Todo por la ciencia (pero en precario)
Los recortes amenazan con bloquear la renovaci¨®n generacional de los investigadores, cuya edad media supera los 50 a?os Las ayudas tardan en pagarse y la norma es trabajar gratis al principio
Alba Gonz¨¢lez, de 26 a?os, prepara una tesis doctoral en el Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe (CIPF) de Valencia sobre la encefalopat¨ªa hep¨¢tica (una enfermedad neurol¨®gica). Percibe una beca de 980 euros que apenas le permite llegar a final de mes.
La crisis ha ahondado los problemas de precariedad que tradicionalmente han acompa?ado a los investigadores espa?oles. Las ayudas, que nunca han sido generosas, se retrasan, se recortan o se suspenden. La posibilidad de consolidar una carrera investigadora es cada vez m¨¢s remota. Y no parece que la reci¨¦n estrenada Ley de la Ciencia, la Tecnolog¨ªa y la Innovaci¨®n, aprobada en mayo de 2011, pueda revertir la situaci¨®n. La norma naci¨® con un claro objetivo que recoge desde su primer art¨ªculo: ¡°Fomentar la investigaci¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica¡± como factor esencial para impulsar la competitividad y la sociedad basada en el conocimiento, creando ¡°un entorno econ¨®mico, social, cultural e institucional favorable al conocimiento y a la innovaci¨®n¡±.
Sin embargo, las principales asociaciones de investigadores sostienen que todo son obst¨¢culos para alcanzar la ansiada nueva sociedad del conocimiento que deber¨ªa sentar las bases del desarrollo futuro de Espa?a. Primero fue la desaparici¨®n del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, degrad¨® el departamento y lo convirti¨® en la Secretar¨ªa de Estado de Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n, enmarcada en el Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad. Luego lleg¨® el anuncio a principios de legislatura de un recorte de 600 millones de euros que, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio, ser¨¢n 742 millones (531 en subvenciones y 211 en pr¨¦stamos). Ello supone un recorte del 8,65% respecto a 2011.
Esta medida ¡°ser¨¢ una bomba letal para el sistema de I+D+i en Espa?a¡±. Puede da?ar ¡°a corto y a largo plazo el ya muy debilitado sistema de investigaci¨®n espa?ol y contribuir¨ªa a su colapso¡±. Con este dramatismo se manifestaron la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a, la Federaci¨®n de J¨®venes Investigadores (FJI)-Precarios y la Plataforma Investigaci¨®n Digna, en una carta abierta dirigida al presidente del Gobierno que cuenta ya con m¨¢s de 36.000 adhesiones (23.000 cient¨ªficos de 80 pa¨ªses, entre ellos seis premios Nobel).
La Ley de Ciencia naci¨® para impulsar "la sociedad del conocimiento"
Antes de que se anunciara esta poda al tejido cient¨ªfico espa?ol, la situaci¨®n de partida ya era delicada. La inversi¨®n en I+D+i ya hab¨ªa ido sufriendo recortes en los ¨²ltimos a?os: un 4,2% en 2010 y un 7,3% en 2011. El ajuste del 8,65% previsto inicialmente para este a?o supone, pues, una clara progresi¨®n ascendente en los recortes. Con estas cifras, no parece f¨¢cil que Espa?a abandone el mediocre 18? lugar (de 27) que ocupa en la clasificaci¨®n de innovaci¨®n en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (con datos de 2010).
Tanto las entidades que agrupan a los investigadores como las sociedades cient¨ªficas se est¨¢n movilizando para advertir de las tr¨¢gicas consecuencias que tendr¨¢n los recortes despu¨¦s del desarrollo que ha tenido la ciencia en los ¨²ltimos decenios. La Real Sociedad Espa?ola de F¨ªsica advert¨ªa recientemente: ¡°Un retroceso en la investigaci¨®n no podr¨¢ compensarse despu¨¦s con a?os de fuerte inversi¨®n cuando la situaci¨®n econ¨®mica mejore¡±. ¡°La p¨¦rdida sostenida de j¨®venes investigadores requerir¨¢ muchos, demasiados a?os para subsanarse¡±, a?ad¨ªa.
La oferta de plazas p¨²blicas nuevas en centros de investigaci¨®n ha ca¨ªdo en picado. De 681 convocadas en 2007 para todos los niveles investigadores se ha pasado a 55 en 2011. ¡°La situaci¨®n es insostenible. El conjunto de todos los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n agrupa a 140 centros con [investigadores de] una edad media de m¨¢s de 50 a?os¡±, denuncian las entidades en su escrito. La renovaci¨®n generacional est¨¢ en punto muerto.
Respecto a las becas (ahora contratos), la situaci¨®n no es mucho mejor. Nunca ha estado bien pagado comenzar a dedicarse a la investigaci¨®n en Espa?a. El caso de Alba Gonz¨¢lez y sus 980 euros de beca de formaci¨®n de personal investigador (FPI) del Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad (antes Ciencia) es el habitual. Pero se puede considerar afortunada, dado el recorte de ayudas existente.
"La norma es empezar a trabajar sin cobrar", seg¨²n FJI-Precarios
Algunos de los casos m¨¢s sonados en la suspensi¨®n de becas han sido los sucedidos en prestigiosos centros como el Hospital Nacional de Parapl¨¦jicos de Toledo o el Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe (CIPF), que interrumpieron a mitad de tesis las ayudas doctorales de investigadores j¨®venes dej¨¢ndolos con los trabajos a medias. En este caso se trataba de ayudas financiadas por las comunidades aut¨®nomas.
Beatriz P¨¦rez, de 28 a?os, es una de las afectadas del CIPF. ¡°En un primer momento me negaron el acceso al centro, pero tras el cambio de director, pude volver a entrar¡±. Ello supone que podr¨¢ realizar los experimentos que le han solicitado de una revista cient¨ªfica para publicar sus trabajos y retomar su tesis, centrada en el papel de una prote¨ªna en el desarrollo de linfomas, un tipo de tumor. Pero sin cobrar. ¡°Trabajo gratis, la ¨²nica forma que tengo de acabar el doctorado¡±.
En Murcia, la Fundaci¨®n S¨¦neca, la agencia regional de ciencia y tecnolog¨ªa, pas¨® de convocar 49 becas predoctorales y 18 posdoctorales en 2009 a 18 y 16 en 2010, respectivamente. Las de 2011 a¨²n no han salido.
Los casos de Valencia y de Castilla-La Mancha, pero tambi¨¦n otros episodios como la eliminaci¨®n del Ministerio de Ciencia o los recortes presupuestarios, han traspasado las fronteras espa?olas y han merecido la atenci¨®n de algunas de las m¨¢s reputadas revistas cient¨ªficas, como Nature y Science.
Hay predoctorales que esperan m¨¢s de un a?o el dinero de las becas
En los art¨ªculos que las publicaciones han dedicado al tema, tambi¨¦n se han reflejado otras de las trabas denunciadas repetidamente por las asociaciones de investigadores: el retraso y los problemas burocr¨¢ticos tanto en el cobro y adjudicaci¨®n de las becas como en las ayudas para las estancias temporales en el extranjero, uno de los puntales del intercambio de conocimiento en ciencia.
Las becas m¨¢s prestigiosas (y con mayor demanda), las de formaci¨®n de profesorado universitario (FPU) que concede el Ministerio de Educaci¨®n, tampoco se han visto libres de problemas.
¡°La norma es comenzar a trabajar durante los primeros meses sin cobrar¡±, relata Ester Artells, de FJI-Precarios. ¡°Lo normal es acabar el curso antes del verano y entrar en el laboratorio en septiembre¡±, pero hasta enero ¡ªen el mejor de los casos, este a?o a¨²n no se han convocado¡ª no salen las ofertas de plazas, y no se resuelven hasta bien entrado el a?o. En Francia, ¡°en julio ya sabes si tienes beca, en septiembre firmas el contrato y en octubre ya est¨¢ cobrando¡±, indica Artells.
Consuelo Rubio Guerri, de 24 a?os, lleva a?o y medio en su tesis y a¨²n no ha comenzado a cobrar su FPU. A Rubio no le ha valido de nada ser premio extraordinario de carrera en Veterinaria (fue la segunda de su promoci¨®n), que curs¨® en la Universidad Complutense de Madrid. ¡°Vivo con un pr¨¦stamo de 500 euros mensuales [que espera devolver en cuanto empiece a recibir las ayudas] y he ido tirando con ayudas puntuales de mi director de tesis y de mis padres, aunque trato de evitarlo¡±, explica. ¡°En los momentos peores he echado el curr¨ªculo en Mercadona y Zara para trabajar media jornada y sacar algo de dinero¡±.
La oferta de plazas p¨²blicas en centros de investigaci¨®n ha ca¨ªdo en picado
Esta joven investigadora sab¨ªa lo que es dedicarse a la ciencia. Es hija de Consuelo Guerri, jefa del Laboratorio de Patolog¨ªa Celular del CIPF, que se hizo famosa el a?o pasado por destinar los 25.000 euros de un premio que reconoc¨ªa su trayectoria a contratar becarios (en la pr¨¢ctica, becario), en un momento en el que su centro de trabajo afrontaba un expediente de regulaci¨®n de empleo que acab¨® con la mitad de sus trabajadores.
Rubio Guerri entr¨® en septiembre de 2010 en el Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense para realizar una tesis sobre virolog¨ªa de los delfines. ¡°La oferta de becas de formaci¨®n de profesorado universitario (PFU) de 2010 sali¨® en enero de 2011. En febrero present¨¦ los papeles y en la primera lista preliminar, de octubre, no sal¨ª¡±. Hubo un error y 150 personas (hay 950 becas anuales) quedaron fuera. El proceso, que ya iba retrasado, a¨²n se posterg¨® m¨¢s. En noviembre del a?o pasado se subsanaron los errores. Consuelo Rubio ya aparec¨ªa entre los seleccionados, pero a¨²n tardar¨ªa en comenzar a cobrar. De hecho, a¨²n no ha recibido ni un euro. ¡°Desde el ministerio nos comentan que tendremos que esperar a abril¡±. Justo el mes en el que se le acaba el pr¨¦stamo. Desde la convocatoria de 2010 no ha salido ninguna m¨¢s. La pr¨®xima, que se debe publicar y gestionar en 2012, se ha retrasado por el cambio de Gobierno y problemas de gesti¨®n presupuestaria, indican fuentes del Ministerio de Educaci¨®n, que sostienen que estas ayudas no se reducir¨¢n.
Otro motivo de incertidumbre entre los j¨®venes investigadores tiene que ver con las ayudas para estancias de formaci¨®n en centros de investigaci¨®n extranjeros (entre tres y seis meses). Hasta esta semana no las ha anunciado el Ministerio de Econom¨ªa. "Los que las pidieron para los primeros meses no las han podido disfrutar" , explica Alba Gonz¨¢lez. Ella comienza en abril una estancia en el departamento de psiquiatr¨ªa experimental de la Universidad de Cambridge.
Tampoco funcionan adecuadamente las siguientes ruedas del engranaje de la incorporaci¨®n de los investigadores: los contratos posdoctorales Ram¨®n y Cajal (2.257 euros mensuales). Se crearon en 2001 para dar opci¨®n de estabilidad a los investigadores con experiencia e incorporar j¨®venes cient¨ªficos al sistema espa?ol de I+D+i. Un 90% de los investigadores que participaron en la primera convocatoria logr¨® establecerse permanentemente en Espa?a. Solo un 37% lo logr¨® en la convocatoria (de 2006), que conclu¨ªa en 2011. Son 250 y todo apunta a que este a?o se reducir¨¢n.
En este escenario de precariedad se suceden las ideas para buscar fondos que apoyen a la investigaci¨®n. Una de ellas consiste en incluir en la declaraci¨®n de la renta una casilla para destinar el 0,7% del IRPF a la ciencia. Tiene m¨¢s de 291.000 apoyos en Internet. M¨¢s all¨¢ de parches, el futuro de buena parte de los investigadores espa?oles pasa por el extranjero. A Ester Artells le ha ido bien. ¡°A los 10 d¨ªas de llegar a Marsella ya estaba trabajando, y pude elegir entre tres ofertas¡±. Tiene un contrato posdoctoral y trabaja en los laboratorios del Instituto Mediterr¨¢neo de Biodiversidad y Ecolog¨ªa Marina y Continental y en el Centro Europeo de Investigaci¨®n y Ense?anza de Geociencias Ambientales. ¡°Mi madre ten¨ªa raz¨®n. Me dijo ¡®estudia y llegar¨¢s lejos¡¯. De momento, ya he llegado a Francia¡±, apunta divertida.
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