Otra vida para las Diputaciones
La crisis pone en el disparadero a una instituci¨®n intermedia con competencias difusas Pueden estar obsoletas pero los peque?os municipios las necesitan
Cuando las nevadas llegan a ?vila, los funcionarios de la prisi¨®n de Brieva, la c¨¢rcel en la que Luis Rold¨¢n dio con sus huesos, tiemblan. La nieve se acumula en la carretera de la Diputaci¨®n de tres kil¨®metros que lleva al penal, y los trabajadores se encuentran con que no llegan a tiempo a las 8.00 para el cambio de turno. ¡°Ni echan sal ni pasan la m¨¢quina. Y alguna vez ocurrir¨¢ algo. Este a?o, una compa?era se sali¨® en una curva, y hay veces que las presas, por la nieve, no han podido ir al hospital¡±, cuenta el funcionario Francisco Jos¨¦, que dice que los sindicatos este a?o ya se han quejado por escrito. La cosa tiene su miga porque las otras v¨ªas s¨ª se limpian: la Junta de Castilla y Le¨®n, el ministerio y el Ayuntamiento quitan la nieve de sus carreteras. La diputaci¨®n alega que tiene otras prioridades, como despejar accesos de escuelas y hospitales, antes que la de la c¨¢rcel. Sus m¨¢quinas llegan, pero tarde.
"?Que las eliminen ya!", exclam¨® en junio
el expresidente
Felipe Gonz¨¢lez
¡°Cada invierno pasa lo mismo¡±, denuncia el diputado provincial por ?vila, Tom¨¢s Blanco Rubio, del PSOE, que revela la an¨¦cdota para ilustrar la falta de racionalidad de las Administraciones en su provincia, con 168.000 habitantes y 258 municipios, el 85% con menos de 300 habitantes. Blanco coincide en que hay que reinventar las Diputaciones, en el ojo del hurac¨¢n desde que el candidato socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, propuso reconvertirlas para evitar duplicidades. ¡°Tal y como funcionan, sobran¡±, proclam¨®. El lunes sugiri¨® transformarlas en consejos de alcaldes y que sus competencias (desde servicios sociales, cultura o agricultura) sean transferidas a las comunidades aut¨®nomas.
El socialista ha recibido todas las cr¨ªticas ¡ªairadas desde el Partido Popular (PP)¡ª por plantear la desaparici¨®n ahora que se ha producido el sorpasso en el gobierno de esas instituciones entre los dos grandes partidos. Pero, en realidad, fue y ha sido el expresidente Felipe Gonz¨¢lez quien, de forma c¨ªclica, ha defendido con vehemencia la supresi¨®n. ¡°?Que las eliminen ya! Lo dije hace un a?o y no me hicieron ni caso. No podemos sostener cuatro niveles administrativos. Con tres (Estado, autonom¨ªas y Ayuntamientos) son suficientes¡±, dijo en junio.
Rubalcaba propone consejos
de alcaldes que no obligar¨ªan
a tocar la Constituci¨®n
El objetivo es ahorrar para destinar esos recursos al Estado del Bienestar. ¡°Antes eso que quitar un m¨¦dico o un maestro¡±, abunda Rubalcaba. Espa?a tiene 38 Diputaciones de r¨¦gimen com¨²n (no existen en las autonom¨ªas uniprovinciales) que manejan 6.000 millones de euros, cuentan con mil diputados y dan empleo a unos 30.000 funcionarios. Rubalcaba plante¨® la ecuaci¨®n: mil pol¨ªticos menos, mil millones menos.
Las Diputaciones han sobrevivido en dos siglos a todos los reg¨ªmenes pol¨ªticos. Nacieron en 1812 con La Pepa, la primera Constituci¨®n, y se consagraron con la divisi¨®n provincial de 1833. Se inspiraron en los departamentos franceses dise?ados por Napole¨®n. Las Diputaciones son a las provincias lo que los Ayuntamientos a los municipios, y sus funciones son un caj¨®n de sastre: asumen tareas tan diversas como la gesti¨®n de carreteras o asistencia social y dan servicios generales a los municipios. Y estos no son pocos: 8.000 en Espa?a, de los que 4.000, como recalca Tom¨¢s Blanco, est¨¢n en Castilla y Le¨®n. Blanco sostiene que la Diputaci¨®n de ?vila asume tareas de la Junta. ¡°Hace dejaci¨®n de funciones. La diputaci¨®n gestiona la recogida de basuras o la residencia de ancianos Infantas Elena y Cristina cuando no le tocar¨ªa. Somos una administraci¨®n intermedia sin competencias. Si somos meros intermediarios es mejor no estar¡±.
IU tacha los entes de "caciquiles" y aboga por su desaparici¨®n
Pero, ?c¨®mo? ?Es tan sencillo olvidar el mapa provincial fijado en Espa?a desde hace casi 200 a?os? No lo parece, porque, de entrada, requerir¨ªa modificar la Constituci¨®n. La sentencia del Tribunal Constitucional dio garant¨ªa a las provincias en su sentencia del Estatuto catal¨¢n. Rubalcaba, que con suspense est¨¢ dando su plan a cuentagotas, ya ha sugerido que las Diputaciones sean reemplazadas por consejos de alcaldes que evitar¨ªan retocar la Carta Magna. El debate jur¨ªdico queda soslayado
La mayor¨ªa de expertos y pol¨ªticos, de todos los colores, coinciden en que los Ayuntamientos peque?os precisar¨¢n siempre de una instituci¨®n que mancomune servicios. ¡°Es que en Espa?a tenemos un problema de minifundismo municipal¡±, se?ala Celestino Corbacho, exministro de Trabajo, que presidi¨® la poderosa Diputaci¨®n de Barcelona entre 2004 y 2008. Los datos lo avalan: El 80% de los 8.112 municipios de Espa?a tiene menos de 5.000 habitantes. Alfredo Gal¨¢n, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la universidad de Barcelona, muestra su sorpresa por la ¡°simplificaci¨®n¡± del discurso, ya que queda la duda de si se quieren eliminar las provincias o modificar sus l¨ªmites actuales. Superado el interrogante, Gal¨¢n avisa de que cuando se habla de superposici¨®n de administraciones no se atiende a que las Diputaciones ejercen dos tipos de funciones: la prestaci¨®n de servicios propios y las de mayor relevancia, la de cooperaci¨®n municipal. ¡°Si no lo hace la provincia, alguien deber¨¢ asumirlo¡±, dice. Y apunta que es ¡°uniformar demasiado¡± decir que las Diputaciones no funcionan. ¡°Cada provincia depende de su mapa municipal. Son muy distintas en Andaluc¨ªa, Catalu?a o Castilla-La Mancha. Es diferente un mapa muy atomizado o que no lo est¨¦¡±.
Expertos plantean si se deben adelagazar tambi¨¦n
otras instituciones
Amparado en la visi¨®n transversal que le da haber sido ministro, presidente de diputaci¨®n, alcalde y ahora diputado auton¨®mico, Corbacho tiene clara la receta: vaciar las Diputaciones de contenido pol¨ªtico y reconvertirlas en ¨®rganos t¨¦cnicos para servir a los Ayuntamientos. Y va m¨¢s all¨¢: sugiere recortar el n¨²mero de funcionarios. ¡°Si nos limitamos a suprimir diputados, ser¨¢ una reforma d¨¦bil. Se podr¨ªa promover una reducci¨®n de jornada o que a plaza jubilada, plaza amortizada¡±, propone.
Una joya en manos de CiU
La joya de la corona o la comedera es el nombre que recibe la Diputaci¨®n de Barcelona. Es una de las instituciones m¨¢s preciadas en Catalu?a, por su elevado presupuesto (661 millones para este 2011) y por ser el lugar a que han recurrido los partidos para colocar a sus cargos. Hist¨®ricamente gobernada por los socialistas, la Diputaci¨®n pas¨® en julio a ser comandada por CiU tras pactar con el PP. Los convergentes siempre se han opuesto a estos entes provinciales y son partidarios de crear en Catalu?a las vegueries, un ente supramunicipal propio. El nuevo presidente provincial, Salvador Esteve, no lo ve una contradicci¨®n. ¡°No, como convergente siempre he pensado lo mismo. Soy partidario de las vegueries [una ordenacion territorial propia de Catalu?a] aunque eso requiere un gran consenso territorial¡±, afirma. El proyecto de las vegueries est¨¢ ahora paralizado. La duplicidad de administraciones en Catalu?a se agrava con los 41 consejos comarcales, que empiezan a ser cuestionados.
Esteve define a la Diputaci¨®n como una instituci¨®n de pa¨ªs en proyectos como el Liceo, el Instituto del Teatro o el Centro de Cultura Contempor¨¢nea y asegura que siempre ser¨¢ necesario un ¨®rgano equivalente que ampare a los municipios. ¡°La gesti¨®n de carreteras o de bibliotecas ser¨ªa imposible sin ellas¡±, abunda el popular Fern¨¢ndez Diaz. ¡°Es que los peque?os no llegan a todo. Cuando te ven, te hacen la ola. Necesitan esa cooperaci¨®n y que se les oriente. La Diputaci¨®n hace un trabajo muy ¨²til¡±, dice un arquitecto que trabaja en ella. Proced¨ªa de la empresa privada y le sorprendi¨® la actividad de la misma: ¡°Pero es verdad que a veces te obligan a hacer proyectos y gastar dinero y energ¨ªas cuando sabes que se van a quedar en un caj¨®n¡±.
Con fama de tener su plantilla inflada, el nuevo Gobierno ha adelgazado su estructura y ha pasado de 13 vicepresidencias a cinco, lo que significa un ahorro de 440.000 euros al a?o. La reducci¨®n de asesores pol¨ªticos es mucho menor: si en el pasado se limitaron a 50, en este mandato el tope es de 45, con un sueldo mensual de 3.500 euros. Los primeros fichajes niegan que los puestos de asesores sean para t¨¦cnicos: la mayor¨ªa son militantes con relativa importancia en los partidos. Los tres socios del tripartito de izquierdas, que perdieron en noviembre la Generalitat, han colocado en la Diputaci¨®n a pol¨ªticos que siempre han desarrollado su actividad fuera de Barcelona.
Madrid no tiene el problema porque al tratarse de una comunidad uniprovincial carece de diputaci¨®n. Pero, curiosamente, su alcalde, Alberto Ruiz Gallard¨®n (PP), ofrece un diagn¨®stico casi calcado al de Corbacho. No es la ¨²nica voz discordante en su partido. El alcalde de Valladolid, Javier Le¨®n de la Riva, define las Diputaciones desde hace tiempo de ¡°obsoletas¡±. De hecho, el PP ya aprob¨® el 18 de julio en Pontevedra un documento titulado Manifiesto por unos gobiernos provinciales e insulares de futuro donde plantea modernizar estas instituciones con una reforma econ¨®mica y dotarlas de mayor transparencia para que cooperen mejor con los municipios.
Pese a ello, la propuesta de Rubalcaba fue recibida con rayos y truenos en G¨¦nova. ¡°?Qu¨¦ hacemos con los 15 millones de personas que dependen de las Diputaciones?¡±, plante¨® Ana Mato. ¡°M¨¢s que una idea electoralista, es una frivolidad, porque mientras ha gobernado no ha dicho nada¡±, deplora ahora Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz (PP), vicepresidente de la Diputaci¨®n de Barcelona. No cae en saco roto en el PP que desde mayo el PSOE solo gobierna en siete corporaciones y los populares en 27.
Quien en cualquier caso ha aplaudido abiertamente el debate es Izquierda Unida, partidaria desde siempre de la desaparici¨®n de las Diputaciones para ser sustituidas por organismos comarcales de elecci¨®n directa (Espa?a es, junto a Albania, uno de los pocos pa¨ªses europeos donde no se vota a los diputados provinciales) o en otros de car¨¢cter t¨¦cnico. ¡°Las Diputaciones son como la Corona: in¨²tiles y antidemocr¨¢ticas¡±, afirma Gorka Eskorza, portavoz de IU en Salamanca, que acusa a las corporaciones de ¡°caciquismo¡± a?adiendo que suelen ¡°castigar¡± a los pueblos con alcaldes de diferente color pol¨ªtico. Y cuenta que en Salamanca hay 18 pueblos en verano que no tienen agua corriente y se abastecen con camiones-cisterna. ¡°Agua, no; pero la diputaci¨®n si tiene escuela de tauromaquia¡±, dice escandalizado.
En Andaluc¨ªa, mientras, se asiste al debate con la convicci¨®n de que las Diputaciones han hecho un trabajo ¨²til. ¡°?Ser¨ªa l¨®gico crear en Sevilla 105 empresas de agua, 105 oficinas de recaudaci¨®n o 105 parques de bomberos?¡±, se pregunta el socialista Fernando Rodr¨ªguez Villalobos, presidente de la Diputaci¨®n de Sevilla. A favor del trabajo hecho tira el tambi¨¦n socialista Jos¨¦ Ram¨®n G¨®mez Besteiro, presidente de la de Lugo, quien subraya que estas instituciones representan el 8,3% del gasto local, un 13,5% del total de la Administraci¨®n.
El catedr¨¢tico Alfredo Gal¨¢n pone el dedo en la llaga. ¡°Me da la impresi¨®n¡±, reflexiona, ¡°que las Diputaciones son el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena, el chivo expiatorio o la cabeza de turco. Es encomiable que se quiera adelgazar la administraci¨®n pero ?vamos a dejar intactas otras instancias del Estado, comunidades o Ayuntamientos con la galaxia de entidades instrumentales que tienen?¡± Corbacho, lejos de rehuir el debate, ahonda en la idea: ¡°Yo le pedir¨ªa a Rubalcaba que piense tambi¨¦n si Administraci¨®n del Estado debe adelgazar. Y pondr¨¦ un ejemplo de mi antiguo ministerio. ?No es absurdo que gestione ayudas del PIRMI (Renta m¨ªnima de inserci¨®n) cuando est¨¢ transferido a las autonom¨ªas?¡±.
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