Mujeres y ni?as, v¨ªctimas de primera l¨ªnea del terremoto en Siria
Las secuelas del se¨ªsmo plantean muchos riesgos para las sirias, que corren peligro de sufrir violencia y explotaci¨®n sexual, tras perder su refugio y su seguridad, sus pertenencias y, en algunos casos, a toda su familia
La semana pasada, el equipo de Violet, una ONG siria apoyada por ActionAid, rescat¨® a una ni?a atrapada bajo los escombros de un edificio derrumbado en el noroeste de Siria. Llevaba all¨ª m¨¢s de 72 horas, atrapada bajo los despojos de hormig¨®n y metal retorcido. Sollozando, la joven ped¨ªa volver a casa, sin recordar que su hogar hab¨ªa sido destruido por el terremoto. Cuando cay¨® en la cuenta de que no pod¨ªa ser, pidi¨® a los equipos de rescate que la pusieran a salvo, pero antes quiso rescatar tambi¨¦n su traje de princesa.
La suya es solo una historia de esperanza en medio de la conmoci¨®n y desesperaci¨®n a las que se enfrentan los supervivientes. Se trata de una doble tragedia para los refugiados y las refugiadas sirias, desplazados varias veces de sus hogares, en una lucha continua por hacer frente a las secuelas de una guerra que dura ya 12 a?os. El noroeste de Siria albergaba a 4,2 millones de personas viviendo en refugios temporales, como tiendas de campa?a y casas fr¨¢giles. Ahora, miles de madres y sus hijos han tenido que desplazarse de nuevo, sin apenas nada y con temperaturas bajo cero.
En 2022, m¨¢s de cuatro millones de personas depend¨ªan ya en esta zona de la ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades m¨¢s b¨¢sicas.
En esta regi¨®n, una de las m¨¢s castigadas, hay ni?as y ni?os que solo han conocido una vida en guerra. Han perdido sus escuelas, hogares y familias a causa del conflicto. Muchos han nacido en tiendas de campa?a, y nunca han experimentado el calor y la seguridad que dan cuatro paredes y un techo.
Soportando una crisis econ¨®mica desoladora, las familias se han enfrentado a la inseguridad alimentaria, al colapso de los servicios p¨²blicos, al aumento vertiginoso de los precios de la comida, a frecuentes cortes de electricidad, as¨ª como a la falta de acceso a agua potable, que provoc¨® un brote de c¨®lera a finales de 2022, que a¨²n contin¨²a. M¨¢s de cuatro millones de personas depend¨ªan ya en esta zona de la ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades m¨¢s b¨¢sicas.
Tras el terremoto de Nepal de 2015 se produjo un aumento de la violencia contra las mujeres
Nos preocupa la seguridad y el bienestar de las mujeres y ni?as que viven a la intemperie, en sus coches o en refugios temporales sin protecci¨®n. Las secuelas del se¨ªsmo plantean muchos riesgos para ellas, ya que corren peligro de sufrir violencia y explotaci¨®n sexual, tras perder su refugio, sus escasos bienes materiales y, en algunos casos, a toda su familia.
La p¨¦rdida de intimidad y la falta de aseos separados para las mujeres hace que los lavabos o los aseos compartidos se conviertan en espacios inseguros. El hacinamiento en los refugios provisionales que se han habilitado en espacios abiertos, la falta de infraestructuras y coordinaci¨®n y el gran n¨²mero de personas en la calle, hacen que su integridad f¨ªsica se vea gravemente comprometida. Ya lo hemos visto antes. Tras el terremoto de Nepal de 2015 se produjo un aumento de la violencia contra las mujeres.
M¨¢s matrimonios infantiles y menos atenci¨®n m¨¦dica
En los ¨²ltimos a?os, hemos observado un alarmante aumento de los casos de matrimonio infantil entre las comunidades de refugiados que han huido del conflicto sirio. En los d¨ªas y semanas posteriores a este terremoto, con muchos m¨¢s ni?os tr¨¢gicamente hu¨¦rfanos, escuelas que permanecer¨¢n cerradas largo tiempo y padres luchando por mantener a sus familias, las ni?as corren un mayor riesgo de matrimonio precoz, explotaci¨®n y trata.
Cuando las c¨¢maras se vayan, las necesidades urgentes de los afectados, los pr¨®ximos d¨ªas, semanas y meses ser¨¢n cr¨ªticos
Los depauperados servicios sanitarios de Siria ya eran incapaces de ser eficaces tras m¨¢s de una d¨¦cada de guerra. Ahora, varios centros m¨¦dicos de la regi¨®n noroccidental, controlada por la oposici¨®n, y de las zonas manejadas por el gobierno han resultado gravemente da?ados, y los que siguen funcionando est¨¢n desbordados con decenas de miles de supervivientes que requieren atenci¨®n m¨¦dica urgente.
Esto significa que las mujeres y ni?as que ya carec¨ªan de acceso a la atenci¨®n sanitaria se enfrentar¨¢n a nuevos obst¨¢culos. Muchas mujeres embarazadas que van a dar a luz en las pr¨®ximas semanas, no podr¨¢n hacerlo en condiciones seguras para ellas y sus beb¨¦s.
Cuando las c¨¢maras se vayan, las necesidades urgentes de los afectados, los pr¨®ximos d¨ªas, semanas y meses ser¨¢n cr¨ªticos. Pero seguiremos respondiendo a apoyando a ONG como Violet en su respuesta a este drama, proporcionando servicios de protecci¨®n y creando espacios seguros para que las mujeres y las ni?as puedan refugiarse, amamantar y lavar a sus hijos, as¨ª como acceder a apoyo emocional que les ayude a superar el trauma.
Porque aunque el terremoto solo dur¨® unos minutos, el efecto en las vidas de las comunidades de Siria y Turqu¨ªa continuar¨¢ mucho despu¨¦s de que la cat¨¢strofe deje de ser noticia. La esperanza reside en la enorme respuesta colectiva que estamos presenciando, liderada por las propias comunidades y el personal sobre el terreno. Mientras las familias tratan de asimilar las inmensas p¨¦rdidas personales y el trauma sumado al trauma, necesitar¨¢n apoyo para reconstruir sus vidas y medios de subsistencia y volver a mirar hacia el futuro. Las mujeres, como siempre, ser¨¢n las primeras que se sumen a ese esfuerzo.
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