Problema constituyente

Probablemente en la pr¨®xima legislatura vamos a encontrarnos de nuevo con el problema de naturaleza constituyente de la inserci¨®n de Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco en el Estado espa?ol.

En el caso de Catalu?a, el origen del problema est¨¢ en el fracaso de la respuesta que a dicha inserci¨®n se le intent¨® dar mediante la reforma del Estatuto de autonom¨ªa. La reforma estatutaria se realiz¨® cumpliendo escrupulosamente el procedimiento previsto tanto por la Constituci¨®n como por el Estatuto. Se aprob¨® por la mayor¨ªa cualificada en el Parlamento proponente y se pact¨® el contenido de la propuesta con la Comisi¨®n Constitucional del Congreso de los Diputados, siendo aprobado dicho pacto por las Cortes Generales primero y por el cuerpo electoral catal¨¢n en refer¨¦ndum despu¨¦s. A pesar de ello, el Tribunal Constitucional consider¨® que el pacto entre los dos Parlamentos sometido a refer¨¦ndum era anticonstitucional en aspectos relevantes. La inserci¨®n de Catalu?a en el Estado no puede producirse de acuerdo con la voluntad manifestada por los catalanes en el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa, sino que tiene que hacerse en unos t¨¦rminos considerablemente distintos impuestos por el Tribunal Constitucional. As¨ª es como est¨¢ resuelto el problema en este momento.

No creo que pueda sorprender a nadie que la consecuencia de la decisi¨®n del Tribunal Constitucional fuera situar al nacionalismo convergente fuera del consenso constituyente de 1978. Si nuestra voluntad expresada a trav¨¦s del procedimiento previsto en la Constituci¨®n y en el Estatuto no cabe en la Constituci¨®n, no podemos considerar la Constituci¨®n como propia. La reciente reforma de la Constituci¨®n ha venido a reafirmarlo en esa nueva posici¨®n. As¨ª lo ha dicho en repetidas ocasiones el president de la Generalitat, la m¨¢s reciente en el acto de celebraci¨®n de la Diada en la Residencia de Estudiantes el pasado 12 de septiembre. Y as¨ª lo ha dicho tambi¨¦n en el Congreso de los Diputados el portavoz del grupo parlamentario de CiU, Duran Lleida. Una vez alterado el pacto entre el Parlamento de Catalu?a y las Cortes Generales refrendado por el cuerpo electoral catal¨¢n por la decisi¨®n del Tribunal Constitucional y una vez reformada la Constituci¨®n de la forma en que ha sido reformada, el nacionalismo convergente catal¨¢n ha pasado a considerar la Constituci¨®n como algo que se le impone desde fuera.

Independientemente de que se est¨¦ de acuerdo o no con la sentencia del Tribunal Constitucional, el hecho cierto es que en Catalu?a muy mayoritariamente no se est¨¢ de acuerdo con la respuesta que a partir de dicha sentencia se da a la inserci¨®n de Catalu?a en el Estado. La pr¨®xima legislatura es la primera que se va a abrir con una Catalu?a que mayoritariamente no se siente comprometida con la Constituci¨®n en lo que a su lugar en el Estado se refiere.

En el Pa¨ªs Vasco la reincorporaci¨®n de la izquierda abertzale al proceso electoral en el pasado mes de mayo ha alterado significativamente el mapa pol¨ªtico. Es previsible que dicha alteraci¨®n se vea confirmada en las pr¨®ximas elecciones generales y m¨¢s todav¨ªa en las elecciones auton¨®micas que se celebrar¨¢n un poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s. Da toda la impresi¨®n de que la mayor¨ªa parlamentaria PSOE-PP, que sustenta al Gobierno presidido por Patxi L¨®pez, va a dar paso a una mayor¨ªa nacionalista, que, no se puede olvidar, aprob¨® una reforma del Estatuto de Gernika, cuyo eje central era el llamado derecho a decidir. Dicha reforma no pas¨® el filtro del tr¨¢mite de toma en consideraci¨®n en el Congreso de los Diputados.

El asunto territorial volver¨¢ a plantearse a lo largo de la pr¨®xima legislatura

Ahora mismo no se est¨¢ hablando de este tema, porque hay otros m¨¢s urgentes que est¨¢n ocupando la agenda pol¨ªtica. Pero una vez que se acepte de forma generalizada la tesis del lehendakari de que ¡°el terrorismo, tal y como lo hemos conocido en Euskadi, ha terminado para siempre¡± y como consecuencia de ello, quede consolidada la participaci¨®n pol¨ªtica de la izquierda abertzale y su ocupaci¨®n de posiciones de Gobierno, es pr¨¢cticamente seguro que se volver¨¢ a plantear la revisi¨®n de la respuesta del Estatuto de Gernika a la inserci¨®n del Pa¨ªs Vasco en el Estado que, previsiblemente, volver¨¢ a girar en torno al derecho a decidir.

El problema territorial va a volver a plantearse a lo largo de la pr¨®xima legislatura. Y lo va a hacer en un momento en el que se ha producido un deterioro perceptible en el prestigio del Estado en general y en el del Estado de las Autonom¨ªas en particular. Me parece que se deber¨ªa ir pensando seriamente en una reforma constitucional que abordara el problema de frente y no como lo hicimos en 1978.