada a?o desde el 2017. Pero, si bien las personas est¨¢n siendo vacunadas contra esta enfermedad en los pa¨ªses desarrollados, los pa¨ªses africanos siguen esperando sus dosis.
La oportunidad de mejorar est¨¢ a la vuelta de la esquina. Las autoridades sanitarias de Uganda han declarado recientemente un brote del virus del ?bola tras confirmarse un caso en el distrito de Mubende del pa¨ªs. Se necesita de la solidaridad mundial para contener este brote. Los pa¨ªses con mayores ingresos deben tomar la iniciativa con respecto al desarrollo de mecanismos de detecci¨®n y respuesta. Y las instituciones mundiales como la ONU y la OMS deben contrarrestar el nacionalismo mediante la promoci¨®n de la equidad.
Juntos, podemos derrotar los brotes de enfermedades antes de que se disparen en espiral. Lograr esto por nuestra propia cuenta siempre es mucho m¨¢s dif¨ªcil. Como dice un proverbio del pueblo Igbo, una de las etnias m¨¢s extendidas de ?frica, ¡°Cuando tu casa se est¨¢ incendiando, no te dediques a la erradicaci¨®n de roedores¡±.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.