Las razones de una oposici¨®n ¨²til
Tras la estrepitosa derrota del 20 de noviembre, el PSOE necesita recuperar credibilidad ante su electorado porque no est¨¢ garantizado que el desgaste lo capitalice a su favor
La gravedad de la crisis, iniciada en 2007, es de tal nivel que se ha llevado por delante a un Gobierno y a¨²n puede llevarse a algunos m¨¢s, sobre todo si se prolonga su duraci¨®n varios a?os m¨¢s ¡ªhay quien habla de hasta cinco para volver a las cotas anteriores a 2007¡ª. Un arrebato simplista pod¨ªa animar al primer partido de la oposici¨®n, al PSOE, a seguir una pol¨ªtica de tierra quemada en todos los frentes con el Gobierno, en correspondencia con la pol¨ªtica de oposici¨®n que le hizo el PP la pasada legislatura. Pero la situaci¨®n econ¨®mica es tan grave, con la confirmaci¨®n de una nueva recesi¨®n en Europa, que ante la cada vez menos descartable expectativa de que las cifras de paro en Espa?a alcancen los seis millones, es muy dif¨ªcil de entender, empezando por los propios parados, que el Gobierno y los partidos no traten de ponerse de acuerdo en los asuntos que m¨¢s afectan a crisis econ¨®mica.
Adem¨¢s, en el caso del PSOE, tras la estrepitosa derrota que sufri¨® el pasado 20 de noviembre, necesita recuperar credibilidad ante su electorado porque no est¨¢ garantizado, a priori, que el previsible desgaste del Gobierno de Rajoy lo capitalice a su favor. La encuesta de Metroscopia del pasado domingo muestra que, en este momento, el PSOE no es la primera referencia de oposici¨®n al Gobierno de Rajoy y que puede seguir cayendo si no acierta en su pol¨ªtica de oposici¨®n.
El primer paso para ello es hacer pol¨ªtica de Estado, ayudar al Gobierno a capear un temporal de unas dimensiones desconocidas desde la Segunda Guerra Mundial. Es lo que hizo y proclam¨® ayer el secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, tras su primera entrevista con el presidente Mariano Rajoy.
Con esta filosof¨ªa, la de la oposici¨®n ¨²til que Zapatero populariz¨® en 2000, Rubalcaba ofreci¨® ayer un amplio abanico de acuerdos a Rajoy en la pol¨ªtica econ¨®mica comunitaria ante la crisis (reclamaci¨®n de una pr¨®rroga en los compromisos de d¨¦ficit, actitud ante Grecia...), que extendi¨® a la reforma financiera y a la pol¨ªtica exterior, de defensa y gesti¨®n del final de ETA. Extendi¨® su compromiso a la renovaci¨®n institucional pendiente (Tribunal Constitucional, RTVE, Tribunal de Cuentas y Defensor del Pueblo).
Sac¨® del pacto la reforma laboral por razones obvias y el recorte del Gobierno en las pol¨ªticas sociales (ley del aborto, especialmente). En estos terrenos anunci¨® confrontaci¨®n. Pero hay que remontarse a 2000 para encontrar un referente tan mod¨¦lico de pol¨ªtica de oposici¨®n a un Gobierno. La crisis lo determina.
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