La izquierda 'abertzale' rechaza la ¡°f¨®rmula Nanclares¡± para presos de ETA
Reclama que se aplique la ley vigente y que desaparezcan las medidas excepcionales para los presos de ETA
La izquierda abertzale, que est¨¢ terminando de perge?ar su estrategia sobre los presos de ETA, su principal reto en estos momentos, la plantea en dos fases. Una primera, que denomina de ¡°humanizaci¨®n¡±, que trata de materializar en el acercamiento de presos a las c¨¢rceles vascas, la excarcelaci¨®n de los enfermos y de quienes han cumplido tres cuartas partes de la condena. La segunda fase, que afectar¨ªa al conjunto de presos y huidos, implicar¨ªa alg¨²n tipo de reforma legal o acuerdo pol¨ªtico. En esta segunda fase no acepta la ¡°f¨®rmula Nanclares¡± como salida global a la situaci¨®n de los presos de ETA en el caso de que el Gobierno del PP est¨¦ dispuesto a adoptar medidas penitenciarias, como apunt¨® el martes el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez, en su primera comparecencia en el Congreso.
El futuro de los presos de ETA es uno de los aspectos que el Gobierno abordar¨¢ para lograr que la banda pase del cese definitivo al desarme y disoluci¨®n. Es una cuesti¨®n de Estado muy delicada por los problemas que plantea a las asociaciones de v¨ªctimas as¨ª como a sectores de la derecha, lo que ha empujado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a reclamar tiempo y discreci¨®n. Rajoy lo ha manifestado, tras reunirse en los ¨²ltimos d¨ªas con el lehendakari, Patxi L¨®pez, y el presidente del PNV, I?igo Urkullu.
El l¨ªder del PP vasco, Antonio Basagoiti, que la pr¨®xima semana se reunir¨¢ con Rajoy en la Moncloa, pretende alcanzar un pacto entre los tres principales partidos vascos, que marque un ¡°suelo democr¨¢tico¡±, con el reconocimiento del da?o causado, la reclamaci¨®n de la disoluci¨®n de ETA y de compromiso a la democracia, que sirva de referencia a la izquierda abertzale.
A su vez, la izquierda abertzale, que trabaja en las dos fases, la ¡°humanitaria¡± y la de mayor alcance penitenciario, calcula que la primera podr¨ªa resolverse con ¡°relativa rapidez¡± ya que es una cuesti¨®n de ¡°voluntad pol¨ªtica¡±, sobre todo por parte del Gobierno, que tendr¨ªa que limitarse a aplicar la ley vigente, desapareciendo las medidas excepcionales para los presos de ETA al igualarlas a los comunes.
En esta misma fase se enmarca el futuro del l¨ªder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, pendiente de una sentencia del Tribunal Supremo por el caso Bateragune, que se dirimir¨¢ esta primavera. Lo mismo suceder¨¢ con la revisi¨®n de la doctrina Parot, pendiente, a su vez, de una sentencia del Tribunal Constitucional, que no se decidir¨¢ hasta que se produzca su reforma.
Para el Gobierno del PP, esta primera fase ser¨¢ todo un test para comprobar hasta d¨®nde y a qu¨¦ ritmo puede avanzar ya que se espera una reacci¨®n negativa de un parte de sus apoyos electorales.
Pero la segunda fase que plantea la izquierda abertzale es m¨¢s complicada al requerir alg¨²n tipo de reforma legal o de acuerdo pol¨ªtico. La izquierda abertzale se hace eco de las propuestas del colectivo de presos de ETA que al rechazar la ¡°v¨ªa Nanclares¡± implica una reforma legal o pol¨ªtica.
Baraja varias f¨®rmulas alternativas a ¡°Nanclares¡±, desde un cambio legislativo hasta un pacto pol¨ªtico, pasando por una ley especial. Nanclares es la f¨®rmula a la que se han acogido una minor¨ªa de presos de ETA, expulsados de la banda, que asumieron las condiciones de la reforma del C¨®digo Penal y del reglamento penitenciario, reformadas en 2003 y que la izquierda abertzale califica de ¡°derecho penitenciario de excepci¨®n¡±.
El art¨ªculo 90 del C¨®digo Penal, que regula el acceso a la libertad condicional, y el 73 de la Ley General Penitenciaria, que regula la progresi¨®n de grado, reformados en 2003, exigen a los presos, adem¨¢s del rechazo a la violencia y el reconocimiento del da?o causado, la condena de toda su trayectoria y la delaci¨®n.
Tanto la izquierda abertzale como el colectivo de presos de ETA no est¨¢n dispuestos a asumir los dos ¨²ltimos extremos. Sin embargo, s¨ª estar¨ªan dispuestos a asumir el rechazo a la violencia y el reconocimiento del da?o causado. De hecho, la declaraci¨®n de Gernika, en la que est¨¢ incluida la izquierda abertzale y suscrita por el colectivo de presos de ETA, ya lo ha hecho. E incluso, previsiblemente, lo hagan de forma individual tanto la izquierda abertzale como el colectivo de presos de ETA.
La izquierda abertzale baraja varias f¨®rmulas alternativas para una posible soluci¨®n al problema. Una podr¨ªa consistir en una modificaci¨®n legal. Otra posibilidad que baraja ser¨ªa la promulgaci¨®n de una ley especial, como sucedi¨® en Irlanda con los presos del IRA. La tercera consistir¨ªa en llegar a un acuerdo pol¨ªtico.
Esta ¨²ltima f¨®rmula, llamada tambi¨¦n v¨ªa Bandr¨¦s-Onaindia, es la que en 1982 eligi¨® Euskadiko Ezkerra para poner punto final a la violencia de ETA pol¨ªtico-militar. El pacto pol¨ªtico exig¨ªa a los presos y huidos de ETA el compromiso de no regresar a la violencia para lograr su reinserci¨®n. Lo mismo sucedi¨® con la llamada v¨ªa Azkarraga, a la que se apuntaron, tambi¨¦n en aquellas fechas, algunos militantes de ETA militar.
La izquierda abertzale ya ha empezado a mover ficha y para ello lanza una nueva plataforma, Herrira, para afrontar este nuevo reto. La nueva plataforma trata de adaptar las reivindicaci¨®n de los presos de ETA a los nuevos tiempos, al margen de las estrategias partidistas del momento, como suced¨ªa en el pasado, seg¨²n fuentes de la izquierda abertzale. Su ¨²nico objetivo ser¨¢ lograr la salida de los presos de ETA cuanto antes. Y para ello tratan de lograr nuevas adhesiones.
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