Ponerles en su sitio

El 7 de septiembre de 1999, el ministro del Interior, Jaime Mayor, anunci¨® el acercamiento de 135 presos de ETA a las c¨¢rceles vascas para consolidar la tregua que la banda hab¨ªa declarado meses antes. Una tregua declarada a los tres meses de que ETA asesinara al edil del PP de Renteria (Gipuzkoa) Manuel Zamarre?o, el sexto concejal popular asesinado por la banda en un solo a?o.

Mayor, respaldado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tom¨® esa decisi¨®n de manera unilateral y cont¨® con el apoyo de todos los partidos sin que ninguna de las asociaciones de v¨ªctimas protestara. Todo el mundo entendi¨® que era una decisi¨®n que respond¨ªa a una pol¨ªtica de Estado para facilitar el final del terrorismo.

Hoy, 13 a?os despu¨¦s, otro Gobierno del PP, presidido por Mariano Rajoy, no ha decidido un acercamiento de presos a las c¨¢rceles vascas, como Mayor, sino algo menos ambicioso como la posibilidad de que estos pueda ser acercados si se comprometen a rechazar la violencia y a desvincularse de ETA. Y, adem¨¢s, esta medida no se decide tras una declaraci¨®n de tregua de ETA sino de algo mucho m¨¢s contundente, como el anuncio de cese definitivo de la banda.

Pese a estos precedentes, Mayor ha cuestionado esta medida del Gobierno de su partido y con ¨¦l sectores radicales de la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica, as¨ª como las ¨¦lites de algunas asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo.

Rajoy ha asumido, como hace 13 a?os Aznar y Mayor, que su Gobierno debe hacer pol¨ªtica de Estado ante la oportunidad de acabar con m¨¢s de cuarenta a?os de terrorismo, con la diferencia de que hoy las posibilidades son mucho m¨¢s reales que entonces.

Ante este panorama, el PP vasco ¡ªenfrentado con Mayor¡ª est¨¢ animando a Rajoy y al ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez, a que no cedan ante la presi¨®n de la derecha radical, que quiere bombardear cualquier intento de consolidar el final del terrorismo.

Rajoy cuenta, adem¨¢s, con el apoyo de la casi totalidad del espectro pol¨ªtico, con la ¨²nica excepci¨®n de UPyD ¡ªque juega al oportunismo en esta materia¡ª y la izquierda abertzale.

Con esas cartas en la mano, Rajoy tiene la oportunidad de poner en su sitio a la derecha radical y sus apoyos, alimentada, por cierto, por el PP en su oposici¨®n a la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. El argumento es claro y contundente: en un pa¨ªs democr¨¢tico la pol¨ªtica antiterrorista la deciden los Parlamentos y el Gobierno. No unos grupos de presi¨®n.