Por la laicidad del Estado

La pr¨®xima visita a Espa?a del ciudadano alem¨¢n Ratzinger es una oportunidad para reflexionar sobre la laicidad del Estado. La separaci¨®n de la esfera p¨²blica y la privada para la tutela de la libertad de conciencia y de pensamiento tiene su origen en el nacimiento del Estado moderno y en la correlativa secularizaci¨®n del Derecho y la sociedad. La separaci¨®n entre Estado y religi¨®n, iniciada en los siglos XVII y XVIII tras los debates promovidos por la cultura ilustrada, es una gran conquista en garant¨ªa de las libertades fundamentales y del pluralismo pol¨ªtico, religioso, moral y cultural. Supone la afirmaci¨®n del principio de legalidad como norma de reconocimiento del Derecho vigente, y afirma el cometido del Estado y del Derecho de garantizar la vida, dignidad, libertad e igualdad de los ciudadanos. La Constituci¨®n constituye un gran pacto al que se llega desde el velo de la ignorancia rawlsiano, y materializa la neutralidad moral, ideol¨®gica y cultural, paradigma de la laicidad del Estado y del Derecho.

En Espa?a hay que desarrollar las garant¨ªas que nos permitan avanzar desde la aconfesionalidad del Estado hacia la laicidad. Esta legislatura se agota y la reforma de la Ley Org¨¢nica de Libertad Religiosa queda en el tintero. El ordenamiento jur¨ªdico carece de normas adecuadas para la soluci¨®n de problemas complejos nacidos del pluralismo religioso e ideol¨®gico de la sociedad espa?ola actual. Esta ausencia de regulaci¨®n provoca, de un lado, que las Administraciones P¨²blicas, regionales y locales, decidan discrecionalmente sobre asuntos tan espinosos como el uso de s¨ªmbolos religiosos por el alumnado en las escuelas p¨²blicas, o en otros espacios p¨²blicos, y, de otro, sentencias contradictorias de los tribunales. El modelo de relaciones entre el Estado y las confesiones religiosas privilegia a la Iglesia Cat¨®lica sobre las confesiones religiosas a las que el Estado ha reconocido "notorio arraigo", y a ¨¦stas, a su vez, sobre las dem¨¢s. A ello se a?ade la consolidaci¨®n de un modelo de financiaci¨®n p¨²blica de las confesiones de dudosa constitucionalidad, y el inacabado debate sobre la inclusi¨®n de la asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa en el curr¨ªculo escolar, alimentado y crispado por la Iglesia Cat¨®lica y la derecha.

La visita del Papa, que no responde a una invitaci¨®n oficial del Estado espa?ol, ni de sus Instituciones, se realiza con un despliegue de medios y espacios p¨²blicos desproporcionado, incoherente con la neutralidad moral del Estado, e imprudente por su elevado gasto en tiempos de crisis. Y como guinda, el desfile de la Legi¨®n ante el Papa en Madrid. Llama la atenci¨®n que estos medios y espacios p¨²blicos se pongan a disposici¨®n del ciudadano Ratzinger, que viene, entre otras cosas, a oponerse a las Leyes de ampliaci¨®n de derechos civiles aprobadas por el Parlamento de la Naci¨®n, o a manifestar su abierta oposici¨®n a otras que est¨¢n en periodo de tramitaci¨®n, como la regulaci¨®n de una muerte digna y la Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminaci¨®n.

La libertad religiosa es un derecho sin distinci¨®n de religi¨®n, y demanda el igual tratamiento de todas las confesiones, actitudes, creencias o no creencias. Los Acuerdos de Espa?a con la Santa Sede (conocidos como el "Concordato") son incompatibles con la laicidad del Estado y la igualdad en los derechos, puesto que privilegian a la confesi¨®n religiosa m¨¢s fuerte. Montesquieu escribi¨® que no hay lugar para el Derecho entre las cosas que pasan entre el hombre y Dios, quien conoce la magnitud y el momento de su venganza. En lo terrenal, la convivencia pac¨ªfica y en igualdad exige la no discriminaci¨®n entre sentimientos diversos. Adem¨¢s, la autonom¨ªa de la conciencia religiosa no tiene necesidad del apoyo del Derecho.

Para seguir trabajando por la laicidad, nos comprometemos a plantear ante el pr¨®ximo Congreso Federal del PSOE una iniciativa de denuncia del denominado "Concordato" que ponga fin a la injerencia del Vaticano en la pol¨ªtica espa?ola, y que concluya con los privilegios especiales que goza la Iglesia Cat¨®lica.?

C¨¦sar Giner Parre?o es profesor titular de Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid.

Antonio Chazarra Montiel es catedr¨¢tico de instituto.