Trabajar gratis para saldar deudas
Vecinos de Higuera de la Serena (Badajoz) realizan como voluntarios las tareas de las que ya no puede ocuparse el asfixiado Ayuntamiento
En la localidad extreme?a de Higuera de la Serena, el d¨ªa que m¨¢s se trabaja es el domingo.La jornada de descanso, que marca el calendario con n¨²meros rojos, no es la ¨²nica regla que los vecinos del valle han decidido saltarse. M¨¢s de un centenar de los 1.041 habitantes de este municipio, rodeado de campos de encinas, barren las calles, podan los ¨¢rboles o restauran una fuente que el paso del tiempo ha ido deteriorando sin cobrar ni un c¨¦ntimo. Siempre en sus ratos libres.
Ricardo Estrella tiene 60 a?os y es carpintero. Ahora, prejubilado, se encarga de reparar todo lo que tenga que ver con la madera. El ¨²ltimo arreglo consisti¨® en colocar la barandilla de acceso a la fuente de El Bujo, en la dehesa boyal. Mar¨ªa del Mar Tena Bueno trabaj¨® como administrativa en el Ayuntamiento. Es una de las personas a las que no se les ha renovado el contrato y ahora est¨¢ en paro. Tena barre las calles un par de veces por semana y de aqu¨ª a unos d¨ªas, cuando abran la piscina municipal, colaborar¨¢ en los turnos de taquilla. Ellos forman parte del voluntariado que, ante la cr¨ªtica situaci¨®n financiera que atraviesa el municipio, ha decidido arrimar el hombro al comprobar que sus representantes pol¨ªticos fueron los primeros que renunciaron a su sueldo.
Esta dr¨¢stica medida es fruto de una mala gesti¨®n que durante a?os ha dominado la pol¨ªtica del municipio, critican los vecinos. Ahora, el Ayuntamiento debe hacer frente a una deuda de 800.000 euros. Un monumento al despilfarro se erige a las afueras del pueblo. La Junta de Extremadura autoriz¨® la construcci¨®n de una residencia de ancianos en 2000. Las obras terminaron el a?o pasado, pero se dise?¨® seg¨²n criterios residenciales. En 2006 cambi¨® la ley que obliga a planificar las residencias con par¨¢metros hospitalarios. Ahora las camillas no caben por los pasillos y no existe un plan de evacuaci¨®n de emergencia. Los vecinos del pueblo tendr¨¢n que correr con los gastos si quieren que cumpla con todos los requisitos. El Ayuntamiento ya ha invertido 12.000 euros para construir la red el¨¦ctrica de la residencia. Este centro hubiera dado trabajo a m¨¢s de una docena de empleados: enfermeras, cuidadores y fisioterapeutas.
En el pueblo no queda dinero para recoger la basura, mantener los jardines o llevar la biblioteca. El Ayuntamiento ha pasado de contratar a dos barrenderos a jornada completa a uno para media jornada (cuatro horas). El mismo caso se repite con los jardineros. Los recortes en el ¨¢rea de cultura han sido los m¨¢s dr¨¢sticos: ahora solo trabaja una auxiliar en la biblioteca durante un par de horas. Antes el Ayuntamiento ten¨ªa en n¨®mina tres animadores culturales.
Es horrible ver c¨®mo lloran algunos empresarios que suplican que les pagues¡±, explica el alcalde
Para poder pagar facturas atrasadas a proveedores, el Consistorio solicit¨® el plan de ajuste que el Ministerio de Hacienda propuso para municipios en apuros. El pasado mes lleg¨® la ayuda de 300.000 euros, con la que ha podido pagar a una veintena de empresarios que el Gobierno anterior (PSOE) contrat¨® para tareas de mantenimiento o servicios de telefon¨ªa m¨®vil. A cambio, han aceptado un severo trato: durante los dos primeros a?os no podr¨¢n gastar ni un euro, el Estado controlar¨¢ todos sus movimientos y el dinero lo tendr¨¢n que devolver en los pr¨®ximos 10 a?os a un inter¨¦s del 5,6%. ¡°Estamos intervenidos¡±, no duda en aclarar agobiado el teniente de alcalde, Manuel Tamayo Ignacio, un profesor de 46 a?os, sonrisa f¨¢cil, que viste vaqueros y camisa a cuadros.
Es lunes y una decena de ellos se re¨²ne en un destartalado polideportivo. Los vecinos llevan, de sus casas, rodillos, cubos y yeso para encalar un desconchado muro que da la bienvenida a todo aquel que se anima a hacer deporte. Es mediod¨ªa y en el valle no corre ni una gota de aire. Esto no es inconveniente para que Celestino G¨®mez P¨¦rez arranque con fuerza los carteles de la pasada campa?a electoral. ¡°Todos los pol¨ªticos son unos sinverg¨¹enzas, nos han llevado a la ruina¡±, refunfu?a. Tamayo, que tambi¨¦n ha acudido a la convocatoria, no se da por aludido. ?l y el alcalde, Manuel Garc¨ªa Murillo (IU), han sido los primeros en sacrificar los 1.200 euros de su n¨®mina.
Higuera de la Serena pertenece al grupo de los 2.619 consistorios que tienen problemas con el pago a proveedores. Los n¨²meros no salen y entonces llega el rompecabezas. Para muchos ayuntamientos, pedir un pr¨¦stamo se ha convertido en una f¨®rmula para resolver parte del problema. En Espa?a, 2.619 consistorios con problemas de financiaci¨®n han solicitado la misma ayuda. El Gobierno la autoriz¨® a 2.350. Con este programa, el Gobierno prev¨¦ que se pagar¨¢n 1.717.000 facturas por valor de 9.312 millones. ¡°Con esta inyecci¨®n de dinero nos hemos sentido aliviados. Es horrible ver llorar a peque?os y medianos empresarios y que te supliquen que les pagues porque no tienen para comer¡±, explica Tamayo.
A Oliva de M¨¦rida, un pueblo a 54 kil¨®metros de Higuera, el Ministerio de Hacienda le deneg¨® la ayuda. Es uno m¨¢s de los 314 ayuntamientos que se quedaron fuera del programa. Este pueblo, donde el ¨²nico edificio que se ve a lo lejos es una sobria iglesia tapiada y apuntalada por unos altos contrafuertes, comparte muchas similitudes con Higuera. Al igual que Garc¨ªa Murillo, Juan Carlos Ben¨ªtez (alcalde de Oliva) lleva menos de un a?o en el cargo. Este hombre naci¨® hace 30 a?os en el pueblo y lleg¨® a la alcald¨ªa por petici¨®n popular. ¡°Nunca me interesaron los partidos pol¨ªticos, pero mucha gente me pidi¨® que me presentara, lo hice por el PP¡±. Cuando Ben¨ªtez descubri¨® el agujero en la administraci¨®n, tuvo la misma reacci¨®n que su colega de Higuera. Renunci¨® al sueldo. Este gesto gust¨® a muchos vecinos. Algunos se han organizado para abrir y cerrar el cementerio, soldar alguna valla o recoger basuras. El alcalde ha vuelto a presentar la solicitud para que le concedan la ayuda. En el mes de julio conocer¨¢ si le han admitido la propuesta. Si vuelven a deneg¨¢rsela, no se explica c¨®mo pagar¨¢n el mill¨®n de euros que debe el Ayuntamiento.
Las preocupaciones no han terminado para los vecinos. Ahora buscan un motor econ¨®mico que ayude a generar empleo. Quiz¨¢ potenciando la oveja merina y el cerdo de bellota consigan motivar su econom¨ªa de subsistencia y, de esta manera, dentro de una d¨¦cada saldar sus deudas.
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