Rajoy se gana el veraneo
Los envidiosos de siempre, los triunfalistas de la cat¨¢strofe, intentar¨¢n de nuevo la negaci¨®n de la evidencia, querr¨¢n discutir el ¨¦xito de Mariano Rajoy el pasado s¨¢bado en el Eurogrupo. Nada nuevo, porque tampoco le reconocieron el triunfo en la Diputaci¨®n de Pontevedra, en la Xunta de Galicia, en los ministerios de Educaci¨®n, Interior y Presidencia, en el caso del Prestige, en G¨¦nova, en el congreso de Valencia, en las elecciones generales del 20 de noviembre y en el congreso de Sevilla. Ahora se resisten, incapaces de aceptar que acaba de coronarse en Europa, donde quer¨ªan ofrecer rescate y han tenido tomate.
?l solo, Mariano, les ha presionado a todos y ha conseguido 100.000 millones de euros en condiciones extremadamente favorables que no dejan rastro, ni en la deuda, ni en el d¨¦ficit. Siguen el itinerario marcado por el catecismo del padre Ripalda a prop¨®sito del misterio de la Encarnaci¨®n, explicado en t¨¦rminos de que el Esp¨ªritu Santo fecund¨® a la Virgen Mar¨ªa ¡°como un rayo de sol entra por el cristal, sin romperlo ni mancharlo¡±. De ah¨ª que la inyecci¨®n millonaria recibida, que en nada nos condiciona, suscita la envida del mundo. As¨ª que, compatriotas, abandonemos el regateo, entregu¨¦monos al reconocimiento de los m¨¦ritos que adornan a nuestro presidente del Gobierno y proclamemos que se ha ganado el veraneo en cuanto recoja la Eurocopa que le espera en Kiev el domingo 1 de julio.
Algunos sugieren que probablemente la inyecci¨®n salut¨ªfera de los 100.000 millones de euros estuviera pensada de otra manera pero, atemorizados los socios europeos por el arrojo del gran Rodrigo Rato en la gesti¨®n de Bankia, prefirieron entregarse la tarde del s¨¢bado despu¨¦s de la videoconferencia que explic¨® de manera tan galana el ministro de Econom¨ªa y Competitividad, Luis de Guindos. Una comparecencia que pasar¨¢ a los anales de la comunicaci¨®n pol¨ªtica como ejemplo del reputado m¨¦todo Ollendorf. Los inquisidores hubieran preferido someter al presidente Rajoy al pimpampum, pero la sabidur¨ªa estrat¨¦gica de Arriola dispuso una barrera previa de desgaste que permitiera, adem¨¢s, visualizar con anticipaci¨®n las v¨ªas preferentes de la prensa atacante.
El presidente sabe que en la guerra lo esencial no es ganar batallas, sino la victoria
El examen de los dos episodios ¡ªel de Guindos en el Ministerio de Econom¨ªa y el de Rajoy en La Moncloa, con la puerta posterior abierta dejando ver la l¨ªnea de fuga del pasillo, al modo de la Casa Blanca¡ª permite advertir una diferencia muy notable entre la agresividad y regocijo de la prensa extranjera y las tragaderas de la de aqu¨ª, que lleg¨® en algunos casos hasta extremos rid¨ªculos. Los de fuera, emplazados ante un p¨²blico exigente, han dado cuenta de las incoherencias; los de dentro, con una audiencia propensa al patriotismo de adhesi¨®n, han preferido seguir la senda del eufemismo, sin desagradar al Gobierno, desmerecer sus d¨¢divas o indisponerse con los jen¨ªzaros que detectan y combaten toda tibieza en tiempos de tribulaci¨®n.
Mariano Rajoy, buen lector de Sun Tzu, sabe que ¡°en la guerra, lo esencial no es ganar batallas, sino la victoria¡±. De todas maneras, en aras de conseguir esa victoria lleva ganadas ya muchas batallas que le han hecho irresponsable de las medidas desfavorables para el p¨²blico de a pie, porque le ha convencido de que ¡°no pod¨ªa ser de otra manera¡±. Recordemos, frente a quienes le acusan de falsear, la afirmaci¨®n de P¨¦ter Esterh¨¢zy en Armon¨ªa celestial (Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2003), seg¨²n la cual ¡°es harto dif¨ªcil mentir sin conocer la verdad¡±. Una verdad que se resiste al conocimiento de los profanos sin plegarse a los tiempos que Jordi Sevilla cifraba en dos tardes, cuando quer¨ªa poner al d¨ªa al inolvidado Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero a punto de llegar a La Moncloa.
Dice ahora el presidente Rajoy que gracias a las presiones ejercidas han llegado esos 100.000 millones de euros en condiciones extremadamente favorables, lo cual ha evitado que Espa?a fuera intervenida. Por este sistema de atribuirse haza?as indemostrables regresamos al esquema de Minority Report (2002) ¡ªla pel¨ªcula dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Cruise¡ª, donde los llamados precogs ven im¨¢genes del futuro con desastres a¨²n no sucedidos, los cuales, procesados en el departamento precrime (de la Oficina Econ¨®mica de Presidencia), pueden dejar de ocurrir de modo que quedemos a salvo, como acaba de suceder el pasado s¨¢bado. El tema central de la pel¨ªcula nos devuelve al dilema calderoniano entre el libre albedr¨ªo y la predestinaci¨®n, tan querido de nuestros te¨®logos. Se impone la vuelta a los escenarios de La vida es sue?o si queremos evitar que, como se?alaba la leyenda de la vi?eta de El Roto del lunes, la crisis nos haga perder poder meditativo. Vale.
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