Am¨¦rica Latina, muy atenta a la pol¨ªtica del nuevo presidente hacia Cuba
Pese a sus diferencias, Brasilia, Caracas o Buenos Aires coinciden en no querer meter prisa a la isla para que introduzca cambios democr¨¢ticos
La actitud que mantenga el Gobierno elegido el 20-N respecto al r¨¦gimen de Castro y a las relaciones entre Cuba y la Uni¨®n Europea es, probablemente, el ¨²nico cap¨ªtulo potencialmente conflictivo entre Espa?a e importantes capitales latinoamericanas, como Brasilia, Caracas o Buenos Aires, que difieren mucho entre s¨ª pero que coinciden en no querer meter prisa a Cuba para que introduzca cambios democr¨¢ticos.
La mayor¨ªa de los actuales Gobiernos latinoamericanos, dado su car¨¢cter progresista, tienen una mayor afinidad con los socialistas espa?oles y con sus planteamientos con respecto al r¨¦gimen de La Habana. Es conocido el rechazo que provoc¨® en buena parte de Am¨¦rica Latina la pol¨ªtica del entonces presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar respecto a Cuba y el tema sigue preocupando en muchas capitales de la regi¨®n. Aznar es un frecuente visitante en buena parte de esos pa¨ªses, donde pronuncia conferencias y mantiene discretas reuniones con medios pol¨ªticos y empresariales.
La aversi¨®n al PP que manifestaron en su d¨ªa los sucesivos Gobiernos Kirchner, por ejemplo, no implica un posible deterioro de las relaciones con un Ejecutivo presidido por Rajoy. Lo mismo suced¨ªa con la derecha chilena y la llegada al poder del presidente Sebasti¨¢n Pi?era que no ha afectado a las buenas relaciones entre los dos pa¨ªses, en un momento especialmente dulce. Buenos Aires no soportaba al colombiano ?lvaro Uribe, y ahora mantiene estupendas relaciones con su sucesor, Juan Manuel Santos.
Tampoco es previsible ning¨²n cambio en las excelentes relaciones de Madrid y Brasilia, a todos los niveles. De hecho, el PSOE ha mantenido institucional e hist¨®ricamente m¨¢s contactos con el Partido de la Social Democracia Brasile?a, de Fernando Henrique Cardoso, que con el Partido de los Trabajadores, de Lula o de Dilma Rousseff. Venezuela es un caso diferente, pero el pa¨ªs est¨¢ muy ensimismado con la enfermedad de Hugo Ch¨¢vez y con sus problemas internos, como para que un cambio pol¨ªtico en Espa?a despierte preocupaci¨®n.
La mayor¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanos sigue con inquietud los acontecimientos en Espa?a, no tanto por sus repercusiones pol¨ªticas como por las posibles consecuencias de la crisis econ¨®mica en empresas espa?olas que realizaron entre 1990 y 2010 cuantiosas inversiones, hasta convertirse en el segundo pa¨ªs inversor directo en la regi¨®n, solo por detr¨¢s de EE UU. Espa?a, que se propuso en un momento dado en Am¨¦rica Latina como modelo de crecimiento, con los alabados Pactos de la Moncloa y su exitosa Transici¨®n, sufre ahora, sumida en la crisis y con una fort¨ªsima pol¨ªtica de ajuste, una notable perdida de influencia pol¨ªtica en todo el continente.
Por el contrario, para algunas de las principales empresas espa?olas sus operaciones latinoamericanas se han convertido en la parte esencial del negocio: el banco Santander ten¨ªa ya en 2010 m¨¢s del 35% de su negocio en Brasil y el BBV, cerca del 50% en toda Am¨¦rica Latina. La filial argentina de Repsol, YPF, aportaba casi el 40% de los beneficios y lo mismo le ocurre a Telef¨®nica en el conjunto de la regi¨®n. Las multinacionales espa?olas aseguran que lo ¨²nico que desean es que el nuevo Gobierno espa?ol conozca bien los datos y los expedientes pendientes en Am¨¦rica Latina e insisten, en general, en que su principal preocupaci¨®n no es Am¨¦rica Latina, sino la falta de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola y el papel del nuevo jefe del Gobierno dentro de la UE.
El nuevo Gabinete espa?ol tendr¨¢ que esforzarse para consolidar las Cumbres Iberoamericanas, reuniones de jefes de Estado y de Gobierno de los 22 pa¨ªses de la regi¨®n, impulsadas desde 1991 por Espa?a. En la ¨²ltima convocatoria, celebrada el pasado octubre en Asunci¨®n (Paraguay), excusaron su presencia la mitad de los mandatarios, un hecho que hizo sonar las alarmas en Madrid, aunque fuera cierto, como resalta la diplomacia espa?ola, que esos mismos jefes de Estado y de Gobierno tampoco asistieran a una posterior reuni¨®n de UNASUR (Uni¨®n de Naciones Suramericanas), dos d¨ªas despu¨¦s, en la misma capital. En cualquier caso, el nuevo Gobierno deber¨¢ emplearse a fondo para evitar que algo parecido ocurra en la pr¨®xima Cumbre, que organiza Espa?a y que tendr¨¢ lugar en 2012 en C¨¢diz, coincidiendo con el bicentenario de la Constituci¨®n de 1812.
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