El factor Bildu y la resistencia del PSE-EE
Euskadi prev¨¦ un nuevo marco pol¨ªtico de pactos abiertos en ayuntamientos y diputaciones
En un escenario sin violencia, el Pa¨ªs Vasco se dispone a conformar sus ayuntamientos y diputaciones con la plena seguridad de que ning¨²n partido pol¨ªtico podr¨¢ gobernar con mayor¨ªa absoluta, a partir de los resultados del 22-M. A ello contribuir¨¢, especialmente, la irrupci¨®n de la nueva marca abertzale Bildu (Reunir), que incluye a la izquierda radical junto a Eusko Alkartasuna y Alternatiba ¨Cuna escisi¨®n de Ezker Batua (EB), y que se ha configurado como el epicentro de una campa?a muy anodina, pero excesivamente politizada y en ausencia de debates program¨¢ticos.
Los radicales se examinan despu¨¦s de haberse acogido al voto nulo en la convocatoria de 2007 y su prop¨®sito es acercarse a los excelentes resultados obtenidos en las elecciones locales de 1999, precisamente en el curso de otra tregua de ETA y, sobre todo, en la ola creciente que supon¨ªa la unidad de los abertzales tras el pacto de Lizarra. Entonces, Euskal Herritarrok obtuvo 228.147 votos y se convirti¨® en la segunda fuerza del Pa¨ªs Vasco, por detr¨¢s de la coalici¨®n nacionalista PNV-EA. Ahora, la violencia es un estadio al que ning¨²n partido ha aludido en esta campa?a, pero el encuentro entre los soberanistas se ha transformado, parad¨®jicamente, en una pugna electoral. De hecho, Bildu viene para ensanchar su presencia en la izquierda abertzale desde su nueva perspectiva proclive a la paz para as¨ª diluir la opci¨®n que durante los diez a?os ha venido representando Aralar en este significativo sector de la sociedad vasca. A su vez, la nueva coalici¨®n representa una amenaza directa para el PNV, sobre todo en Guip¨²zcoa donde le va a disputar el primer puesto en los comicios de este domingo y, sobre todo, le complicar¨¢ las opciones de gobierno ya que le puede obligar a que recurra al PSE-EE para mantener el poder.
Los radicales se examinan despu¨¦s de haberse acogido al voto nulo en la convocatoria de 2007
Enfrente, los dos partidos que sostienen el pacto del Gobierno vasco defienden sus propios intereses. La situaci¨®n m¨¢s peliaguda mira al PSE-EE ya que puede ver seriamente comprometido su poder en ?lava, con la p¨¦rdida de la capital, Vitoria, a favor del PP, y sin opci¨®n en las urnas para alcanzar la Diputaci¨®n, donde el PNV aparece como principal favorito ya que no le ha afectado la imputaci¨®n de al menos diez afiliados en una trama de supuesta corrupci¨®n, que se ha venido a denominar caso De Miguel, en alusi¨®n al diputado foral sobre el que recaen las principales sospechas. En el caso de San Sebasti¨¢n, Od¨®n Elorza volver¨¢ a recurrir a apoyos ajenos para mantener su alcald¨ªa, a la que aspirarar¨¢ en su previsible condici¨®n de ganador. La resistencia socialista, adem¨¢s, se prolongar¨¢ en otros significativos municipios guipuzcoanos como Ir¨²n, Eibar o Renter¨ªa.
La situaci¨®n m¨¢s c¨®moda en este nuevo examen se antoja para el PNV en Vizcaya y en Bilbao, donde dispondr¨¢n de mayor¨ªa suficiente aunque se ver¨¢n abocados a la b¨²squeda de acuerdos, siempre complicados en funci¨®n de la presencia de Bildu en cada una de las instituciones. Y es que la negociaci¨®n entre todos los partidos para conformar acciones de gobierno s¨®lidas vendr¨¢ a ser el denominador com¨²n de estas elecciones. Tras la incorporaci¨®n de Bildu, hay un nuevo denominador com¨²n en Euskadi: el rechazo un¨¢nime a la violencia. As¨ª se ha puesto de manifiesto durante la campa?a, donde no ha habido alusi¨®n alguna a ETA, ni tampoco la organizaci¨®n terrorista ha buscado como en anteriores ocasiones su minuto de gloria con comunicado alguno en el d¨ªa de reflexi¨®n.
La peor situaci¨®n queda en el bando de los partidos minoritarios.Todos los pron¨®sticos coinciden en asegurar que esta noche surgir¨¢ una Euskadi menos fraccionada. Si as¨ª fuera, opciones como Hamaikabat y UPyD tendr¨ªan dificultades para encontrarse. En el caso de Ezker Batua (EB), sacudida por sus disensiones internas, y de Aralar, con Bildu enfrente, las conjeturas se suceden. Eso s¨ª, nadie descarta que EB acoja en estos tiempos de crisis y paro a los desencantados del socialismo y as¨ª contenga su aislamiento, mientras Aralar trate de rentabilizar su intrincado peregrinaje proclamando la necesidad de la paz desde posiciones de izquierda vasca.?
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