El Gobierno tiene otro problema

Ya no es solo la crisis econ¨®mica. El Gobierno tiene tambi¨¦n otro problema con algunas ¨¦lites de algunas asociaciones de v¨ªctimas y con su flanco pol¨ªtico m¨¢s radical que tratan de impedir el m¨¢s m¨ªnimo movimiento en la direcci¨®n de la reinserci¨®n de los presos etarras, que est¨¢ amparada nada menos que por la Constituci¨®n de 1978.

Y es que el programa del ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez, su primera iniciativa pol¨ªtica en el terreno penitenciario, tras el cese definitivo de ETA, hace ya seis meses, se limita a cumplir la legalidad. Su novedad radica en que los presos etarras pueden ser acercados a las c¨¢rceles de sus lugares de origen una vez que manifiesten su desvinculaci¨®n de la violencia y de su organizaci¨®n, lo que a su vez les permitir¨ªa acceder a un plan de reinserci¨®n. Es un paso respecto a lo que hab¨ªa en la medida en que el ministro ya no vincula el acercamiento de presos etarras a la disoluci¨®n de la banda.

Pero tambi¨¦n pod¨ªa haber optado por un acercamiento de presos a las c¨¢rceles vascas, sin m¨¢s, como Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar decidi¨®, de manera masiva, durante la tregua de ETA de 1999. Ese hubiera sido un gesto de normalidad ante un tiempo nuevo porque lo anormal es la dispersi¨®n actual de los presos etarras. Y es precisamente lo que le ped¨ªan el PNV y el PSE.

Desde esta perspectiva, la del Pa¨ªs Vasco, el Gobierno se queda corto. Pero desde la perspectiva de los sectores inmovilistas antes aludidos ha ido demasiado lejos. Hay que destacar, no obstante, que con esta medida el Gobierno expresa su voluntad de avanzar en la consolidaci¨®n del final de la violencia de ETA. Pero la reacci¨®n que ha tenido una medida tan legal y tan normal demuestra que el Gobierno tiene otro problema.