Interlocutores de m¨¢ximo nivel y posibilistas
Los seis nuevos portavoces de los reclusos etarras tienen un inequ¨ªvoco poder de decisi¨®n
Con pedigr¨ª en ETA, posibilistas como ide¨®logos influyentes en la ¨®rbita abertzale sobre un final negociado de la violencia y asentados sobre un inequ¨ªvoco poder de decisi¨®n. Bajo estas pinceladas se cobijan los seis nuevos interlocutores elegidos por el colectivo de presos etarras (EPPK), dispuestos a abrir los contactos con los Gobiernos espa?ol y franc¨¦s. Con autoridad expresa dentro de la banda terrorista, estos seis representantes han abanderado, al comp¨¢s de la izquierda radical, un intrincado tr¨¢nsito que les ha llevado desde la defensa de posiciones cruentas y de socializaci¨®n del dolor hacia la renuncia al terror y el abrazo a las v¨ªas pol¨ªticas.
Situados en el nivel m¨¢s alto de la aut¨¦ntica organizaci¨®n etarra que radica en las c¨¢rceles, lejos de la v¨ªa Nanclares a la que repudian, es ahora, al conocer el nuevo cuerpo negociador, cuando adquieren significada importancia los an¨¢lisis de coyuntura elaborados hace a?os por Mikel Antza Albisu o Jon Olarra, entre otros. No puede olvidarse para entender el significado de la apuesta negociadora que ahora idea ETA c¨®mo al ser detenido en 2004 Antza, entonces n¨²mero uno de la banda criminal, se le intervino entre la documentaci¨®n personal una planificaci¨®n pol¨ªtica hasta 2012 que pasaba por la previsi¨®n de un nicho electoral de Batasuna pr¨®ximo a los 300.000 votos (284.000 sufragios tuvo Amaiur en las ¨²ltimas generales) y de una doble negociaci¨®n con los Gobiernos de Madrid y Par¨ªs. Desde luego, sab¨ªa de qu¨¦ hablaba.
Con todo, los seis cualificados presos etarras asumen por obvia la dificultad del empe?o que persiguen tras soportar los ¨²ltimos seis a?os sin interlocuci¨®n alguna al otro lado de la mesa. En ese estado de ¨¢nimo no recurren a la exigencia sino al ofrecimiento al di¨¢logo, en un cambio de lenguaje que, sin duda, sorprende aunque el fundamento de su objetivo permanezca inalterable. Es, por otra parte, algo m¨¢s que un golpe de efecto aunque este anuncio se conozca en v¨ªsperas de un nuevo pulso en la calle mediante la manifestaci¨®n convocada para ma?ana por el Acuerdo de Gernika con el prop¨®sito de denunciar el inmovilismo del PP tras la renuncia de ETA a su terror. Y es que en las c¨¢rceles empieza a cundir una excesiva intranquilidad.
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