La hoja de ruta de Rajoy descarrila
El fracaso en las andaluzas cambia los equilibrios de poder Bruselas traslada cada vez con m¨¢s claridad su inquietud Preocupa la deriva soberanista de Artur Mas
A pesar del caos y el sobresalto diario de un pa¨ªs en recesi¨®n, todo cuadraba cuando Mariano Rajoy lleg¨® al Gobierno. La estrategia estaba bastante clara. Primero, empezar con reformas cosm¨¦ticas, y dejar para despu¨¦s de las elecciones andaluzas el grueso de los recortes. Andaluc¨ªa fue siempre la clave de b¨®veda de Rajoy, la comunidad que abr¨ªa el paso al poder total y al hundimiento definitivo del PSOE. Todo se condicionaba a las andaluzas, en una estrategia muy evidente dise?ada por Rajoy con su principal asesor pol¨ªtico, Pedro Arriola, y Javier Arenas, ambos andaluces.
Las cosas empezaron a torcerse pronto. Las presiones de Europa y los malos datos del d¨¦ficit impidieron retrasar algunas decisiones clave: la subida de impuestos y la reforma laboral, a la que Arenas tanto tem¨ªa. Hubo que acelerarlas para ganar tiempo con Bruselas y Angela Merkel. Eso s¨ª, Rajoy resisti¨® el embate de Europa y s¨ª dej¨® los Presupuestos y los recortes en las autonom¨ªas, lo m¨¢s duro, para despu¨¦s de las andaluzas.
Todo cuadraba. La victoria en Andaluc¨ªa servir¨ªa para legitimar la pol¨ªtica dura y sobre todo lanzar¨ªa un mensaje clar¨ªsimo a Europa: Rajoy controla toda Espa?a, tiene todo el poder y adem¨¢s el apoyo de la gente.
Tanto el presidente como Arenas y casi todo el partido estaban seguros de que ese triunfo estaba hecho. El chasco ha sido monumental. Los ministros, barones auton¨®micos y dirigentes clave del PP se recuperan poco a poco del golpe an¨ªmico y empiezan a analizar la situaci¨®n. Con diversos matices, casi todos los consultados coinciden en una cosa: el panorama ha cambiado radicalmente. Gobernar en Andaluc¨ªa era clave en la hoja de ruta. Ahora habr¨¢ que readaptarla.
La posibilidad de tener un Gobierno hostil en Andaluc¨ªa, gobernado por un pacto con IU que obligar¨¢ adem¨¢s al PSOE a escorarse a la izquierda, preocupa mucho en La Moncloa. No solo por la batalla pol¨ªtica y el desgaste constante que eso significa. Tambi¨¦n por la imagen de Rajoy en Europa.
El PSOE, necesariamente, trasladar¨¢ su oposici¨®n a Andaluc¨ªa como antes el PP hac¨ªa oposici¨®n a Zapatero desde la Comunidad de Madrid, por ejemplo. Ya se vio en el ¨²ltimo Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera: Andaluc¨ªa fue la ¨²nica que vot¨® en contra del recorte de 15.000 millones a las autonom¨ªas.
El desgaste puede ser muy fuerte. Si el Gobierno promueve f¨®rmulas indirectas de copago, o cambios en Educaci¨®n, o en Dependencia, Andaluc¨ªa puede optar por otra v¨ªa y mostrar as¨ª una alternativa que deteriore a¨²n m¨¢s la imagen del Ejecutivo.
Andaluc¨ªa no es cualquier comunidad. Es la m¨¢s poblada de Espa?a, la que tiene m¨¢s parados y una de las m¨¢s dependientes de la econom¨ªa p¨²blica. Y es el coraz¨®n del PSOE. Los socialistas piensan aprovechar al m¨¢ximo esa inesperada derrota que sabe a victoria: ¡°Tenemos la impresi¨®n de que se ha terminado la sensaci¨®n de excepcionalidad con la que gobernaba el PP. Parec¨ªa que siempre podr¨ªan recurrir a las facturas pendientes del Gobierno de Zapatero. Ahora saben que los ciudadanos pueden castigarles¡±, se?ala un dirigente.
Tanto el Ejecutivo como el PP asumen que los 430.000 votos que los populares han perdido desde las generales hasta las andaluzas se deben sobre todo a las medidas del Gobierno. ¡°Una parte del voto de las pasadas generales era voto prestado para echar al PSOE y sobre todo anti-Zapatero, y est¨¢ claro que con los primeros 100 d¨ªas de Gobierno lo hemos perdido, probablemente para siempre¡±, resume un bar¨®n auton¨®mico.
Incluso algunos admiten que ha habido errores en la campa?a andaluza. ¡°Ten¨ªa que haber sido mucho m¨¢s local. Lo que no tiene sentido es que la foto de la campa?a sea Arenas rodeado de Crist¨®bal Montoro, el ministro de la subida de impuestos, y F¨¢tima B¨¢?ez, la de la reforma laboral¡±, sentencia otro.
Sin embargo, en el Ejecutivo est¨¢n convencidos de que el Gobierno andaluz no va a tener tanto margen como creen los socialistas. ¡°Andaluc¨ªa tendr¨¢ que recortar como todas las dem¨¢s y cerrar empresas p¨²blicas y despedir a gente. Pero no solo porque se lo pidamos nosotros o Bruselas. Es que si no lo hace, va a tener enormes problemas con los bancos para refinanciar su deuda. Y sin refinanciaci¨®n no puedes pagar a nadie, ni hacer pol¨ªtica social. Adem¨¢s, en ¨²ltimo extremo, nosotros podremos intervenirla con la nueva ley de estabilidad¡±, se?ala un miembro del Ejecutivo. En el Gobierno est¨¢n convencidos adem¨¢s de que la presencia de IU ser¨¢ un problema grave para el PSOE que tambi¨¦n le desgastar¨¢.
En cualquier caso, la principal preocupaci¨®n del Gobierno sigue estando en el d¨¦ficit y en los mercados. Rajoy sabe que ahora tiene que ser incluso m¨¢s duro que antes del fracaso en Andaluc¨ªa para ganar credibilidad en Europa. Varios miembros del Ejecutivo aseguran que los Presupuestos van a ser brutales, y no son m¨¢s que el principio. Porque despu¨¦s llegar¨¢ la presi¨®n a las autonom¨ªas y los cambios de leyes b¨¢sicas para permitirles que reformen, esto es, reduzcan, los principales servicios b¨¢sicos. Y m¨¢s tarde tambi¨¦n habr¨¢ privatizaciones, y destrucci¨®n de empleo p¨²blico. Esto es, tras las andaluzas, lejos de suavizar, Rajoy apretar¨¢ el acelerador.
¡°No hay margen para frenar nada. Si no cumplimos el objetivo, el riesgo de intervenci¨®n de Espa?a es real, y eso s¨ª que supondr¨ªa recortes descomunales. Ah¨ª ya no valen huelgas ni nada, porque ya no manda el Gobierno, mandan los t¨¦cnicos de Bruselas y esos no se presentan a elecciones¡±, se?ala un miembro del Ejecutivo.
Otro admite que en Bruselas estaban bastante preocupados por el resultado de las andaluzas, y seguramente ahora lo estar¨¢n m¨¢s.
All¨ª nunca gust¨® la t¨¢ctica de Rajoy de esconder los Presupuestos hasta las elecciones. Se consideraba una maniobra pol¨ªtica desleal. Ahora, los resultados se interpretan desde la capital de Europa como un rev¨¦s a esa estrategia del Gobierno espa?ol, muy se?alado ¨²ltimamente por la Comisi¨®n Europea y sus socios por su desaf¨ªo sobre las metas del d¨¦ficit, muy presionado por los mercados ante el negro panorama econ¨®mico y del sector financiero y, ahora, con un primer jir¨®n en el ampl¨ªsimo apoyo que cosecha el PP en la pol¨ªtica nacional, regional y local espa?ola.
Los resultados en Andaluc¨ªa, una comunidad con una poblaci¨®n similar a la de pa¨ªses como Austria o Suecia, a?aden una pizca de incertidumbre a las noticias que llegan desde Espa?a. ¡°La sorpresa en Andaluc¨ªa es evidente. Se daba por hecho un Gobierno del PP, que dejaba pr¨¢cticamente toda la Espa?a regional en manos de Rajoy. El control pol¨ªtico en todas las Administraciones sigue siendo casi absoluto, pero Andaluc¨ªa deja claro que el apoyo pol¨ªtico interno a recortes de gastos m¨¢s profundos simplemente no existe en la actualidad. Y esta misma semana hay huelga general y Presupuestos¡±, asegura una fuente diplom¨¢tica.
¡°El canciller Schr?der tuvo un problema similar en 2002: no pod¨ªa controlar realmente los l?nder. Hoy las circunstancias son otras, especialmente despu¨¦s de la experiencia con Berlusconi, que se especializ¨® en dar marcha atr¨¢s en algunos acuerdos: los socios europeos tienen eso muy fresco en la memoria, y eso no favorece a Espa?a¡±, se?ala Daniel Gros, director del think tank CEPS.
Por si todos estos problemas fueran pocos, el Ejecutivo tiene ahora otra inquietud: la deriva independentista en Catalu?a. El Gobierno quiere contar con CiU como socio preferente, porque le da m¨¢s credibilidad y porque con ella, si Andaluc¨ªa no les hubiera fallado, ten¨ªa el control pr¨¢cticamente de toda Espa?a. Pero ahora el PP catal¨¢n est¨¢ presionando a Rajoy para que vea que la deriva de la Converg¨¨ncia de Artur Mas va muy en serio. El choque de trenes, dicen, llegar¨¢ en octubre, cuando el presidente catal¨¢n d¨¦ un ultim¨¢tum sobre el llamado pacto fiscal. Rajoy no tiene el dinero que Mas le pide, y con ¨¦l la mayor¨ªa de los catalanes.
La hoja de ruta de Rajoy, por tanto, est¨¢ completamente descarrillada. Cuenta con una mayor¨ªa absoluta s¨®lida para recuperar las riendas, pero ya nadie niega que el panorama pol¨ªtico se le complica cada vez m¨¢s.
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