Reino Unido, lo m¨¢s opuesto al modelo espa?ol
En las elecciones brit¨¢nicas en cada circunscripci¨®n se elige a un solo candidato Las pol¨¦micas locales pueden llegar a decidir el esca?o
Las campa?as electorales brit¨¢nicas son pr¨¢cticamente todo lo opuesto a lo que ocurre en las espa?olas. En Espa?a no existe campa?a local porque no hay candidatos locales. Los candidatos forman parte de listas cerradas en circunscripciones provinciales en las que rara vez hay asuntos locales que condicionen la campa?a. En Reino Unido, en cambio, en cada circunscripci¨®n se elige a un solo candidato y las pol¨¦micas locales pueden llegar a decidir el esca?o.
Los candidatos se pasan gran parte de la campa?a visitando a los electores para pedirles el voto personalmente. Sus visitas no son improvisadas: el candidato sabe muy bien la composici¨®n ideol¨®gica de cada barrio que visita y los problemas que afectan a los vecinos. La campa?a es especialmente intensa en las llamadas circunscripciones marginales: aquellas en las que el esca?o depende de un pu?ado de votos. Los partidos se gastan en ellas casi todo el dinero de que disponen y el l¨ªder las visita personalmente, a veces varias veces.
Tambi¨¦n hay grandes diferencias a nivel nacional. En Espa?a, la campa?a gira en torno a la propaganda: carteles colgados de las farolas, vallas publicitarias, anuncios en prensa y televisi¨®n. Los candidatos recorren el pa¨ªs para pronunciar grandes m¨ªtines que se coordinan para que el mensaje fuerte salga en directo en los telediarios y domine la prensa al d¨ªa siguiente.
En la campa?a brit¨¢nica apenas hay vallas publicitarias o anuncios en los medios y tampoco grandes m¨ªtines. Cada d¨ªa empieza con una rueda de prensa de cada uno de los partidos en la que, casi siempre, est¨¢ el candidato a primer ministro. Cada partido intenta lanzar aqu¨ª el mensaje fuerte del d¨ªa: hoy la reforma de la sanidad, ma?ana fiscalidad, etc¨¦tera.
Los candidatos se van despu¨¦s a patearse el pa¨ªs, pero no para pronunciar grandes m¨ªtines sino para apoyar a los candidatos locales, tener encuentros m¨¢s o menos preparados con votantes en una f¨¢brica, en un hospital o en una escuela. El candidato corre siempre el peligro de que un votante le pregunte algo comprometedor delante de una c¨¢mara.
Otra gran diferencia con Espa?a es que no hay tradici¨®n de debates televisados entre los l¨ªderes. En las elecciones de 2010 se celebraron debates por primera vez y sirvieron para lanzar el fen¨®meno de Nick Clegg. Un globo que empez¨® a deshincharse en las urnas y sali¨® volando tras unos meses de Gobierno de coalici¨®n.
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