La OTAN tard¨® 18 horas en alertar a la fragata espa?ola de una balsa a la deriva
La investigaci¨®n de Defensa sobre el incidente en el que murieron 63 inmigrantes en la guerra de Libia concluye que la fragata ¡®M¨¦ndez N¨²?ez¡¯ fue avisada demasiado tarde
Lo hemos o¨ªdo m¨¢s de una vez: un hombre cae fulminado en plena Quinta Avenida. Algunos viandantes lo esquivan, otros lo miran de reojo, todos siguen su camino sin detenerse. El hombre muere solo en medio de la muchedumbre, a pocas manzanas de varios hospitales.
A finales de marzo, las costas de Libia eran lo m¨¢s parecido a Manhattan en hora punta. Un total de 29 buques de guerra, ocho bajo mando de la OTAN, vigilaban la operaci¨®n militar contra Gadafi. Cada metro de cielo, cada milla de mar era escudri?ado en busca de aeronaves que violaran la prohibici¨®n de sobrevuelo o buques que traficaran con armas o mercenarios. En estas condiciones, una lancha neum¨¢tica, con 72 subsaharianos (entre ellos, 20 mujeres y dos beb¨¦s), zarp¨® el 26 de marzo de Tr¨ªpoli huyendo de la guerra rumbo a la isla italiana de Lampedusa. Tras 15 d¨ªas a la deriva, la embarcaci¨®n regres¨® a la localidad libia de Zitan con solo 10 supervivientes, de los que uno falleci¨® poco despu¨¦s. Los dem¨¢s murieron durante la traves¨ªa a pesar de que al menos un avi¨®n, un helic¨®ptero, dos pesqueros y un buque militar los avistaron. Antes de que se agotara la bater¨ªa del tel¨¦fono sat¨¦lite que llevaban, lograron llamar a un sacerdote residente en Roma, el padre Zerai, quien dio la voz de alarma al Centro de Coordinaci¨®n de Rescate Mar¨ªtimo (MRCC) de Roma. La proveedora del sat¨¦lite facilit¨® sus coordenadas en el momento de la llamada, a las 16,52 del d¨ªa 27: 33 grados 58,2 minutos Norte, 12 grados 55,8 minutos Este, a unas 60 millas de Tr¨ªpoli. Nadie acudi¨® a rescatarlos.
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprob¨® el pasado d¨ªa 23 una resoluci¨®n, pese a las protestas de la mayor¨ªa de los representantes espa?oles, en la que se?ala con el dedo a los presuntos responsables; entre ellos, a la fragata espa?ola M¨¦ndez N¨²?ez, de la que dice que, aunque estaba a solo 11 millas de la balsa, ¡°no actu¨® conforme a sus obligaciones de b¨²squeda y rescate¡±. Es decir, dej¨® de auxiliar a personas en peligro.
El ministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, remiti¨® el 6 de marzo una carta a la ponente del informe del Consejo de Europa, la holandesa Tineke Strik, en la que asegura que la fragata espa?ola nunca estuvo a 11 millas de la patera ni recibi¨® los avisos del MRCC de Roma. ?D¨®nde estaba entonces la M¨¦ndez N¨²?ez? ?Por qu¨¦ no recibi¨® los avisos? ?Qu¨¦ hizo cuando lo supo?
EL PA?S ha tenido acceso a la investigaci¨®n del Estado Mayor de la Defensa que da respuesta a estas preguntas. Sus conclusiones convencer¨¢n o no, pero al menos pueden ser contrastadas, mientras que otros pa¨ªses (como EE UU y Reino Unido) ni siquiera han contestado la petici¨®n de informaci¨®n del Consejo de Europa.
La M¨¦ndez N¨²?ez zarp¨® de la base de Rota (C¨¢diz) el 22 de marzo. Tres d¨ªas despu¨¦s, Espa?a transfiri¨® su mando al comandante del mando componente naval de la OTAN en N¨¢poles (COM MCC), un almirante italiano. El 26, el mismo d¨ªa que sali¨® de Tr¨ªpoli la lancha con los inmigrantes, comenz¨® a patrullar en la zona que le hab¨ªa asignado el mando de la operaci¨®n: un rect¨¢ngulo de 20 por 30 millas a unas 60 millas de Tr¨ªpoli. Desde el extremo m¨¢s pr¨®ximo de su zona de vigilancia hasta el lugar desde el que los inmigrantes hicieron su llamada hab¨ªa 11 millas de distancia. Por tanto, en ese momento, la M¨¦ndez N¨²?ez deb¨ªa estar a entre 11 y 40 millas, solo unos minutos de vuelo en helic¨®ptero pero indetectable por su radar al tratarse de una peque?a embarcaci¨®n de goma.
El 26 de marzo, la fragata espa?ola control¨® una balsa con refugiados y, por orden del mando embarcado de la flota de la OTAN, (el (CTG455.01), transfiri¨® su responsabilidad al buque italiano ITS Etna. El 27 auxili¨® a otra patera con inmigrantes hasta la llegada de dos patrulleros de la Guardia di Finanza italiana.
Fue a las 19.54 de ese d¨ªa, tres horas despu¨¦s del aviso del padre Zerai, cuando MRCC Roma emiti¨® su primer aviso. Lo hizo v¨ªa Inmarsat C, en modalidad Llamadas Selectivas a Grupo (EGC). La M¨¦ndez N¨²?ez lleva un equipo Inmarsat Fleet 77, m¨¢s antiguo que el C e incompatible con ¨¦l. Fuentes militares explican que los buques de guerra no realizan sus comunicaciones a trav¨¦s de Inmarsat, como los civiles; sino que emplean otros sat¨¦lites, como el Spainsat, por lo que no compensa llevar un modelo tan caro. Tampoco usan el sistema Hydrolant, a trav¨¦s del cual MRCC Roma lanz¨® su segundo aviso a las 06.06 del 28.
Sin embargo, a las 21,40 del 27 de marzo, el MRCC Roma ya hab¨ªa remitido un FAX al mando de la OTAN en N¨¢poles en el que le daba las coordinadas de una embarcaci¨®n ¡°en dificultades¡± con el siguiente ruego: ¡°Le agradecer¨ªamos que nos informasen en caso de avistamiento por parte de unidades navales de la OTAN¡±.
Al mediod¨ªa del 28, m¨¢s de 18 horas despu¨¦s de la llamada del padre Zerai, el comandante de la flota de la OTAN pregunt¨® a los buques a sus ¨®rdenes si alguno pod¨ªa indagar en la zona a la que alud¨ªa el mensaje. El comandante de la M¨¦ndez N¨²?ez, el capit¨¢n de fragata Victoriano Gilabert, despach¨® su helic¨®ptero Seahawk (SH-60). Pero cuando lleg¨® no encontr¨® nada. Tras una discusi¨®n entre sus ocupantes, la balsa hab¨ªa seguido ruta hacia el norte, hasta agotar su combustible.
Seg¨²n los supervivientes, un helic¨®ptero de color gris-oscuro verde, con la inscripci¨®n Army, sobrevol¨® la balsa y les arroj¨® agua y galletas, el 27 de marzo; mientras que, en torno al 5 de abril, un gran buque con aeronaves se aproxim¨® tanto que los inmigrantes pudieron ver c¨®mo varios tripulantes les observaban con prism¨¢ticos y hac¨ªan fotos desde cubierta. Ni uno ni otro han sido identificados por la OTAN, aunque las caracter¨ªsticas del primero apuntan a los helic¨®pteros Apache del Ej¨¦rcito de Tierra brit¨¢nico que atacaron Libia desde barcos fondeados en la costa.
M¨¢s all¨¢ de las responsabilidades individuales, el Consejo de Europa y los mandos militares coinciden en que la OTAN lanz¨® la operaci¨®n contra Libia sin preocuparse de qui¨¦n asumir¨ªa la responsabilidad de rescatar a los miles de refugiados que huyeron de los combates. Y eso que proteger a la poblaci¨®n civil fue la justificaci¨®n esgrimida para la guerra.
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