Listo para el gran 'sprint'
Hace 43 a?os, la joven promesa del atletismo espa?ol Alfredo P¨¦rez Rubalcaba se derrumbaba sobre la hierba del estadio Vallehermoso, en Madrid, y romp¨ªa a llorar desconsolado, consciente de que la grave lesi¨®n que acababa de sufrir truncaba su carrera de velocista. Tras descubrir que pod¨ªa vivir sin el sost¨¦n religioso, aquel chico observador, inquieto y despierto se hab¨ªa enganchado al atletismo y andaba envenenado, dice ¨¦l, con la idea obsesiva de batir el r¨¦cord de los 100 metros. Al a?o siguiente se meti¨® en pol¨ªtica, escandalizado por la noticia de que su compa?ero de colegio Enrique Ruano se hab¨ªa precipitado al vac¨ªo desde un s¨¦ptimo piso de Madrid mientras estaba detenido por la Brigada Pol¨ªtico-Social franquista.
El recurrente n¨²mero dos socialista, pieza imprescindible de sus Gobiernos y superviviente excepcional de las crisis y derrotas, sale ahora del segundo plano y salta a la arena para librar con Mariano Rajoy el combate de jefes que decidir¨¢ el Gobierno de Espa?a y el futuro de su partido. Designado por aclamaci¨®n candidato del PSOE, el vicepresidente primero y ministro del Interior se dispone a llenar el hueco dejado por Zapatero. La derecha teme a este hombre, incluso en momentos como el presente en el que las siglas PSOE parecen un boleto seguro perdedor, y a la extrema derecha le descompone el mero enunciado de su nombre.
Hemos trabajado juntos, pero somos distintos, naturalmente. No pienso buscar rupturas artificiales" Sobre Zapatero
"Pr¨ªncipe de las tinieblas", "pr¨ªncipe de las cloacas", "Maquiavelo", "inductor de la masacre del 11-M", "cerebro en la sombra de los indignados", son algunos de los t¨ªtulos que le dispensan esos medios habituados a disparatar desde la trinchera patriotera de las cosas siempre claras y el enemigo a la vista. Vienen a decir que la perversa rueda de la maldad y el enga?o socialistas sobre la que gira la pol¨ªtica espa?ola se pone en marcha todas las ma?anas cuando P¨¦rez Rubalcaba, tan madrugador ¨¦l, se levanta de la cama y echa un vistazo a los peri¨®dicos. Pero ?qui¨¦n es en realidad este pol¨ªtico que tras haber ejercido de casi todo - portavoz gubernamental, ministro de Educaci¨®n y de la Presidencia con Felipe Gonz¨¢lez, portavoz del grupo parlamentario, ministro del Interior y vicepresidente con Zapatero- contin¨²a en las altas cotas de popularidad sostenido por su reputaci¨®n de profesional inteligente, trabajador y muy capaz?
"Hasta ahora he sido para vosotros Rubalcaba, pero de ahora en adelante quiero ser Alfredo", les dice a los afiliados en esta su primera ronda de presentaci¨®n por las agrupaciones socialistas que conlleva la lectura terap¨¦utica en grupo de la debacle electoral del 22-M y un empuj¨®n an¨ªmico de los deca¨ªdos ¨¢nimos militantes. "?Que qui¨¦n es Rubalcaba? Pues un tipo muy listo, un p¨¢jaro pol¨ªtico de cuidado, un jugador de mus calculador que te cuenta lo que quiere y te saca lo que le interesa", afirma una antigua correligionaria que, pese a sus discrepancias, sigue guard¨¢ndole cari?o. "En la campa?a de las presidenciales de 2000 me adelant¨® que Joaqu¨ªn Almunia no ten¨ªa ninguna posibilidad porque para ganar, dec¨ªa, antes hay que conseguir que la gente te llame por tu nombre. Me hizo ver que mientras a Felipe Gonz¨¢lez los nuestros le llamaban Felipe, a Almunia casi nadie le llamaba Joaqu¨ªn".
Voy a pasar de hablar en nombre del Gobierno a hacerlo en el m¨ªo (...) Ahora voy a ser negro de m¨ª mismo"
Su antiguo entrenador de atletismo, Virgilio Gonz¨¢lez Barbeitos, detecta estos d¨ªas en el candidato socialista la tensi¨®n y alegr¨ªa competitivas con que de joven acomet¨ªa las grandes pruebas y sus intentos de bajar de los 11 segundos en los 100 metros. "Si se me acepta el s¨ªmil deportivo, creo que ¨¦l est¨¢ ya para arrancar", apunta. Puede, aunque el periodista que se re¨²ne con el ministro en la sede de Interior, en Madrid, le situar¨ªa m¨¢s bien en la antesala de la carrera, en los interminables 20 minutos previos al pistoletazo de salida, cuando el velocista nota el hormigueo en el est¨®mago y lucha contra la oleada de angustia. El candidato estar¨ªa ahora as¨ª: calentando y estirando los m¨²sculos, ensayando la arrancada, aspirando el aire a bocanadas.
?Har¨¢ una salida explosiva y sostenida tipo darlo todo hasta reventar o dosificar¨¢ para no entrar muerto en el infierno de los ¨²ltimos 20 metros? "Aunque salgas a toda pastilla, siempre tienes que dosificar, porque es en ese ¨²ltimo tramo donde se pierden las carreras. Los 100 metros son muy largos, y tambi¨¦n en pol¨ªtica ocho meses es mucho, todo puede cambiar en ese tiempo", indica con una media sonrisa, pantal¨®n vaquero, camisa desabrochada y expresi¨®n relajada, compatible, por lo visto, con cierto desasosiego interior porque asegura que las entrevistas escritas le inquietan. Resulta una declaraci¨®n bien extra?a, conocida su facilidad de palabra, pero se comprende si se tiene en cuenta que buena parte de la capacidad comunicativa de este hombre descansa en el lenguaje corporal, en los gestos envolventes, algo hipn¨®ticos, de sus manos, en las expresiones faciales, el juego de se?ales de los ojos y el ¨¦nfasis verbal que le permite enfocar e iluminar donde quiere. Es verdad que la iron¨ªa, su arma dial¨¦ctica preferida, corre en el texto un riesgo mayor de ser mal interpretada. Acostumbrado a redactar y a dictar, teme que la versi¨®n resultante de la s¨ªntesis period¨ªstica no sea la que ¨¦l habr¨ªa realizado. Eso explica que solo haya dado una entrevista como ministro del Interior.
Hay un olor familiar alojado en el suced¨¢neo de hogar que Rubalcaba ha recreado dentro del edificio ministerial con su equipamiento b¨¢sico de biblioteca, aparato de m¨²sica, gran pantalla de televisi¨®n (los deportes) y sill¨®n favorito. Es un efluvio poderoso y penetrante, pero no a azufre, sino a puro habano. En un momento de la charla, previa consulta, el candidato presidencial se enciende un puro de vitola media y, por momentos, sin dejar de alimentar la conversaci¨®n, entorna placenteramente los ojos, como si se dejara mecer en las aromatizadas volutas del tabaco y la vigorosa pieza sinf¨®nica que se expande por la tenue atm¨®sfera del sal¨®n.
Hace ocho a?os debimos hacer otras reformas laborales. Haber dado flexibilidad a las empresas"
Le pregunto qu¨¦ escenas se le vienen a la cabeza cuando piensa en su infancia. "La de mi padre que deja la gorra de piloto de Iberia en el perchero cuando llega a casa y, luego, los viajes de vacaciones de Madrid a Cantabria con mis cuatro hermanos, padres y abuelos. No he olvidado la escena en la que el director del colegio me pregunta en su despacho cu¨¢ntas plumas tiene una gallina y yo le contesto que muchas".
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba (28 de julio de 1951, Solares, Cantabria) fue un estudiante brillante (remat¨® sus estudios con el Premio Extraordinario Doctorado en Ciencias Qu¨ªmicas) y un ni?o tan bueno y religioso que en los veranos se levantaba a las siete de la ma?ana para ayudar a misa en el convento de las Carmelitas Descalzas de El Escorial.
"Eran monjas de clausura, pero el otro monaguillo, creo que se llamaba Santi, y yo las ve¨ªamos cuando iban a comulgar. Jug¨¢bamos a ponerles cara a sus voces y un d¨ªa se nos ocurri¨® colarnos en el torno del convento para ver a la monja de una voz muy dulce que atend¨ªa aquellos d¨ªas. Santi se meti¨® el primero, yo lo hice girar, pero ¨¦l dio la vuelta sin haber visto a nadie. Luego me toc¨® a m¨ª y yo me encontr¨¦ ante una monja horrorizada que exclamaba: '?Qu¨¦ malos, qu¨¦ malos sois!'. Nunca habr¨ªamos acertado con su cara porque, pese a aquella voz angelical, era la mayor del convento". Rubalcaba mantiene una relaci¨®n cordial, pac¨ªfica, con su infancia y con la religi¨®n. Siempre ha apreciado que la direcci¨®n del colegio del Pilar de Madrid, donde estudi¨®, le autorizara a no asistir a misa cuando, a los 16 a?os, el eterno delegado de clase que ¨¦l era entr¨® en crisis de fe.
Tras un pleno de rifirrafe, lo coment¨¦: ?Qu¨¦ puede pensar un parado al vernos con estas trifulcas?"
"A los 16 a?os empec¨¦ a engancharme al atletismo. Entrenaba todas las tardes con Manuel Pascua Piqueras y el 1 de mayo de 1968 hice 11,1 segundos en una pista de ceniza y lloviendo. Eso significaba que podr¨ªa correr los 100 metros en 10,7 o 10,8 segundos, pero entonces lleg¨® la lesi¨®n. Fue aqu¨ª, en Madrid, en el estadio Vallehermoso, en pista de tart¨¢n. Nos hab¨ªan dado mal la hora de competici¨®n y solo pudimos calentar 10 minutos. Tuve una rotura fibrilar muy grave que me mantuvo un a?o sin correr porque mis padres se opusieron a que me operara".
-?Todav¨ªa le duele?
-Estuve media hora llorando sobre el verde. Luego volv¨ª a correr y entren¨¦ con Virgilio Gonz¨¢lez, pero ya no era lo mismo aunque llegu¨¦ a hacer 10,9. No consegu¨ª curarme del todo.
Despu¨¦s de estar ganando la guerra, lo que no podemos consentir es que nos ganen la paz" Rublacaba sobre Bildu
-Si hubiera estado en su mano, ?habr¨ªa preferido ser campe¨®n de 100 metros o ministro?
-Continuar en el atletismo habr¨ªa sido seguramente perjudicial para m¨ª porque estaba obsesionado, envenenado, con correr y es probable que no hubiera llegado mucho m¨¢s lejos.
En su gran prueba por la presidencia de Espa?a, Rubalcaba compite con un lastre a la espalda de 13 puntos, el porcentaje en intenci¨®n de voto que media entre su partido y el PP, mientras su contrincante corre libre de cargas y con el viento a favor de los ¨²ltimos comicios. Aunque no lo explicita -el temor a que las palabras queden atrapadas en el texto y sean utilizadas como se?al de derrotismo-, es consciente de que sus posibilidades son escasas por mucho que acierte en la t¨¢ctica y grande que sea la confianza en s¨ª mismo.
-Con los resultados de las ¨²ltimas elecciones en las manos podr¨ªa decirse, desapasionadamente, que ustedes tienen poco que hacer.
-Pero esta vez la disputa no va a estar tanto entre el PSOE y el PP. Se plantear¨¢ en otros t¨¦rminos porque ahora la gente se encuentra hondamente preocupada por su futuro y va a reflexionar sobre lo que verdaderamente le conviene. Los ciudadanos tendr¨¢n que optar entre Rajoy y Rubalcaba.
Los indignados expresan un malestar con la democracia. No escucharles ser¨ªa de necios"
El cuerpo a cuerpo entre los dos candidatos es el terreno que el PSOE ha elegido por m¨¢s propicio. Los socialistas tienen tal confianza en la brillantez oratoria y la esgrima dial¨¦ctica de su campe¨®n, que f¨ªan buena parte de sus posibilidades al combate singular, a la justa televisiva entre estos dos l¨ªderes que tienen en com¨²n la afici¨®n a los puros, la barba y cierta socarroner¨ªa. "Alfredo est¨¢ en un momento de plenitud de experiencia y conocimiento. Si fortalecemos su candidatura, todo puede ocurrir", sostiene el ministro de la Presidencia, Ram¨®n J¨¢uregui. "En 1993, Felipe recuper¨® ocho puntos, y en 2005, Gerhard Schr?eder salv¨® 18, aunque es verdad que aquellas elecciones federales estuvieron precedidas de grandes inundaciones en Alemania", recuerda Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, exministro de Educaci¨®n. "Hay partido", aseguran tambi¨¦n Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y m¨¢ximo representante exterior de la UE hasta hace dos a?os; el ex secretario de Estado para el Deporte Jaime Lissavetzky; la secretaria de Pol¨ªtica Internacional y Cooperaci¨®n del PSOE, Elena Valenciano; la exministra de Educaci¨®n Mercedes Cabrera; los diputados Eduardo Madina y ?scar L¨®pez, y muchos otros de sus correligionarios. Claro que, dadas las circunstancias, la expresi¨®n "hay partido" incluye seguramente la dulce derrota y la digna capitulaci¨®n.
"Creo que ¨¦l sabe que tiene una misi¨®n imposible por delante, pero se presta porque es el ¨²nico que puede evitar una derrota estrepitosa. Ir¨¢ a dar la batalla como ¨²ltimo servicio a su partido", opina el presidente saliente de Cantabria, Miguel ?ngel Revilla. La idea de que solo Rubalcaba puede impedir la debacle socialista ha estado tan presente en el seno de su partido que en una de las ¨²ltimas reuniones del Comit¨¦ Federal, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra se sinti¨® en la necesidad de advertir del peligro de utilizar a "Alfredo" como si fuera "un kleenex de usar y tirar". Porque si el resultado no alcanza para mantener el suelo electoral y la estructura organizativa e institucional b¨¢sica, el partido al que P¨¦rez Rubalcaba ha dedicado 37 a?os prescindir¨¢ de ¨¦l para las grandes misiones y su ocaso pol¨ªtico habr¨¢ llegado abruptamente.
?Por qu¨¦ este hombre extremadamente inteligente, calculador y t¨¢ctico, que no da puntada sin hilo, se lanza hacia lo que parece su suicidio pol¨ªtico? ?Por qu¨¦ no ha dejado que fuera su competidora Carme Chac¨®n quien se estrellara en las urnas para, una vez expedito el camino, recomponer los trozos rotos y reclamar el liderazgo? Una explicaci¨®n es que el candidato se siente elogiado y reconocido, se sabe la esperanza del partido y quiere aprovechar la oportunidad de hacerse con el liderazgo ahora y con la secretar¨ªa general m¨¢s adelante. El mu?idor de las grandes operaciones, negociador de todos los acuerdos, hombre puente entre las corrientes y los grandes egos dom¨¦sticos, se habr¨ªa cansado de dar la cara por otros y ahora reclama el papel estelar.
-Muchos de sus compa?eros piensan que con un resultado digno usted se har¨¢ con el liderazgo del partido.
-Mi primera meta se sit¨²a en el d¨ªa de las elecciones, pero mi proyecto pol¨ªtico es de largo recorrido y tiene vocaci¨®n de continuidad para toda la legislatura.
-A algunos les ha sorprendido que diera este paso. Pensaban que a usted le bastaba con ser el pol¨ªtico m¨¢s influyente.
-Me apetece dar el paso porque como ejercicio intelectual resulta apasionante, sobre todo por responsabilidad con mi pa¨ªs y con mi partido. Ahora tengo la posibilidad de ser yo mismo y de formular cosas que siempre he tenido en la cabeza pero que no he llegado a plantear. Voy a pasar de hablar en nombre del Gobierno a hacerlo en el m¨ªo propio.
-Sin embargo, usted ha estado siempre detr¨¢s de Zapatero en las grandes decisiones.
-Hemos trabajado juntos, pero somos distintos, naturalmente. Tampoco pienso hacer caso a los soci¨®logos que me dicen que me separe de ZP. No pienso buscar rupturas artificiales.
-?Se corresponsabiliza de los errores del Gobierno del que forma parte?
-Me siento responsable, claro, pero la situaci¨®n que vivimos no es la de a?os atr¨¢s. Si no hubi¨¦ramos hecho las reformas, Espa?a estar¨ªa ahora intervenida como Grecia, Portugal e Irlanda, y eso habr¨ªa sido un desastre para toda una generaci¨®n de espa?oles.
-?Qu¨¦ errores han cometido?
-Deber¨ªamos haber hecho otras reformas laborales hace ocho a?os.
-?Cu¨¢les?
-Deber¨ªamos haber dado flexibilidad a las empresas cuando las cosas iban bien. No lo hicimos y hoy nos encontramos con que una empresa puede entrar en crisis en poco tiempo. Tenemos que hacer todo lo posible para que el despido sea la ¨²ltima medida que se le ocurra al empresario.
-El 20% de parados y una clase pol¨ªtica considerada problema nacional. ?Qu¨¦ ense?a el movimiento de los indignados?
-Entre otras cosas, expresa el malestar por el deterioro de la democracia, su rechazo a la corrupci¨®n y al enfrentamiento continuo entre los grandes partidos. No escucharles es de necios.
-?Ustedes, los pol¨ªticos, son efectivamente un problema?
-Somos un problema porque se nos ve como problema y esa percepci¨®n se ha agudizado con la crisis hasta hacerse insoportable. El a?o pasado lo coment¨¦ con diputados del PP tras un pleno de esos de rifirrafe: ?qu¨¦ puede pensar un parado al vernos con estas trifulcas?
-Bildu ha desbordado sus previsiones.
-Yo no era partidario de que los legalizaran tan r¨¢pidamente, pero si Bildu existe es porque detuvimos a Txeroki y a otros jefes de ETA. Siempre supe que el final del terrorismo traer¨ªa la recomposici¨®n nacionalista y el resurgimiento del independentismo. Despu¨¦s de estar ganando la guerra, lo que no podemos consentir es que nos ganen la paz. No debemos admitir que ellos reescriban la historia; ah¨ª hay que dar la batalla.
-?C¨®mo se pasa de n¨²mero dos a n¨²mero uno?
-En mi vida he escrito discursos para mucha gente, he ayudado a confeccionar programas electorales y a dise?ar campa?as. Ahora voy a convertirme en negro de m¨ª mismo [risas] y eso me resulta una aventura personal e intelectual muy atractiva porque, en ¨²ltima instancia, yo no dejo de ser profesor.
-?El secreto de hacerse imprescindible?
-El cementerio est¨¢ lleno de imprescindibles.
Profesor, pol¨ªtico, qu¨ªmico (en 1982 fue seleccionado por Diario 16 entre los 10 investigadores m¨¢s prometedores) y atleta (subcampe¨®n de Espa?a de 100 metros), Rubalcaba es un personaje complejo y brillante, poli¨¦drico y polivalente. Puede disertar con propiedad sobre el plan energ¨¦tico, la biotecnolog¨ªa o la contracci¨®n fiscal, con la ventaja a?adida de que, devorador de libros y estudioso impenitente como es, mantiene viva la curiosidad y las ganas de aprender. Es su oratoria netamente did¨¢ctica, a la que jam¨¢s renuncia, como si no acabara de abandonar el aula universitaria, y el empleo sistem¨¢tico de la l¨®gica, derivado de su formaci¨®n cient¨ªfica, lo que le permite sacar a relucir las contradicciones del adversario y mantener su popularidad. De hecho, seg¨²n ha indicado a sus ¨ªntimos, el puesto en el que se ha encontrado m¨¢s c¨®modo y reconocido es el de portavoz del grupo parlamentario, aunque siempre se ha sentido ministro de Educaci¨®n.
Pero su peso dentro del Ejecutivo es fruto de la disposici¨®n a remangarse el primero y meterse en faena, de su aptitud para gestionar los problemas y construir, incluso con retales, un relato de la acci¨®n gubernamental. Rubalcaba tiene resortes en esferas bien diversas de la sociedad, sabe tocar las teclas apropiadas de los poderes y se maneja con soltura en los entresijos medi¨¢ticos. No es un intelectual ni un te¨®rico, no se le conocen escritos reveladores de un pensamiento pol¨ªtico profundo, pero nadie como ¨¦l para desbaratar los frentes del adversario. Es vivo, r¨¢pido, desprende empat¨ªa y conoce y sabe tratar a la gente. Algo tiene, y no debe de ser su f¨ªsico, que le permite sintonizar con una parte del universo femenino porque es poco habitual que actrices como Maribel Verd¨² y Loles Le¨®n y algunas periodistas hayan declarado de forma espont¨¢nea que a ellas Rubalcaba les "pone".
Frente a otras voces femeninas que no le reconocen otro atractivo que el que emite "el lado oscuro", la exministra de Educaci¨®n Mercedes Cabrera, conocida de "Alfredo" desde los tiempos de la Universidad, est¨¢ convencida de que ese gancho con las mujeres existe. ?Es ese estilo entre c¨ªnico y sensible, duro, inteligente y divertido, propio de los personajes de la novela negra, que el candidato tan bien cultiva? "Creo que es el reconocimiento del talento, del an¨¢lisis racional de los problemas, de su capacidad de convicci¨®n, su oratoria parlamentaria deslumbrante. No es frecuente encontrar en la pol¨ªtica un tipo tan inteligente, pero es que adem¨¢s ¨¦l es seductor, le gusta suscitar atracci¨®n, busca complicidades, hace gui?os y nunca deja un mensaje de m¨®vil por contestar", subraya.
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