C¨®mo disolver una sentada
La mayor¨ªa pac¨ªfica del 15-M y el poder de Internet obligan a revisar la estrategia policial Los sindicatos piden protocolos de actuaci¨®n
Son tres minutos de v¨ªdeo. Tres impactantes minutos que recogen c¨®mo un polic¨ªa antidisturbios abofetea a una menor que le hab¨ªa insultado y, a continuaci¨®n, otros agentes aporrean con violencia y derriban a un fot¨®grafo que hab¨ªa captado la secuencia a escasos metros. Al menos 875.000 personas han visto en YouTube la brutal escena, ocurrida en la manifestaci¨®n que protestaba por la represi¨®n de la marcha laica cr¨ªtica con la visita del Papa.
La semana pasada ha volado en las redes sociales, reflejo de una indignaci¨®n creciente. ?Ocurren con frecuencia estos ataques injustificados ocultos en la algarab¨ªa de las manifestaciones o son incidentes espor¨¢dicos sobreexpuestos? De lo que no cabe duda es de que su notoriedad se ha disparado por la multiplicaci¨®n de c¨¢maras y m¨®viles de alta tecnolog¨ªa que reenv¨ªan im¨¢genes en cuesti¨®n de segundos.
¡°Los propios miembros de la Unidad de Intervenci¨®n Policial (UIP) llevar¨¢n durante mucho tiempo el estigma de esos golpes excesivos y a destiempo, sin raz¨®n alguna, y ser¨¢n objeto de m¨¢s agresividad que antes. Los que han dado los golpes no han pensado en las consecuencias de sus actos y ahora todos lo pagaremos¡±. La autocr¨ªtica del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP, mayoritario) resume el temor a que la rabia de muchos indignados tenga consecuencias para las unidades de antidisturbios, siempre expuestas al cuerpo a cuerpo con los manifestantes y necesitadas de una extrema templanza.
Ante el fen¨®meno viral en Internet, el Ministerio del Interior reaccion¨® con celeridad y abri¨® un expediente disciplinario por falta grave contra tres polic¨ªas que aparec¨ªan en las im¨¢genes dando gomazos (porrazos en la jerga policial) de forma injustificada. La posible sanci¨®n, que puede suponer tres meses de suspensi¨®n de empleo y sueldo, quedar¨¢ interrumpida si prosperan las denuncias de la joven y del fot¨®grafo agredidos. La primera a¨²n no la ha presentado.
Mientras, el Movimiento 15-M asegura que se han presentado 20 denuncias por las cargas de la marcha laica y la manifestaci¨®n que le sigui¨® la semana pasada. Tras los v¨ªdeos difundidos por las cargas contra los indignados el pasado mayo en la plaza de Catalu?a de Barcelona, los Mossos d¡¯Esquadra han creado una unidad de 20 agentes que acudir¨¢n a las concentraciones de masas pertrechados con c¨¢maras con un solo objetivo: disponer de su versi¨®n de las cargas policiales y detenciones para juicios ulteriores tras las previsibles denuncias.
M¨¢s de 800.000 personas han visto la agresi¨®n al fot¨®grafo en YouTube
Y es que algo est¨¢ cambiando. Las movilizaciones de los indignados han alterado muchos esquemas anquilosados. Tambi¨¦n los referentes al orden p¨²blico y a c¨®mo responder a una marcha pac¨ªfica, cuesti¨®n plagada de defectos por parte del Gobierno y la Generalitat, que este verano han recibido un aluvi¨®n de cr¨ªticas, incluso desde los propios mandos policiales.
¡°Todos pagaremos por quienes dieron golpes excesivos", afirman en el SUP
Las protestas de los indignados la pasada primavera inauguraron una etapa de continuas manifestaciones con j¨®venes brazos en alto muy concienciados de sus derechos, y rodeados de c¨¢maras de televisi¨®n y fot¨®grafos. ¡°Esos j¨®venes violentos antes corr¨ªan y tiraban piedras, ahora se sientan y levantan las manos. Son una resistencia pasiva. La din¨¢mica cambia y hay que levantarlos. Quiz¨¢ ahora esa distancia se est¨¢ perdiendo (¡). Tenemos una evoluci¨®n y una mezcla de pac¨ªficos y violentos¡±, reflexiona Jos¨¦ Antonio Togores, comisario jefe de las UIP, que critica la caza de brujas contra los polic¨ªas iniciada tras ¡°extractar¡± im¨¢genes de las agresiones. El ejemplo m¨¢s claro son p¨¢ginas en Facebook que piden identificar a los polic¨ªas que supuestamente se extralimitaron, a modo de linchamiento p¨²blico y al margen de los procedimientos judiciales.
Luis Oca?a, abogado de la Coordinadora para la Prevenci¨®n de la Tortura, asegura que han detectado un aumento de denuncias por brutalidad policial. ¡°Es especialmente preocupante porque los ciudadanos est¨¢n ejerciendo derechos fundamentales como el de manifestaci¨®n. Las l¨®gicas policiales modernas est¨¢n encaminadas hacia la prevenci¨®n y no la represi¨®n, y, sin embargo, vemos uso y abuso de la violencia contra personas en el suelo e incluso a periodistas, ataques que no son propios de la polic¨ªa¡±.
El redactor Gorka Ramos escrib¨ªa con su m¨®vil un tuit para el diario Lainformaci¨®n.com durante una manifestaci¨®n y tras discutir con varios antidisturbios acab¨® en el suelo, dolorido y esposado. El gran problema (o ventaja) es que estaban rodeados de c¨¢maras, y los fot¨®grafos acribillaron con sus flases a los agentes. ¡°Me estaban pinchando con las porras. Uno me da en el est¨®mago y cuando otro me empuja y pido ver su n¨²mero de placa, me da un pu?etazo en la frente. Me tiran al suelo¡±, relata. Amnist¨ªa Internacional no considera que exista una pr¨¢ctica sistem¨¢tica de la tortura en Espa?a, pero s¨ª que los casos de ella y otros malos tratos ¡°no son incidentes aislados, sino muestras de las deficiencias estructurales¡±.
Los abusos policiales disminuir¨ªan de s¨²bito si cada agente antidisturbios llevara su identificaci¨®n visible, tal y como establece la Instrucci¨®n 13/2007 del Ministerio del Interior para los polic¨ªas nacionales. Esta obligaci¨®n ata?e tambi¨¦n a los Mossos, pero no a la Ertzaintza. En ocasiones, los n¨²meros de identificaci¨®n profesional quedan ocultos por las protecciones de los agentes y otras veces estas han debido ser retiradas deliberadamente antes de las intervenciones. Los sindicatos advierten de que el cumplimiento estricto de la norma acarrear¨ªa una avalancha de denuncias falsas contra los antidisturbios y una multitud de bajas de agentes en una unidad con buena reputaci¨®n y fama de marcial en medios policiales.
El indignado conoce sus derechos y adem¨¢s va rodeado de c¨¢maras
¡°La identificaci¨®n es el primer paso para la rendici¨®n de cuentas. Adem¨¢s, las v¨ªctimas reciben contradenuncias sobre alteraci¨®n del orden p¨²blico y luego los jueces prestan mayor veracidad a las autoridades, incluso aunque haya parte de lesiones¡±, lamenta Mar¨ªa Serrano, de Amnist¨ªa Internacional. Togores rechaza que sus hombres act¨²en sin la debida identificaci¨®n.
Una unidad de los ¡®mossos¡¯ graba la actuaci¨®n de los agentes
En pa¨ªses como Alemania los antidisturbios est¨¢n siempre identificados. Eso s¨ª, Espa?a no sufre problemas de orden p¨²blico tan graves como los recientes de Grecia o Reino Unido, donde las unidades antidisturbios superan los 15.000 miembros. En esos pa¨ªses a veces se producen enfrentamientos medievales de 5.000 personas contra otros tantos polic¨ªas. En Espa?a, los grupos antidisturbios act¨²an m¨¢s en peque?os grupos de seis agentes, mucho m¨¢s din¨¢micos. Las UIP cuentan con 2.700 polic¨ªas e hist¨®ricamente han mantenido ese n¨²mero reducido de efectivos.
En los ¨²ltimos meses, la brecha entre las instituciones y los ciudadanos se est¨¢ agrandando por la crisis y el descontento que ha canalizado el 15-M, seg¨²n varios expertos. ¡°Las instituciones deben garantizar que las fuerzas de seguridad act¨²en conforme a derecho. Lo que hemos visto no es de recibo y esas manifestaciones pac¨ªficas no pueden ser respondidas a golpes contra periodistas o manifestantes. Detecto una crispaci¨®n galopante. Ni los pol¨ªticos ni los polic¨ªas acertaron el otro d¨ªa, hubo una demonizaci¨®n de la manifestaci¨®n laica¡±, denuncia Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. ¡°Esta din¨¢mica de confrontaci¨®n puede llevar a respuestas agresivas, y podr¨ªamos vernos en una espiral de violencia peligrosa¡±, advierte.
Felipe Brihuega, del SUP, contesta: ¡°Se est¨¢ haciendo un mundo de esto. La agresi¨®n existe, pero todo el mundo tiene errores en su trabajo y la expulsi¨®n por un bofet¨®n me parecer¨ªa exagerado¡±. Otros sindicatos como la Confederaci¨®n Espa?ola de Polic¨ªa (CEP) o la Uni¨®n Federal de Polic¨ªa (UFP) han sido mucho m¨¢s tajantes en la defensa de los agentes y achacan los excesos a la falta de sue?o, la tensi¨®n acumulada o las largas jornadas debido a la visita del Papa. ¡°Nos sentimos muy incomprendidos. Si no podemos imponer nuestra autoridad, que no nos lleven. Si el problema es sociopol¨ªtico, arr¨¦glenlo en una mesa¡±, se queja Emilio Mart¨ªn, portavoz de UFP.
La identificaci¨®n del agente "es vital para rendir cuentas", dice Amnist¨ªa
El SUP ha recordado que la polic¨ªa carece de un protocolo de actuaci¨®n para evitar los abusos de sus agentes. Togores matiza que el manual de actuaci¨®n es suficiente para que sepan c¨®mo actuar en las situaciones comprometidas. En las intervenciones policiales sobre orden p¨²blico suelen primar los criterios pol¨ªticos sobre los policiales. Un jefe superior de la polic¨ªa detalla: ¡°El delegado del Gobierno te dice que tienes que disolver y reestablecer el orden. ?Eso se consigue pidi¨¦ndolo por favor? Dicho esto, nunca te interesa tener un mohicano que se lance tras los manifestantes. La mejor intervenci¨®n es la que no se hace. Es un trabajo muy jodido¡±.
En cuestiones de orden p¨²blico prima lo pol¨ªtico frente a lo policial
Las concentraciones del 15-M se han movido en estos tres meses en el borde de la legalidad. Y a veces esta se ha sobrepasado. Concentraciones en Sol y frente al Congreso de los Diputados no autorizadas por la Delegaci¨®n del Gobierno, as¨ª como los incidentes que bloquearon el Parlamento de Catalu?a hicieron a muchos dudar sobre el trato dispensado por el Gobierno. Se multiplicaron las acusaciones de ben¨¦volo e intransigente. Y entre ambos adjetivos se han movido los mandos policiales, que se quejan de haberse visto en un fuego cruzado de intereses pol¨ªticos e indecisiones provocadas por el claro apoyo social y medi¨¢tico con que contaban los indignados.
¡°No es l¨®gico restringir la libre circulaci¨®n de personas en la Puerta del Sol, eso es ilegal. No es soluci¨®n. Tiene que haber mejores protocolos de actuaci¨®n. Los mandos te ordenan, pero si te denuncian el responsable eres t¨². Aunque los polic¨ªas finalmente condenados son muy pocos¡±, destaca un agente antidisturbios que pide el anonimato.
Las cargas de los Mossos d¡¯Esquadra realizadas en la plaza de Catalu?a coparon las portadas de los diarios en mayo y junio, y supusieron un punto de inflexi¨®n. Desde entonces, los Mossos han revisado sus m¨¦todos. El S¨ªndic de Greuges (Defensor del Pueblo catal¨¢n) recibi¨® 430 quejas (20 de ellas acompa?adas de partes de lesiones), censur¨® el uso ¡°desproporcionado de la fuerza¡±, recomend¨® la creaci¨®n de un grupo de mediaci¨®n policial y denunci¨® la carencia de formaci¨®n psicol¨®gica de los agentes. ¡°La resistencia pasiva es muy medi¨¢tica, la imagen es muy contundente y afecta mucho a los cuerpos policiales¡±, afirma Manel Prat, director general de los Mossos. ¡°Ya reconocimos errores en su d¨ªa, pero fue coyuntural. No somos especialmente violentos, pero s¨ª tenemos mayor contestaci¨®n social. Aunque esto forma parte de la idiosincrasia del pueblo catal¨¢n¡±, a?ade. Prat recuerda c¨®mo intentaron seis veces pactar con los indignados soluciones al enfrentamiento, pero la respuesta fue que estos no disponen de l¨ªderes, al ser un movimiento horizontal.
Jordi S¨¢nchez, adjunto general al S¨ªndic de Greuges, censura la ¡°desmesurada¡± actuaci¨®n policial en el desalojo de la plaza de Catalu?a del 27 de mayo, pero tambi¨¦n la ¡°violencia expl¨ªcita¡± de los manifestantes contra ciudadanos y parlamentarios en el posterior bloqueo del Parlamento el 15 de junio. ¡°La polic¨ªa tiene que estar capacitada para afrontar las nuevas din¨¢micas que se pueden estar produciendo. Ya sean seudoguerrillas o movimientos no violentos¡±, razona.
Las manifestaciones con eco medi¨¢tico como la marcha laica se han convertido en un plat¨® repleto de c¨¢maras profesionales, pero tambi¨¦n diminutas. Carles Geli, profesor de Antropolog¨ªa de la Universidad de Lleida, apunta: ¡°En el fondo se est¨¢ redefiniendo el espacio p¨²blico. Todos se convierten en periodistas. Cuando cualquier sujeto puede ser un informador lo veo positivo, es un control formal. La cuesti¨®n es c¨®mo regular esa deontolog¨ªa social, porque polic¨ªa y manifestantes deben autorregularse¡±.
Al margen de los juzgados, el Defensor del Pueblo no ha notado un incremento o descenso en las denuncias por abusos policiales. De momento, la entidad mantiene una investigaci¨®n en marcha que afecta a todas las cargas registradas en Madrid y Barcelona este a?o. Ante los excesos, el soci¨®logo Javier Elzo, aboga por la educaci¨®n ¨¦tica: ¡°Debemos rechazar una conducta no porque est¨¢ la polic¨ªa, sino porque es ¨¦ticamente injustificable. Esa es la fuerza del 15-M. Saben que tienen que plantear argumentos y funcionar con el uso de la raz¨®n. Y eso les ha protegido de los grupos violentos¡±.
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