Trajes de colores
?Subyace el temor de que Camps monte en c¨®lera y la l¨ªe en Valencia si los suyos del Gobierno, que ahora mandan en la Fiscal¨ªa, permiten el recurso al Supremo?
Hay tantos grises entre el color negro del veredicto del jurado de Camps y el blanco de las pruebas incriminatorias que parece obligado someter el asunto de los trajes de Valencia a la justicia profesional. Pero tan ciega se muestra la justicia en Espa?a que sucumbe imexorable a las primaveras pol¨ªticas, que son de colores, a veces demasiado chillones, como el deste?ido veredicto de los trajes.
Las fiscales anticorrupci¨®n del caso G¨¹rtel Conchita Sabadell y Mirian Segura, que siempre huyeron de tonalidades, han debido llevarse un disgusto al recibir la orden de no recurrir el fallo de los trajes. Tan convencidas estaban de que Camps cometi¨® un cohecho impropio que quiz¨¢s olvidaron que soplan nuevos vientos en Espa?a capaces de cambiar la pigmentaci¨®n de las prendas.
?Para qu¨¦ tantos meses de trabajo, informes y an¨¢lisis si luego llega el jefe, o el jefe del jefe, que ahora viste de azul Gallard¨®n, y echa el freno al recurso con el argumento de que ¡°no hay base jur¨ªdica¡± para elevarlo al Supremo? Eso en todo caso eso deber¨ªa decidirlo el Supremo. ?Por qu¨¦ privar a un tribunal profesional de que revise un fallo tan controvertido como el de Valencia? ?Para descargarlo de trabajo? ?O subyace el temor de que Camps monte en c¨®lera y la l¨ªe en Valencia si los suyos del Gobierno, que ahora mandan en la Fiscal¨ªa, permiten el recurso al Supremo? La misma instancia que, en 2010, orden¨® a Camps sentase en el banquillo por cohecho impropio luego que su ¡°m¨¢s que amigo¡± De la R¨²a le exonerase.
La inhibici¨®n de la fiscal¨ªa no ha pillado a traspi¨¦ al abogado que ha encarnado al PSOE en el juicio de los trajes, el profesor de Derecho Virgilio Latorre, el hombre del bistur¨ª rojo en el juicio de Camps. Hace semanas que se hizo a la idea de que este ¨²ltimo viaje lo har¨ªa solo.
No es f¨¢cil revocar la postura de un jurado popular, pero resulta tan irreverente el veredicto que sorprender¨ªa no agotar el proceso si no fuera porque la Fiscal¨ªa tambi¨¦n ha cambiado el color de su chaqueta. Falta por ver si la consigna de quietos parados se extender¨¢ al macrosumario de 400.000 folios que ha enviado el juez Pedreira a la Audiencia Nacional con medio centenar de imputados en las andanzas punitivas del cabecilla de la red G¨¹rtel, Francisco Correa. Un hombre de pin azul cuya salida de la c¨¢rcel se acerca y que tambi¨¦n sabe demasiado de gaviotas y trajes descoloridos.
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