Una fiesta de militares
Miembros de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica fueron los primeros en celebrar el D¨ªa de la Constituci¨®n cuando la fiesta nacional ni siquiera exist¨ªa
Todo empez¨® a finales de noviembre de 1979, al llegar el primer aniversario de la Constituci¨®n, cuando los miembros de la UMD y otros militares dem¨®cratas organizaron una cena de celebraci¨®n de la Carta Magna, a la que pod¨ªan asistir militares y civiles, siendo la cabeza visible el Comandante de Ingenieros Bernardo Vidal Garc¨ªas. A esta cena de origen militar asistieron miembros de los Ej¨¦rcitos de Tierra, Mar y Aire, y fue el primer acto que se hizo en Espa?a como D¨ªa de la Constituci¨®n y se mantuvo hasta que el Estado espa?ol, a los cinco a?os de su vigencia, declar¨®, por Real Decreto 2964/1983, el 6 de diciembre como D¨ªa de Fiesta Nacional en honor de la Constituci¨®n.
Aquella primera fiesta de los espa?oles se celebr¨® en condiciones de clandestinidad, ya que el restaurante en que se hizo, mantuvo las luces semiapagadas y todos los asistentes estaban comprometidos a no publicar el acto en los peri¨®dicos. No se consigui¨®. El capit¨¢n de Caballer¨ªa Jos¨¦ Luis Pitarch Bartolom¨¦, licenciado en periodismo, no pudo resistir la tentaci¨®n y dio la noticia a Diario 16. El resultado fue la activaci¨®n de los servicios de informaci¨®n de la dictadura, que tuvo sus consecuencias, pero gracias a la filtraci¨®n (y al periodista que la cont¨®), hoy podemos dar fe del acto.
Esta clandestinidad de la primera fiesta ten¨ªa un origen jur¨ªdico ya que el desarrollo de la Constituci¨®n s¨®lo se hab¨ªa iniciado y estaban vigentes, por tanto, la mayor¨ªa de las leyes de la dictadura. El car¨¢cter pol¨ªtico de la cena fue muy breve: a la hora del brindis, Bernardo Vidal, como primer organizador de la cena, levant¨® su copa y dijo a voz en grito: ¡°?La UMD ha muerto. Viva la Constituci¨®n!¡±. Y todos los presentes respondieron con el primer viva a nuestra Carta Magna. (Bernardo Vidal muri¨® el 11 de Enero de 1981, antes del 23F, en un accidente de tr¨¢fico en una calle de Madrid).
La segunda cena fue organizada por el teniente coronel de Infanter¨ªa diplomado de Estado Mayor Eduardo Fuentes G¨®mez, que antes del 6 de diciembre recibi¨® una llamada de los servicios de informaci¨®n para que se presentase ante los mismos, con el fin de aleccionarlo en relaci¨®n con la segunda cena. Fuentes hizo caso omiso de las instrucciones recibidas y busc¨® un restaurante enorme, situado en el antiguo edificio Windsor de Madrid, con capacidad para m¨¢s de doscientas personas. Fue un fracaso estrepitoso. El servicio de informaci¨®n hab¨ªa advertido a las unidades que los que asistieran al acto afrontar¨ªan consecuencias desagradables. Quedaron, por tanto, muy pocos comensales. Y los militares tuvieron que ayudar a los organizadores a la hora de pagar la factura.
La tercera cena tuvo por organizadores al comandante de Infanter¨ªa Javier Perote Pell¨®n, al capit¨¢n de Infanter¨ªa Rafael Tejero Casaj¨²s y al capit¨¢n de Ingenieros Jos¨¦ Manuel Altozano Foradada. En esta cena el susto del 23-F ya hab¨ªa pasado y los servicios de informaci¨®n no molestaron, aunque hubo alg¨²n que otro incidente sin importancia. Por primera vez se hizo p¨²blica la cena, admiti¨¦ndose a comensales hasta que se lleg¨® al cupo m¨¢ximo. Por otra parte se contact¨® con la prensa invitando a todos los medios. Al d¨ªa siguiente, EL PA?S sac¨® el siguiente t¨ªtulo: ¡°Doscientos militares en activo se reunieron en un acto de afirmaci¨®n de la Constituci¨®n¡±.
En esta tercera celebraci¨®n, el discurso que se ley¨® no se refiri¨® a los compa?eros que estaban en prisi¨®n por el 23-F. Tampoco a los partidos pol¨ªticos. Fue un canto a la democracia, con continuados elogios a la Constituci¨®n, a Espa?a, al Rey y a la bandera. El elegido para leerlo fue el teniente coronel de Intendencia Alberto Herrero Saura. EL PA?S lo glosaba as¨ª: ¡°El teniente coronel que hizo uso de la palabra comenz¨® diciendo que en la reuni¨®n se conmemoraba ¡®una fecha trascendental para los destinos de nuestra Patria¡¯, que resumi¨® con la siguiente frase: ¡®La fecha en que el pueblo espa?ol se otorg¨® una Constituci¨®n que estableci¨® un Estado social y democr¨¢tico de derecho, instaur¨® una Monarqu¨ªa parlamentaria y se propuso el objetivo de alcanzar una sociedad democr¨¢tica avanzada¡¯.
¡®Nuestro pueblo ha querido¡¯, dijo a continuaci¨®n, ¡®que seamos nosotros, los militares, los que tengamos la honrosa misi¨®n de defender el libre ejercicio de su voluntad soberana, de la cual la Constituci¨®n es su m¨¢s alta y sublime manifestaci¨®n. Celebrar esta fecha es el motivo que aqu¨ª nos convoca, y ning¨²n otro. Estamos aqu¨ª porque queremos que la llama de la libertad no se extinga. Porque queremos entregar a nuestros hijos una Espa?a en la que puedan vivir sin complejos ni temores y lleguen a ser personas libres y responsables. Sabemos que la democracia est¨¢ amenazada y, por ello, todos estamos amenazados. Pero nuestra fe nos da confianza, porque nosotros creemos en la raz¨®n, en la justicia y en la convivencia¡¯.
¡®Este a?o, sin embargo, los medios de difusi¨®n han propiciado que el pueblo exprese lo que siente: nuestras calles y plazas est¨¢n engalanadas, los balcones y ventanas muestran colgaduras, la bandera, nuestra bandera, ha sido recuperada¡¯. Sigui¨® este teniente coronel sus palabras se?alando que ¡®en esta fiesta que hoy celebramos, no podemos dejar de pasar la ocasi¨®n sin hablar de aquel que nos manda, aquel que, por fortuna, dirige los destinos del pa¨ªs. No le halagamos con f¨²tiles lisonjas, pues no es necesario, ya que lo que m¨¢s le distingue y enaltece es que se considera uno de nosotros, y tiene tan presente que es un hombre como que es jefe de hombres. Por ello al Rey constitucional de Espa?a deseamos todo bien, hacemos votos por su felicidad personal y familiar, porque Dios le d¨¦ una larga vida, para que siga dirigiendo los destinos de Espa?a con el valor, serenidad y acierto con que hasta ahora lo ha hecho¡¯.
¡°Por ¨²ltimo¡±, prosegu¨ªa EL PA?S, ¡°se dirigi¨® a las personas que tienen responsabilidades de Gobierno para decirles que realizan una labor positiva, que las cotas de libertad en la convivencia alcanzadas son muy importantes y que las contradicciones y problemas internos de las organizaciones pol¨ªticas son normales en una democracia. ¡®Los militares procedemos del pueblo¡¯, precis¨®, ¡®y en el pueblo y con el pueblo nos integramos en la defensa de la Patria. Por ello, porque somos pueblo, nos sentimos identificados con vuestras preocupaciones, con vuestras penas, con vuestras satisfacciones y con vuestras esperanzas¡¯. ¡°Estas palabras¡±, continuaba la cr¨®nica, ¡°fueron seguidas de tres vivas, al Rey, a la Constituci¨®n y a Espa?a, respondidos con energ¨ªa por todos los asistentes. Previamente al discurso, que fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos, se leyeron los textos de los telegramas de solidaridad firmados por miembros del Ej¨¦rcito de Tierra, de la Marina de guerra y de Aire¡±.
Los siguientes a?os la tradici¨®n continu¨®, no sin cierta presi¨®n del Ministerio de Defensa para acabar con las cenas. Solo la dej¨® de ejercer cuando, finalmente, el Gobierno convirti¨® el d¨ªa 6 de diciembre en la fiesta nacional que, ahora s¨ª, todos los espa?oles celebramos. Pero cuando esta conmemoraci¨®n ni siquiera exist¨ªa, militares de los tres ej¨¦rcitos, pertenecientes a la perseguida UMD y al colectivo de militares dem¨®cratas, ya la festejaban. Y no sin cierto riesgo.
Jos¨¦ Manuel Altozano Foradada es coronel de Ingenieros y doctor en Derecho
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