Arenas salva la cara y visualiza el respaldo un¨¢nime del partido para las andaluzas

Los populares han aprovechado un c¨®nclave en el que nada estaba en juego para lanzar la candidatura de Javier Arenas a la Junta andaluza, una instituci¨®n que se le ha resistido tres veces (1994, 1996 y 2008) y que, seg¨²n las encuestas, ahora est¨¢ al alcance de la mano. Celebrado en Sevilla con ese prop¨®sito, el programa oficial del 17? congreso del PP estaba concebido para subrayar la apuesta: Si Arenas gana en Andaluc¨ªa, el poder del partido ser¨¢ casi absoluto.

Ni siquiera ha ensombrecido este objetivo ¡ªla glorificaci¨®n electoral del andaluz¡ª el hecho de que Dolores de Cospedal haya quedado como la gran ganadora, al salirse con la suya y conseguir que no exista la figura del coordinador como pretend¨ªan los barones. Arenas mantiene su puesto en la vicesecretar¨ªa de Pol¨ªtica Territorial (el ¨²nico contrapeso a la secretaria general) y en las escenas finales de la clausura todo fueron alabanzas y lisonjas. Hasta lo empalagoso. Empezando por la propia Cospedal, que ha querido hacer notar, merced a la profusi¨®n de piropos enlatados, su apoyo sin condiciones el 25 de marzo.

El l¨ªder del PP andaluz no atesora m¨¢s poder, aunque los suyos inciden en que su ¨¢rea se refuerza tras aumentar sobremanera las alcald¨ªas y comunidades aut¨®nomas y, adem¨¢s, sube un escal¨®n en la preeminencia de vicesecretar¨ªas (antes la primera era Organizaci¨®n). Pero tampoco lo pierde. Sigue siendo una pieza clave de Mariano Rajoy, y este quiso dejarlo claro con los gestos, siempre tan importantes en pol¨ªtica, y lo situ¨® a su izquierda ¡ªa la derecha estaba Cospedal¡ª en las fotograf¨ªas y saludos triunfales.

Los andaluces aseguran que no han le¨ªdo el resultado del c¨®nclave como un retroceso, si bien son conscientes de que es inevitable que la proyecci¨®n que ha adquirido Cospedal nuble en cierto modo el foco de Arenas. Aunque no quieren ni o¨ªr hablar de pulsos quebrados.

Las expectativas de victoria en Andaluc¨ªa son enormes, con un PSOE hundido por la crisis, el abultado paro andaluz (1.200.000 personas) y el esc¨¢ndalo de los ERE. El dirigente andaluz ha estado hasta hace muy poco jugando a la baza de volver a la pol¨ªtica nacional, como hizo en 1996 cuando perdi¨® frente a Manuel Chaves contra pron¨®stico. Ahora no hay vuelta atr¨¢s. Si se queda a las puertas de la mayor¨ªa absoluta, y PSOE e IU forman un Gobierno de coalici¨®n, el margen de maniobra es escaso. Javier Arenas lo sabe. Est¨¢ convencido de que va a ganar. No obstante, siempre est¨¢ la duda. Y el v¨¦rtigo.

En el congreso se ha esforzado por transmitir a la organizaci¨®n andaluza que ir de favoritos no significar haber llegado a la meta, por mucho que lo digan los sondeos. Que no va a ser un paseo y no pueden relajarse en el ¨²ltimo momento, a¨²n m¨¢s con una multitud en la calle tronando por la reforma laboral y el negro futuro que pint¨® ayer el presidente Mariano Rajoy. Arenas trata de suavizar las duras medidas, de matizarlas, y repite como un mantra que el di¨¢logo social no est¨¢ muerto.

Rajoy quiso ayer que se viera que Javier Arenas tiene todo un Gobierno detr¨¢s.