¡°Le hago responsable de mi seguridad¡±
¡°Su decisi¨®n puede revertir en perjuicios irreparables para mi integridad¡± ¡°Empiezo a tener miedo de usted, de sus m¨¦todos y de su comportamiento¡±
Ignacio Ulloa, n¨²mero dos de Interior, declar¨® a Europa Press, en referencia al exmagistrado -al que hace cerca de un mes redujeron la protecci¨®n de dos a un agente y retiraron el coche blindado-, que ¡°los escoltas no son para que te lleven la maleta ni para que vayan en transporte p¨²blico¡±; que igual deb¨ªa hacerse ¡°una reevaluaci¨®n¡± de sus riesgos; y advirti¨® de que ¡°se le puede privar de la escolta por un mal uso, o un abuso¡±. Esta es la respuesta de Baltasar Garz¨®n.
"Con amarga sorpresa veo las inaceptables declaraciones que ha hecho a la agencia Europa Press, en el d¨ªa de ayer, sobre el servicio de escolta que usted ha decidido establecer para mi protecci¨®n. Resultan bochornosas todas y cada una de las afirmaciones que hace y, lo que es m¨¢s grave, sabiendo que al hacerlas agrava la situaci¨®n de riesgo en la que usted me ha puesto. No alcanzo a comprender cu¨¢les son las razones que tiene contra m¨ª, si son pol¨ªticas, ideol¨®gicas o de otro orden. Tampoco me preocupan lo m¨¢s m¨ªnimo. Pero no puedo ni debo dejar pasar esta ocasi¨®n de comunicarle lo procedente.
Hasta el momento, ning¨²n miembro del Ministerio del Interior, m¨¢s all¨¢ de unas escuetas palabras del comisario de la Audiencia Nacional, a quien se lo agradezco, me ha informado de por qu¨¦ se me eliminaba la escolta. Lo han hecho sin m¨¢s explicaciones sobre cu¨¢les eran las razones del cambio en mi protecci¨®n, exactamente al d¨ªa siguiente de concluir el juicio del caso G¨¹rtel contra m¨ª.
Posteriormente, por su orden, tambi¨¦n sin anunci¨¢rmelo formalmente, se elimin¨® el veh¨ªculo en el que tendr¨ªa que ir el polic¨ªa de escolta, dejando un servicio que usted sabe que es absolutamente inefectivo, y que no vale m¨¢s que para salvar su responsabilidad al no atreverse a eliminar la protecci¨®n en su integridad.
Se?or secretario de Estado de Seguridad, le hago responsable de mi seguridad y de que la decisi¨®n que ha tomado pueda revertir en perjuicios irreparables para mi integridad. He intentado conocer las razones de su departamento, solicit¨¢ndolas a los responsables policiales, los cuales simplemente me indicaron que se eliminaba el dispositivo de seguridad que ten¨ªa por una orden suya, pero ninguno me ha comunicado las causas. Tampoco lo han sabido hacer las personas vinculadas a esa secretar¨ªa, a las que he consultado, m¨¢s all¨¢ de afirmar: ¡°No se sabe nada, es una decisi¨®n del secretario y el documento en el que se contiene no ha sido facilitado y existe orden de que no se muestre¡±. Realmente me gustar¨ªa, por mi propia tranquilidad, conocer ese informe.
Las pol¨¦micas palabras de Ulloa sobre Garz¨®n
En una entrevista concedida a Europa Press, el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, consideraba que ¡°con esa escolta m¨ªnima¡± que actualmente tiene el exmagistrado ¡°se cubre el riesgo que tiene como personalidad¡±. ¡°Pero lo que es evidente es que no lo va a cubrir si desplaza al escolta en transporte p¨²blico y no lo lleva en su veh¨ªculo, o si le pone a llevar la maleta. Los escoltas no son ni para que te lleven la maleta [en este punto parece que hay un malentendido entre el secretario de Estado y Garz¨®n, ya que este ¨²ltimo nunca dijo que el escolta le llevara a ¨¦l la maleta, sino que al carecer de veh¨ªculo, si iban a viajar ten¨ªa que ir por la calle con la suya propia] ni para que vayan en transporte p¨²blico¡±.
- ¡°Sigue siendo una persona que podr¨ªa tener un riesgo aunque sea m¨ªnimo, no con respecto a las personas que ¨¦l pudiera pensar, los terroristas, sino con respecto a la ciudadan¨ªa¡±.
- El servicio de protecci¨®n a Garz¨®n era ¡°notoriamente excesivo, porque incluso exist¨ªan escoltas en el extranjero cuando ¨¦l no estaba desplazado en el extranjero¡±.
- ¡°La escolta es para proveer seguridad, no es ni un servicio por raz¨®n del estatus, ni un servicio de mayordom¨ªa que presta el Estado, ni algo que le corresponde a alguien por su notoriedad¡±.
Puede usted reevaluar el riesgo o lo que quiera, pero le pido que no me amenace con que me puede quitar la escolta, adelantando que soy yo quien dificulta la f¨®rmula alucinante que usted ha ideado. Esto, se?or, adem¨¢s de ser falso, no disminuye su responsabilidad si me ocurre algo.
Por cierto, ni he tenido ni tengo miedo de los terroristas, ni de lo que puedan hacerme; desde que entr¨¦ en la Audiencia Nacional, asum¨ª gustoso mi compromiso y entrega con Espa?a a trav¨¦s de la justicia y por la seguridad de los ciudadanos/as. Este trabajo lo he hecho sin escoltas y con escoltas y dar¨ªa mi vida sin dudarlo, si con ello contribuyera al bienestar de la sociedad; la ciudadan¨ªa, a la que usted alude en su entrevista para insinuar que son las reacciones de la misma el motivo para mantener mi seguridad, podr¨¢ estar de acuerdo o no conmigo, pero jam¨¢s har¨¢ nada contra m¨ª; es m¨¢s, me siento seguro con ella, porque conf¨ªo en la misma y porque comparto el abnegado sufrimiento que tienen que soportar d¨ªa a d¨ªa. Creo que usted se mueve por unos sitios mucho m¨¢s ¡°altos¡± que yo y conoce poco al pueblo espa?ol. A m¨ª la ciudadan¨ªa me protege, no me genera inseguridad; yo no cargo contra ella, ni restrinjo los derechos de nadie, sino que trato de defenderlos. Si alguien dice algo en mi contra, sabr¨¦ actuar con respeto y en consecuencia. Pero le aseguro que despu¨¦s de lo que estoy viendo y de su actitud empiezo a tener miedo de usted, de sus m¨¦todos y de su comportamientos. Lo que usted afirma y con la ligereza que lo hace, me preocupa profundamente y deber¨ªa preocupar a los ciudadanos/as en general, al conocer en manos de qui¨¦n est¨¢ la seguridad de nuestro pa¨ªs.
?Acaso considera usted l¨®gico que eche a un miembro de mi familia cuando voy en el veh¨ªculo familiar para que suba el polic¨ªa, por el que siento el m¨¢ximo respeto, en el coche? ?C¨®mo deber¨ªa de ir en ese caso mi madre, mi hermana, mujer, hijo o nieta? ?Andando, en bicicleta, en tren? ?Qui¨¦n se hace cargo de los seguros de esa persona si le ocurre algo en un veh¨ªculo que no es oficial? ?De qui¨¦n es la responsabilidad si ocurre un accidente? ?Si me subo en un veh¨ªculo ajeno, d¨®nde lo hace el polic¨ªa de escolta, habida cuenta de que ustedes ni le pagan un taxi?. Usted debe estar de broma.
Habla de que el escolta no est¨¢ para llevar la maleta. ?Quiere que la tire? ?C¨®mo lleva entonces su ropa y sus enseres si va de viaje? F¨ªjese se?or secretario, incluso he tenido que pedir el favor a una compa?era para que permitiera al escolta guardar su maleta en su veh¨ªculo, porque el funcionario la llevaba a cuestas mientras me segu¨ªa andando por las calles de Madrid, hasta que lleg¨® la hora de salir de viaje conmigo en el AVE. No s¨¦ usted, pero yo, cuando estoy en Madrid, voy andando a los sitios, porque me gusta pasear por sus calles, de modo que ya me dir¨¢. Si quiere, le puedo llevar la maleta al polic¨ªa o a cualquier otro polic¨ªa en agradecimiento al trabajo que han hecho y hacen d¨ªa a d¨ªa, en condiciones infrahumanas. Incluso ser¨ªa un honor, pero creo que la situaci¨®n resulta esperp¨¦ntica y especialmente peligrosa para quien no puede hacer su trabajo con las m¨ªnimas garant¨ªas.
?Quiere usted decir que si tomo un taxi, el polic¨ªa deber¨¢ subir conmigo al mismo? Y si vamos cuatro personas, ?d¨®nde se subir¨ªa el polic¨ªa? Usted ha despojado a la polic¨ªa de los instrumentos m¨ªnimos para ejercer su labor con dignidad. Agradezco a la Polic¨ªa el servicio abnegado que durante a?os ha hecho, velando por mi seguridad. Asimismo doy las gracias a todos los mandos policiales con los que he trabajado durante 23 a?os, sin el m¨¢s m¨ªnimo incidente, pese a las grandes dificultades y retos que se nos han presentado.
No quiero el veh¨ªculo policial para subirme en ¨¦l. Desgraciadamente para m¨ª, he tenido que sufrir esa situaci¨®n durante mucho tiempo, porque as¨ª se dispuso por quien ten¨ªa la responsabilidad de hacerlo. Pero lo l¨®gico es que, por dignidad, lo lleve quien tiene que protegerme. Mire, que usted considere que ya no tengo riesgo no significa nada para m¨ª, ni me genera m¨¢s tranquilidad. Es m¨¢s, me produce m¨¢s preocupaci¨®n y zozobra. Por cierto, en todo el tiempo que he estado en la Audiencia Nacional, no le he visto por all¨ª en ning¨²n momento, ni creo que sepa algo del riesgo que comporta para los que all¨ª est¨¢n y para los que sin estarlo hemos salido de la misma, la labor all¨ª realizada, al ser vanguardia en la lucha contra las formas m¨¢s complejas de delincuencia.
Asumo mi situaci¨®n, siempre lo he hecho, a pesar de ser consciente de que la vida vale poco cuando alguien quiere quitarla. Cada d¨ªa lo vivo, lo s¨¦ y lo acepto, pero no le consiento que menosprecie el trabajo realizado por m¨ª durante 23 a?os al servicio de mi pa¨ªs, porque ni tiene raz¨®n, ni necesidad de hacerlo, ni tampoco tiene por qu¨¦ echarme suciedad encima. No quiero nada, absolutamente nada de usted, pero resulta inaceptable que un alto cargo de un Gobierno democr¨¢tico, prevali¨¦ndose de su cargo, se dedique a atacar a simples ciudadanos que, ni siquiera, como yo, le han pedido algo. Su obligaci¨®n, por el cargo que ocupa, es proteger a los ciudadanos, le gusten o no, pero, desde luego, no deber¨ªa dedicar su tiempo a generar desasosiego en ellos, como est¨¢ haciendo.
En fin, se?or secretario de Estado, qu¨¦ pena que tenga usted que utilizar un medio de comunicaci¨®n para atacar a un ciudadano normal y que ni usted, ni ning¨²n responsable de su departamento, me hayan informado de la evaluaci¨®n de riesgo que, ser¨ªa de suponer, han llevado a cabo. Al respecto le digo que no ha respetado ni uno solo de los protocolos en la materia. He tenido evaluaciones de riesgo en cada uno de los pa¨ªses donde he estado y he sido entrevistado por las autoridades responsables y, en funci¨®n de ello, se ha decidido el tipo de protecci¨®n que correspond¨ªa; como los he recibido en Espa?a, dese 1988, salvo de usted o de quien corresponda por su orden. Usted, se?or secretario de Estado, sencillamente puede alardear de haberle quitado la escolta a Garz¨®n y luego publicitarlo por los peri¨®dicos, ?viva el concepto de discreci¨®n y seguridad que tiene usted!, pero lo que no puede ni debe hacer es contribuir a aumentar ese riesgo de las personas a las que debe proteger aunque no le guste.
Por lo dem¨¢s, todas las medidas de seguridad sobre mi familia fueron decididas, en su momento, por el Gobierno del Partido Popular. Y nunca las ped¨ª, ni las quise, sino que las sufr¨ª por mi trabajo. ?Usted piensa que es agradable, por muy discretos que sean, estar rodeado de polic¨ªas porque, seg¨²n el Ministerio del Interior, hay riesgo contra tu vida o la de tu familia? Su departamento, ahora, sin saber bien por qu¨¦, lo ¨²nico que ha hecho es desprotegerme y poner en riesgo mi seguridad dando a conocer mi situaci¨®n a trav¨¦s los medios de comunicaci¨®n, a cualquier persona. ?Enhorabuena por facilitar el trabajo a quien quiera buscarme!.
Por otra parte, me parece grotesco que aluda usted a la protecci¨®n que he tenido fuera de Espa?a, cuando a estos polic¨ªas o se les ha impedido que se movieran para acompa?arme a Espa?a, porque si lo hac¨ªan se les retiraba la comisi¨®n de servicio y han estado tirados por ah¨ª afuera, sin sus familias, sin ning¨²n incentivo y sufriendo en ese tiempo, y ahora, claras represalias por haber trabajado como escoltas m¨ªos. Son dos grandes y excepcionales profesionales a los que se les persigue por m¨ª. Usted, se?or secretario, deber¨ªa ocuparse de estas cosas y no de dar carnaza a quienes la quieren para continuar la misma din¨¢mica de siempre.
No voy a renunciar, como usted desear¨ªa, seg¨²n se deduce de sus palabras publicadas, a la protecci¨®n policial para el escas¨ªsimo tiempo que estoy en Espa?a, porque considere que no es efectiva, que no lo es, sino porque no le voy a facilitar su decisi¨®n. Haga lo que tenga que hacer, pero no se ampare en los que le r¨ªan la gracia o le animen, porque la cosa es muy seria, ni ponga en riesgo la seguridad de los propios polic¨ªas, anulando, con ese sistema, toda posibilidad de reacci¨®n para proteger a la personalidad o a s¨ª mismos.
Se?or secretario, le pido por favor que, la pr¨®xima vez, se dirija a m¨ª a trav¨¦s de un medio que no sea una agencia de noticias; mis datos y direcci¨®n obran en su poder. Y cuando decida retirar la protecci¨®n, comun¨ªquemelo con un tiempo, siquiera sea por cortes¨ªa y para que pueda tomar mis medidas. Yo, por mi parte, vistas las circunstancias, le remito esta carta a trav¨¦s de los medios, en los que usted ha decidido que se resuelva la cuesti¨®n, porque as¨ª tengo la seguridad de que le llegar¨¢.
Atte.
Baltasar Garz¨®n
Bogot¨¢, a 30 de abril de 2012
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