El ¡®narco¡¯ m¨¢s ostentoso, a la calle
Laureano Oubi?a, el hombre del Pazo Bai¨®n, recobrar¨¢ la libertad el 17 de julio
Laureano Oubi?a Pi?eiro es una leyenda viva de la delincuencia organizada que arraig¨® en la costa sur de Galicia a mediados del pasado siglo. Haciendo portes al volante de un cami¨®n, conoci¨® a la flor y nata de los estraperlistas que tra¨ªan g¨¦neros escasos desde Portugal y que fueron los precursores del contrabando de tabaco con los que acab¨® haciendo negocios, algunos de ellos ruinosos. Sin embargo, no fue el tabaco rubio americano el que le proporcion¨® la fama, sino el tr¨¢fico de hach¨ªs que entr¨® por la r¨ªa de Arousa en la d¨¦cada de los ochenta, un trabajo por el que Oubi?a ha pasado una tercera parte de su vida en la c¨¢rcel. El pr¨®ximo 17 de julio recobrar¨¢ la libertad.
El contrabando que levant¨® tantas fortunas se fren¨® en picado cuando 94 procesados ¡ªentre jefes y empleados de las tres principales firmas tabaqueras¡ª se enfrentaron al mayor sumario hasta entonces instruido en Espa?a por delitos monetarios y que fue archivado en la Audiencia Nacional 15 a?os despu¨¦s. Familias enteras, como los Charlines o un aventajado Sito Mi?anco, abandonaron el rentable mercado tabaquero para probar con las drogas. Oubi?a se qued¨® al margen de las redadas, que provocaron una estampida de contrabandistas a Portugal. Aprovechando el r¨ªo revuelto, Laureano ya se estaba entrenando en el nuevo oficio con el que se hizo millonario.
Oubi?a era entonces un desconocido, excepto para los servicios secretos brit¨¢nicos, que en aquellos momentos dieron la voz de alarma sobre la potente flota naviera que estaba desplegando Oubi?a para transportar a Europa hach¨ªs paquistan¨ª. Casi al mismo tiempo que varios mandos de la Guardia Civil asist¨ªan a una reuni¨®n en Londres, donde se hicieron con un extenso informe del aspirante a capo, ¨¦ste compraba en 1988 a unos empresarios vinculados a la Compa?¨ªa de Jes¨²s la mayor plantaci¨®n de vides de albari?o de Pontevedra, el Pazo de Bai¨®n: un impresionante latifundio que hab¨ªa pertenecido a una familia de arist¨®cratas y que fue popularmente conocido como Falcon Crest (la hacienda de la popular serie televisiva sobre una familia de bodegueros californianos) desde que los nuevos inquilinos ¡ªOubi?a y su segunda mujer, Esther Lago¡ª lo decoraran con un recargado toque personal.
El golpe de suerte en la ef¨ªmera carrera de Oubi?a fue conocer al famoso abogado extreme?o Pablo Vioque, el hombre de los contactos con el poder, que le asesor¨® en los negocios y le defendi¨® en sus primeras escaramuzas judiciales. Gracias al influyente abogado, ya fallecido (termin¨® involucrado en los negocios de la coca¨ªna y en la c¨¢rcel), Oubi?a se hizo con el pazo por 138 millones de pesetas (unos 830.000 euros), pujando por encima de otros conocidos traficantes. Due?o del se?or¨ªo, Laureano se convertir¨ªa en un oscuro pero respetado empresario viticultor que produc¨ªa su propia marca.
El 12 de junio de 1990, la pareja vio truncados todos sus planes. La Operaci¨®n N¨¦cora fue el principio del fin. En medio del mayor despliegue policial hasta la fecha contra el narcotr¨¢fico, el pazo fue tomado y Oubi?a y su mujer, detenidos. Despu¨¦s de tres a?os en prisi¨®n preventiva, ¡°don Laureano¡±, calzando unos zuecos de madera, escenificaba ante el tribunal el papel de un inocente paisano, analfabeto pero desafiante. El matrimonio fue absuelto de narcotr¨¢fico pero condenado por delito fiscal.
Oubi?a sali¨® de la c¨¢rcel dispuesto a pelear por recuperar el pazo, algo que nunca logr¨® aunque siempre dijo que no era su due?o, sino el gerente a sueldo de dos empresas paname?as. La verdad se descubrir¨ªa ocho a?os despu¨¦s, cuando en un registro policial se hallaron varias acciones de la finca a nombre de Esther Lago, en realidad la dirigente intelectual de los negocios. Lago no pudo defenderse en el juicio en el que se decret¨® el decomiso de la finca: un a?o antes falleci¨® en accidente de tr¨¢fico. En 2008 la finca fue vendida a una cooperativa por 15 millones de euros. Oubi?a y sus hijas han llegado a Estrasburgo para reclamarla.
Los mayores errores de Laureano fueron los excesos, la ostentaci¨®n de dinero con el que quiso rivalizar con sus competidores y que le llevaron a conquistar un valioso patrimonio cuando pr¨¢cticamente acababa de salir de la ruina. Su peor defecto ha sido el arrebatado car¨¢cter con el que se enfrent¨® a jueces, fiscales, cuerpos policiales o asociaciones antidroga, que no le han dado tregua en su largo historial penitenciario. El capo gallego lleva peleando con todos desde 1978.
Con 66 a?os, ha pasado por los tribunales en siete ocasiones y solo en dos de ellas ha salido absuelto. Acusado de organizar la entrada de tres alijos (24.300 kilos de hach¨ªs), entre 1997 y 1999, fue condenado por ello a 11 a?os de prisi¨®n que ha cumplido ininterrumpidamente, pese a la batalla judicial que sostuvo todo este tiempo para obtener permisos penitenciarios y la libertad condicional.
Pero sobre ¨¦l ha pesado como una losa su fuga a Grecia en octubre de 1999, d¨ªas antes de que la Audiencia Nacional dictase su primera condena por narcotr¨¢fico y cuando Aduanas iba a detenerle tras abordar uno de sus nav¨ªos con 12,5 toneladas de hach¨ªs. Desde entonces, la justicia ha respondido con cautela a las reclamaciones del narcotraficante con mayor repercusi¨®n medi¨¢tica y que ha generado mayor alarma social, sobre todo entre el colectivo de las madres contra la droga, que se ha revelado contra sus salidas de tono y ha hecho causa com¨²n para que el capo fuera despojado de todas sus propiedades.
Pendiente de dos causas por blanqueo
Ya en 2006 Laureano Oubi?a se preparaba para conseguir la libertad condicional. No ten¨ªa faltas en su expediente carcelario, aunque son famosas las decenas de quejas que ha presentado para pedir, por ejemplo, una m¨¢quina de escribir o que en el demandadero pudiera comprar puros habanos, a los que siempre ha sido un adicto.
Dedicado a las tareas asignadas como auxiliar de limpieza y peluquer¨ªa, obtener diploma en electricidad y asistir como alumno a la escuela de tutor¨ªas, el recluso redact¨® de pu?o y letra el mea culpa: ¡°Me arrepiento de los delitos cometidos y me comprometo a hacer un buen uso de los permisos y cumplir las medidas cautelares que se me impongan¡±, relat¨® Oubi?a.
En la recta final de su larga etapa de recluso, el convicto capo no se ha encontrado m¨¢s que obst¨¢culos en el camino. La fecha de su licenciamiento se convirti¨® en un c¨¢lculo matem¨¢tico en el que sus abogados pelearon para que se le descontaran los tres a?os que pas¨® en prisi¨®n preventiva cuando fue detenido en la Operaci¨®n N¨¦cora. Hasta que el Supremo fij¨® por fin la salida del narcotraficante para el pr¨®ximo 17 de julio.
Castigado en su celda, el panorama se ha complicado a¨²n m¨¢s para Oubi?a. El pasado mayo, la Audiencia Nacional le cit¨® para que comparezca a partir del pr¨®ximo 2 de julio por dos viejas causas por blanqueo incoadas hace m¨¢s de 10 a?os. Aunque el retraso de las causas ser¨¢ un atenuante, se enfrenta a otros 14 a?os de prisi¨®n.
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