Tras los colmillos del elefante
Las grandes fortunas acuden a safaris en Botsuana para conseguir los trofeos m¨¢s preciados
Los datos biogr¨¢ficos de Johan Calitz (Pretoria, 1956) publicados en la p¨¢gina web de su compa?¨ªa de safaris dicen que ¡°dispar¨® a su primer elefante a la tierna edad de 14 a?os¡±. Corr¨ªa el a?o 1970. Calitz prob¨® luego suerte con la agricultura, pero su afici¨®n a la caza le llev¨® a convertirse dos d¨¦cadas m¨¢s tarde en un cazador profesional con una de las empresas m¨¢s importantes del sector. Gestiona casi un mill¨®n de hect¨¢reas de terreno de caza en Botsuana y sus lujosos campamentos ofrecen todo tipo de facilidades para quienes quieren hacerse con, por ejemplo, un elefante o un b¨²falo, dos de las especies que, junto a rinocerontes, leopardos y leones, conforman los cinco grandes de la caza, seg¨²n la jerga de los cazadores. La mayor¨ªa de sus clientes son gente adinerada. El lema de Johan Calitz Safaris es ¡°construyendo una leyenda, no solo una reputaci¨®n¡±.
En uno de los campamentos de Calitz, en la regi¨®n de Okavango Chobe, es donde el Rey se cay¨® la semana pasada. El monarca hab¨ªa acudido tras asistir a la misa de Pascua en la catedral de Palma, junto a su familia. El lunes 9 estaba ya en Botsuana para cazar elefantes, justo cuando comienza la temporada. Aterriz¨® en el aeropuerto de Maun y, de all¨ª, se dirigi¨® a uno de los campamentos de Calitz. D¨ªas despu¨¦s, durante la madrugada del viernes, se fractur¨® la cadera tras tropezar con un escal¨®n.
La Casa Real no ha confirmado a¨²n en compa?¨ªa de qui¨¦n estaba el Rey. Lo que s¨ª ha admitido es que el coste del safari hab¨ªa ido a cuenta de Mohamed Kayali, un empresario hispanosirio habitual compa?ero de cacer¨ªas del Rey Juan Carlos. Este tipo de viajes suele salir por m¨¢s de 40.000 euros, seg¨²n las tarifas de varios operadores.Kayali es la mano derecha en Espa?a del pr¨ªncipe Salman, ministro de Defensa de Arabia Saud¨ª, tambi¨¦n amigo del rey, y quien propici¨® el contrato de m¨¢s de 6.000 millones de euros para construir el AVE entre La Meca y Medina.
¡°Botsuana no es de los lugares m¨¢s caros para cazar. Resulta m¨¢s costoso en Tanzania o Zambia, por ejemplo¡±, dice Manuel Francisco Pariente Gavito, un mexicano aficionado a la caza. Pariente es empresario de refrescos en M¨¦xico y uno de los pocos cazadores que ha accedido a relatar a este peri¨®dico c¨®mo se caza un elefante en Botsuana. ?l lo hizo el 12 de abril de 2010, precisamente con la misma empresa de safaris que utiliz¨® el Rey.
La Casa Real ha confirmado que el empresario sirio Mohamed Kayali pag¨® el coste del safari
¡°Todo se hace de la manera m¨¢s deportiva y profesional¡±, cuenta Pariente. ¡°Se sale en un todoterreno a primera hora de la ma?ana. Luego te dejan en una zona y caminas todo el d¨ªa en compa?¨ªa del cazador profesional. Puedes pasarte andando muchos kil¨®metros sin que veas un solo ejemplar. En el grupo van un guarda del Gobierno y los rastreadores. Estos pueden saber por las huellas si el animal es macho o hembra. Solo se cazan los machos si son viejos. Cuando se alcanza la pieza, el cazador profesional y el guarda debaten sobre si el animal cumple los requisitos. Solo puedes disparar si ellos te dan permiso¡±. Pariente asegura que el mayor riesgo es el de ser embestido. Si se falla en el disparo, el cazador profesional est¨¢ preparado para hacer diana en la cabeza del animal. ¡°No tuve que solicitar la ayuda del gu¨ªa. Los colmillos del que cac¨¦ pesaban m¨¢s de 100 libras [45 kilos]¡±, dice orgulloso. ¡°Era un macho viejo. Tuve la suerte de cazarlo en los primeros d¨ªas, as¨ª que el resto del viaje lo dediqu¨¦ a hacer fotograf¨ªas y a disfrutar del entorno¡±.
La experiencia de Manuel Pariente fue difundida por la compa?¨ªa de Johan Calitz en una nota de prensa del 14 de abril de 2010. La empresa de safaris se?alaba entonces que su ejemplar era el m¨¢s grande de los que se hab¨ªan capturado desde que se hab¨ªa levantado la prohibici¨®n de cazar elefantes, en 1996. Al final de ese comunicado, la compa?¨ªa hablaba tambi¨¦n de Mohamed Kayali, el amigo sirio del Rey, a quien se le otorgaba el honor de haber cazado dos elefantes.
Pariente es consciente de que la imagen de la caza puede resultar dura para algunas sensibilidades, pero insiste en que la actividad est¨¢ regulada en Botsuana y es necesaria para la conservaci¨®n de la especie.
¡°Es una falsedad que cazar elefantes sea una carnicer¨ªa. Sugerirlo es mostrar ignorancia¡±, se?ala un portavoz de la Botswana Wildlife Management Association, una organizaci¨®n que promueve la conservaci¨®n de la vida salvaje. ¡°Matar ganado y cerdos en un matadero es mucho m¨¢s estresante para los animales y a¨²n as¨ª, los occidentales lo aceptan f¨¢cilmente¡±, explica el portavoz.
¡°Solo se dispara bajo la supervisi¨®n de un cazador profesional y un guarda¡±, dice un cliente de Johan Calitz Safaris
El Gobierno de Botsuana ha justificado esta semana que el pa¨ªs sea junto con Sud¨¢frica, Namibia y Zimbabue, uno de los que han permitido la caza de elefantes. Actualmente es el territorio con m¨¢s ejemplares, unos 155.000, y el n¨²mero sigue aumentando. La cuota de elefantes para Botsuana permitida por el Convenio Cites, que regula el comercio de especies protegidas, es de 400. Eso supone un 0,25% del total. La sobrepoblaci¨®n de elefantes es un problema para las autoridades. Los paquidermos destruyen ¨¢rboles de m¨¢s de 70 a?os que acaban con el h¨¢bitat de otras especies como jirafas y ant¨ªlopes.
¡°El elefante es una especie emblem¨¢tica para la conservaci¨®n de especies amenazadas¡±, opina Theo Oberhuber, coordinardor de campa?as de Ecologistas en Acci¨®n. ¡°Es cierto que en algunos pa¨ªses es necesario controlar sus poblaciones, pero la caza comercial no sirve para ello. Permitir la caza de elefantes en una zona supone incentivar el inter¨¦s por cazar esa especie, que globalmente est¨¢ en peligro de extinci¨®n¡±. Para la Botswana Wildlife Management Association, la industria de la caza, ha sido una soluci¨®n que ha dado beneficios a las poblaciones locales. ¡°Es necesario que estas se beneficien de los elefantes para que contin¨²en toler¨¢ndolos. Si no fuera as¨ª, los envenenar¨ªan. No se puede esperar que la gente viva con los elefantes solo porque Occidente no quiera matarlos¡±.
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