Rajoy da el primer paso

El 20 de octubre, Mariano Rajoy calific¨® de ¡°acontecimiento hist¨®rico¡± el anuncio de ETA de cese definitivo del terrorismo. Rajoy, que con esta actitud aval¨® la importancia de aquel cese ¡ªno una mera tregua¡ª frente a los sectores m¨¢s radicales de la derecha y de algunas ¨¦lites de las asociaciones de v¨ªctimas, se dej¨® convencer por el PP vasco. Pero no solo por ¨¦l. Dispon¨ªa tambi¨¦n de buena informaci¨®n procedente de su antecesor en el Gobierno; del presidente del PNV, I?igo Urkullu, y de empresarios vascos con los que ven¨ªa hablando desde hac¨ªa tiempo.

Pero ese reconocimiento, avalado por los hechos ¡ªen estos seis meses, ha cesado realmente toda actividad de ETA, seg¨²n confirman las Fuerzas de Seguridad del Estado¡ª, no hab¨ªa generado ninguna iniciativa por parte del Ejecutivo. Lo ¨²nico, el 22 de febrero, el partido del Gobierno tuvo un gesto, de car¨¢cter reactivo, al acordar con los dem¨¢s grupos parlamentarios su oposici¨®n a una iniciativa de Rosa D¨ªez para ilegalizar a Amaiur, la marca con que la izquierda abertzale se present¨® a las elecciones generales del 20-N.

El texto, acordado por el PP y la pr¨¢ctica totalidad de los partidos, se compromet¨ªa a propiciar la convivencia social sobre los principios que sustenta el Estado de derecho, un eufemismo que se refer¨ªa al abordaje de la reinserci¨®n de los presos etarras, una vez constatado el final definitivo de la violencia.

Desde entonces, el PNV y el PSE, sobre todo el lehendakari Patxi L¨®pez, han apremiado al PP vasco y a Rajoy a que avancen en una propuesta de reinserci¨®n as¨ª como en el acercamiento de los presos etarras y la excarcelaci¨®n de los enfermos para consolidar el final de ETA.

El apremio se ha intensificado al cumplirse, la pasada semana, el sexto mes del cese definitivo de ETA y cuando, adem¨¢s, la izquierda abertzale hab¨ªa pedido a los presos etarras, sumidos en un debate, que se acojan a la legalidad para facilitar su salida.

La presi¨®n del PNV y PSE ya tuvo un primer efecto con la introducci¨®n en la ponencia del PP vasco, con motivo del congreso que celebrar¨¢ en mayo, de un apartado en el que se aboga por la agilidad de la pol¨ªtica penitenciaria, dentro de la legalidad.

La novedad del plan de reinserci¨®n individual que ayer anunci¨® el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez, estriba en que los presos etarras, y otros condenados por terrorismo y crimen organizado, no tendr¨¢n que pedir perd¨®n ni comprometerse a colaborar con la justicia para poder ser trasladados a c¨¢rceles vascas. Tendr¨¢n que renunciar a la violencia y desvincularse de la organizaci¨®n armada. Es decir, da un paso en la flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria.

El plan, en la versi¨®n del ministro, origina un elemento de confusi¨®n al poner condiciones para acercar presos etarras a las c¨¢rceles del Pa¨ªs Vasco. El acercamiento es una potestad del Gobierno que no requiere ninguna condici¨®n para los reclusos, como puso de relieve Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cuando en la tregua de ETA de 1999 realiz¨® el traslado de m¨¢s de un centenar de etarras como gesto de distensi¨®n.

Pero pese a las limitaciones de esta primera iniciativa del Gobierno para consolidar el final de ETA, resulta importante porque manda el mensaje n¨ªtido a la sociedad de que va a abordar la reinserci¨®n de los presos de la banda para tratar de consolidar su final. Rajoy trata de ser coherente con su declaraci¨®n del 20 de octubre. Su iniciativa, previsiblemente, tendr¨¢ continuidad con otros pasos.

Tambi¨¦n dirige el mensaje a los sectores m¨¢s radicales de la derecha ¡ªuna vez m¨¢s Jaime Mayor encabeza el inmovilismo¡ª, y a las ¨¦lites de las asociaciones de v¨ªctimas, de que la pol¨ªtica antiterrorista la dirige el Gobierno y no otras instancias. Trata, asimismo, de tomar la iniciativa y de condicionar a la izquierda abertzale en el debate que han abierto los presos.

Es tambi¨¦n rese?able que el Gobierno haya logrado el apoyo de los principales partidos ¡ªPSOE, PNV, CiU...¡ª, y eso que el ministro no hab¨ªa acordado su iniciativa con ninguno de ellos. La oposici¨®n da as¨ª un ejemplo al PP al no utilizar el terrorismo como arma pol¨ªtica, en contraste con lo que este hizo con los Gobiernos socialistas.