Sevilla tiene un color especial
El congreso del PP fue un momento culminante rubricado por mayor¨ªas del 98% a favor de Rajoy
Sevilla tiene un color especial dice el estribillo de la canci¨®n de Los del R¨ªo y hemos vuelto a comprobarlo en las celebraciones del XVIII Congreso Nacional del Partido Popular del pasado fin de semana. Ha sido un momento culminante rubricado por mayor¨ªas del 98% a favor del l¨ªder de la formaci¨®n, Mariano Rajoy, que en sus alocuciones ha seguido la l¨ªnea de sembrar el desaliento para curarse en salud. Porque ha quedado claro que ni su reforma laboral va a crear empleo, ni su reforma del sistema financiero va a facilitar que fluya el cr¨¦dito. De manera que de aquella otra canci¨®n, la de Dale alegr¨ªa a tu cuerpo, Macarena no ha quedado ni rastro.
El Congreso sigui¨® la estela del XIV, celebrado tambi¨¦n en Sevilla el 16 de febrero de 2002, hace 10 a?os, cuando su l¨ªder a la saz¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue reelegido con el 99,6% de los votos mientras confirmaba que al concluir su segunda legislatura no volver¨ªa a presentarse a las elecciones generales marcadas para el 2004 aunque se abstuviera de revelar qui¨¦n figuraba como su sucesor en el cuaderno azul. Hubo que o¨ªr entonces al secretario general del partido, Javier Arenas, recordar que Aznar era el mayor activo del PP y pedirle que reconsiderara su decisi¨®n. Arenas subray¨® su compromiso personal con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, le agradeci¨® que hubiera renovado su confianza confirm¨¢ndole en el cargo y asegur¨® que su futuro pol¨ªtico estaba vinculado a lo que hiciera el presidente. A la usanza ib¨¦rica prometi¨® que ligaba su vida pol¨ªtica a la de Aznar de modo que si se retirara de la competici¨®n ¨¦l har¨ªa lo mismo, considerando terminado tambi¨¦n su servicio. L¨¢stima que las circunstancias se lo hayan impedido.
De las incertidumbres del congreso de Valencia en junio de 2008, cuando Mariano Rajoy comparec¨ªa con la segunda derrota a cuestas cosechada tres meses antes, la noche del 9 de marzo, no quedaba ni rastro. La reciente victoria por mayor¨ªa abrumadora permiti¨® al l¨ªder comparecer de manera muy distinta a c¨®mo hubo de hacerlo hace cuatro a?os en el balc¨®n de G¨¦nova, acompa?ado tan solo por P¨ªo Garc¨ªa Escudero, Manuel Pizarro y Elvira, su mujer. A partir de ese momento vino la traves¨ªa del desierto, porque, sin conceder tregua alguna, sus rivales, m¨¢s o menos emboscados, y la poderosa orquesta medi¨¢tica a su servicio se instalaron en la demanda sonora de dimisi¨®n, que pon¨ªa muy dif¨ªcil la asignatura a superar en Valencia. Entonces se consideraron muy valiosos todos los apoyos, incluidos los de Francisco Camps, el presidente de la Generalidad valenciana, que luego querr¨ªa hacerlos valer encastill¨¢ndose en una resistencia numantina, despu¨¦s de ser empurado en el caso G¨¹rtel con los trajes de Forever Young y sus trabillas italianas de exclusividad asegurada.
La actitud de Aznar parece invalidada porque repugna aceptar lecciones de quien evita la autocr¨ªtica
Pero Sevilla, el fin de semana pasado, ten¨ªa un color especial. All¨ª, se hubiera podido coincidir con El¨ªas Canetti cuando escribi¨® aquello de ¡°no se puede respirar, todo est¨¢ lleno de victoria¡±. La que se celebraba y las que todav¨ªa se preparan en las comunidades aut¨®nomas de Andaluc¨ªa y Asturias el domingo 25 de marzo. Toda la barah¨²nda de ponencias y enmiendas, de estatutos y propuestas, se evapor¨® de forma que la atenci¨®n se concentr¨® en escrutar la voluntad del Jefe. Todos los integrantes de la direcci¨®n nacional llegaron a Sevilla consider¨¢ndose en situaci¨®n de disponibles forzosos, por decirlo en t¨¦rminos castrenses. Todos, menos la secretaria general, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, empe?ada en renovar su designaci¨®n en ese puesto org¨¢nico. Es indudable que la pretensi¨®n de hacer doblete, sumando esas responsabilidades con las de presidenta de una comunidad aut¨®noma como la de Castilla-La Mancha, supone un desmentido a las afirmaciones de Rajoy sobre la necesidad de evitar que la llegada al Gobierno merme la atenci¨®n necesaria al partido. Estamos ante una incoherencia pero, una vez m¨¢s, Rajoy ha preferido ahorrarse el trabajo de decidir, confiado en que la realidad ignorada por Cospedal prepare su venganza.
El otro foco de atenci¨®n fueron los discursos al plenario. El del presidente de honor, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, resultaba a distancia, fuera de ambiente, muy dif¨ªcil de soportar. Su actitud prescriptora parece invalidada porque repugna aceptar lecciones de quien evita cualquier autocr¨ªtica cuando hierven los casos de sus elegidos como Jaume Matas o Carlos Fabra, cuando sigue formando parte del consejo remunerado del impresentable de Rupert Murdoch, cuando lleva ocho a?os dedicado a sembrar la desconfianza hacia Espa?a y su econom¨ªa y as¨ª sucesivamente. Mientras, urgente, vacun¨¦monos leyendo el Discurso de la servidumbre voluntaria de ?tienne de la Bo¨¦tie, que acaba de reeditar Trotta.
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