Por una oposici¨®n ¨²til
El congreso del PSOE debe abordar las causas de la derrota y c¨®mo construir una alternativa al PP
Del proceso de elecci¨®n de delegados que culmina este fin de semana parece deducirse que la competici¨®n entre los dos candidatos a la Secretar¨ªa General del PSOE ser¨¢ re?ida y que en muchas federaciones, incluidas varias de las m¨¢s numerosas, existe una abierta divisi¨®n en las preferencias de los delegados. Un dato a tener en cuenta con vistas a los congresos regionales que seguir¨¢n al nacional y en los que, tras la p¨¦rdida de poder auton¨®mico por los barones tradicionales, existe el riesgo de entrar en un proceso de ajustes de cuentas y disgregaci¨®n que paralice al principal partido de la oposici¨®n durante meses decisivos. Cualquiera que sea el ganador (los resultados de ayer, aunque importantes, no son definitivos) deber¨ªa contar con el respaldo de todo el partido para ejercer su autoridad y contener esa din¨¢mica disgregadora.
Un congreso de partido no decide (o no solo, o no siempre) el programa electoral, sino la l¨ªnea pol¨ªtica. La cual, tras el 20-N, tendr¨¢ que incluir necesariamente un an¨¢lisis no rutinario de las causas de una derrota tan contundente, y una propuesta de pol¨ªtica de oposici¨®n adaptada a la situaci¨®n de crisis econ¨®mica y mayor¨ªa absoluta del PP. De eso deber¨ªa debatir el Congreso, y no solo de cuestiones de funcionamiento interno. Pero hay una cierta contradicci¨®n porque en teor¨ªa ambos candidatos deber¨¢n aplicar una misma pol¨ªtica, que es la incluida en la ponencia marco que se aprobar¨¢ con m¨¢s o menos enmiendas.
Entonces, ?en qu¨¦ consiste el debate entre los candidatos? El pudor impide hacerlo en t¨¦rminos de yo soy mejor que t¨², y el intento de un debate p¨²blico con contenidos pol¨ªticos ha sido cortado por el secretario de Organizaci¨®n, Marcelino Iglesias, que ha invocado el riesgo de enfrentamientos entre los candidatos que se trasladar¨ªa a la militancia. Pudo haberse elegido un sistema diferente al de las primarias, pero una vez asumido es inevitable debatir y confrontar posiciones, o esas primarias ser¨¢n un simulacro.
La cuesti¨®n no es la derrota sino su amplitud. Las dos ¨²ltimas mayor¨ªas absolutas han sido del PP, y la ¨²ltima del PSOE se produjo hace 23 a?os. Ya no es efectiva la llamada ¡°prima de antifranquismo¡± que permit¨ªa vencer por descalificaci¨®n del contrincante como heredero del franquismo. Y tampoco lo es el intento de prolongar aquel mensaje en el del miedo al PP. La cuesti¨®n a debatir es por qu¨¦ una mayor¨ªa conf¨ªa m¨¢s en ese partido para salir de la crisis pese a no haber planteado ninguna propuesta e incluso haber criticado las de ZP con las que coincid¨ªa. ?No ser¨¢ por la dificultad de Zapatero para cambiar de discurso (optimismo superficial, b¨²squeda de la imagen...), incluso cuando cambiaba de pol¨ªtica? ?O por una pol¨ªtica de alianzas como la que ahora critica Chac¨®n a prop¨®sito del tripartito catal¨¢n?
Se elige al jefe de la oposici¨®n, que deber¨¢ buscar un equilibrio entre la cr¨ªtica, la capacidad de propuesta y el consenso. Zapatero, mejor jefe de la oposici¨®n que presidente, habl¨® de oposici¨®n ¨²til. Lo fue la suya en temas como la pol¨ªtica antiterrorista, que era la m¨¢xima preocupaci¨®n de los ciudadanos. Ahora lo son el paro y la recesi¨®n y es aqu¨ª donde se comprobar¨¢ la utilidad de la oposici¨®n. La tentaci¨®n de pagar al PP con la misma moneda oponi¨¦ndose a sus medidas de ajuste no ser¨ªa lo m¨¢s inteligente para recuperar la confianza del electorado que se ha ido a la abstenci¨®n o al PP.
Un criterio esencial para elegir entre Chac¨®n y Rubalcaba es qui¨¦n puede encarnar con mayor solvencia esa pol¨ªtica de oposici¨®n. Ambos han sido ministros con Zapatero, y ambos buscan distanciarse. El ex de Interior mediante un regreso a f¨®rmulas socialdem¨®cratas cl¨¢sicas: crecimiento m¨¢s redistribuci¨®n, y recuperaci¨®n del apoyo de las clases medias. Chac¨®n se postula como soluci¨®n no provisional, lo cual puede ser una ventaja en v¨ªsperas de las elecciones, pero no acaba de decir qu¨¦ proyecto pol¨ªtico tiene para combatir la crisis desde la oposici¨®n.
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